Prólogo

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Rubí

Me siento afortunada de la familia que tengo, la mejor hija y el mejor esposo de todo el mundo. Y lo mejor de todo es que sé que mi esposo y mi hija se llevarán bien.

Me veo obligada a salir del país por un tiempo. Justo por nuestra situación económica, sólo salgo a buscar mejorías para darles lo mejor a ellos, mi hija y mi esposo. Mi madre está muy bien, luego de que mi padre falleció ella quedó con una casa muy grande y linda, pero nunca me ha gustado depender de ella.

Me duele saber que tendré que perderme parte de la niñez de mi hija y de verla crecer, sólo tiene seis años y me preocupa que no crezca con una madre al lado.

Razón por la cual la dejaré viviendo donde su abuela, será más fácil para ella ya que Andreina mi hermana, vive justo al lado de nuestra madre. Así Rose podrá tener más compañía con los hijos de mi hermana, sus primos. Aparte, mis otras sobrinas van casi todos los fines de semana a casa de mi madre y así Rose podrá pasar más tiempo con ellas.

Ramón

Al principio cuando Rubí salió embarazada, esperaba con todas mis ansias a un varoncito, la idea de tener una hija la verdad, me disgustó bastante.

Pero luego con el transcurso del tiempo me fuí acostumbrando y me dí  cuenta de que, no era tan malo como pensaba que sería tener una hija.

La verdad nuestra hija es hermosa, su piel es de un tono ligeramente moreno, ojos grandes de color negro y una sonrisa deslumbrante. Pero lo que más me gustaba de ella era su hermosa cabellera, abundante, rizada, negra y larga. Por alguna u otra razón cada vez que la veía sonreír, me quedaba mirándola por un largo tiempo, sin darme cuenta.

Infancia Destruida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora