Señorita dieciocho & Señorito veinte

t r e i n t a y d o s

Mi pequeña señorita dieciocho: 

Tal vez no leas esto, tal vez lo botes al ver el remitente. No vengo a reclamarte nada, del porqué no me has contestado o devuelto la llamada. Aunque tengas mi polera roja, no me lo merezco. Han pasado muchos años, que para mí han sido un martirio. 

Te extraño. No puedo asegurar que tú también lo haces, porque me he enterado de tu relación con el psicólogo tan afamado, un tal Will. Te he visto realizar charlas y conferencias, no preguntes cómo. 

Los números veinte que sacaba en la secundaria no son lo mismo sin ti, me haces falta. Me comporté como un estúpido que no supo valorarte, que no supo conservar todo el amor que teníamos. 

Recuerdo muchas cosas que pasamos juntos, aún recuerdo la primera nota. Gracias por no botarla, porque así no hubiera aprendido a querer a alguien tan fuertemente como lo hago contigo. Quiero solicitar una audiencia con la chica de veinticuatro años que es súper exitosa y bonita, solo quiero hablar contigo, Emma. No te pido que me perdones, solo quiero oír tu voz de nuevo. 

Por cierto, sé que vas a una conferencia-yo también tengo que ir- quiero verte allí, pero me gustaría hablar a solas. 

Ramiro me perdonó, no somos los mejores amigos de antes. Sin embargo, ahora todo es mejor. 

Te amo, Emma. Como si fuera la primera vez y si me darían la oportunidad de volver en el tiempo, repetiría cada momento contigo, bueno o malo. Porque te amo y nunca lo dejaré de hacer. 

PD: Extraño esa polera como te extraño a ti. 

El chico que te espera en el parque que está cerca del lugar donde se realizará la conferencia, está al frente de la pizzería que amas.