Una caja

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Imaginemos que en tu mente ha llegado una gran caja, una enorme caja.
Imaginemos que te acercas y la abres, lentamente y sin preocupaciones. Es entonces cuando un nudo en tu garganta se formará y las memorias que estaban ahí adentro saldrán.
En esa caja te he mandado los buenos momentos que vivimos, la mayoría de ellos pues algunos los conservaré porque me dolería perderlos. Te he regalado las lágrimas que vinieron después de tu partida, ahí en ese frasquito con olor a sal. También te he mandado las cartas que mil veces escribí pero nunca te envié por miedo. También te mando bien doblados todos los abrazos que me faltaron darte, los que siempre te quise dar pero que guardé inútilmente y el de hasta arriba es aquel que quise darte en el momento que cruzaste la puerta de salida. También, apilados y ordenados están los besos que nos dimos, los que nos faltaron y los que se supone deberían estar en nuestro futuro. Toma uno de ellos y ponlo en tus labios ¿Aún sientes lo mismo que con el primero? Te mando bien atados hasta abajo los sueños que quisimos echar a volar pero que no pudimos al final. Al lado de lo lindo viene lo doloroso. Casi al final están los gritos que dimos tontamente, los insultos exaltados y las lágrimas. También están en otro frasquito pero estás ahora huelen a azufre. Al lado están los momentos de las discusiones y muy en la orilla está nuestra despedida. La última mirada y el adiós que tanto quisimos olvidar pero ahora te lo doy.
Te regreso todo esto porque si aún lo tengo, sé que jamás tendré la voluntad de dejarte ir y me ataré ferozmente a todo esto y será más difícil para ambos. Así que te los doy de regreso para que hagas con ellos lo que gustes, botarlos, adorarlos o simplemente que sean solo recuerdos apilados en tu mente
Por cierto... Eso de hasta arriba, lo que está arrugado y llameante...es mi último Te amo. 

Memorias de la nocheWhere stories live. Discover now