Capítulo diez

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También la habitación era preciosa. Todo se asociaba con los ojos de Justin. Las sabanas eran de ceda gris y el cuarto tenía un balcón enorme. Hermosa habitación.

-       Espera aquí, iré a traer algo de ropa—ella asintió.

Justin entro al closet y saco algo de ropa. Abrió el cajón de caoba y saco unas camisas y los pantalones de una pijama.

-       Aquí, esta. —le entrego la ropa—Lo siento no viven muchas mujeres en mi casa—ella rio—si quieres cámbiate en el baño.

-       Okay.

_____ Entro al baño. Se quito la ropa mojada y la dejo sobre la taza del baño. Justin aun no terminaba de cambiarse…

*narrado por Justin

Escuche que el pomo de la puerta giraba y me tape con los Jeans que había sacado. Y quede hipnotizado. Hipnotizado por su cuerpo. Por ella. Bruja encantadora.

-       Justin, esto me queda demasiado grande. Prefiero quedarme así—me miro seductora, mordiéndose el labio.

-       Perfecto. Me gustas mas así—ella sonrio.

Se acerco lentamente y se detuvo delante de mí. Ella desabrocho su bra y este se deslizo por sus brazos hasta caer al suelo. No me podía sentir mas excitado. Maldita sea, ella... su cuerpo... Ella y su cuerpo entero. Esa mujer era perfecta. Me sentí atraído por sus encantos.

-       Aun tengo frio Justin. ¿Aun puedes calentarme?

Ella me tomo del cuello y con su otra mano quito los jeans que sostenía. La tome por la cintura y la atraje a mí. Ella sintió mi erección clavando en su vientre.

-       Y tú… ¿quieres saber quien me causa esto?

No solo quiero saber… quiero que me lo demuestres.

Reí pero no pude mas, aferre su trasero contra mi punzante erección y gimo. La levante y ella me rodeo con sus piernas, mientras la besaba salvajemente. La acosté sobre la cama y ella se arqueo. Dulce invitación. Mis manos se apoderaron de sus turgentes pezones que parecían estallar. Yo solo gemía de gusto. Baje mis manos por su vientre plano. Tome entre mis manos su pecho y  mi lengua delineaba sus duros pezones. La tome de la espalda y mis manos bajaron su panti hasta las rodillas. Súbitamente, ella abrió las piernas reclamando eso que tanto deseaba; mis dedos dentro de ella. Metí dentro de ella uno y ella se sacudió de placer. Ella enfrente mío; excitada, arqueándose, gimiendo. Mi miembro respondió a eso, casa ves se ponía más duro. Mis dedos jugaban con su clítoris, y ella se deleitaba en la excitación y en el placer que le causaba. Acerque mi lengua y empecé a devorar con ansias su perla. De arriba hacia abajo. Por dentro. No aguante, quería estar dentro de ella… pero ella aun quería seguir el juego. Ella me aventó y se coloco sobre mí, oh no… bajo su sagrada boca a mi pene y beso mi glande, ahora su lengua giraba alrededor de mi pene. En cualquier momento iba estallar en su preciosa cara. Basta de juegos. Me separe de ella antes de que mi semen saliera por completo. La levante y la gire. Ella gateo y puso su trasero enfrente de mí. La tome de las caderas y la empecé a a penetras por atrás, tan duro. Ella solo jadeaba. Sus gritos cada vez eran más altos. Dulce melodía para mis oídos. Mi miembro salía y entraba dentro de ella… una y otra vez. Fui aumentando mi velocidad, ella pedía aún más…

-       Quiero que grites mi nombre, hermosa—ella jadeaba de placer.

Mi miembro la comía por completo. Bese su espalda. Le encanto.

-       Oh, si… _____.

-       Justin, Justin—jade mi nombre y provoco que la embistiera mucho mas fuerte—si, sigue.. ¡aaaah! Si, Justin… Justinn, ohh, Justin

-       Justin… Justin, Justin…--escuche  una voz masculina.

Abrí mis ojos lentamente y enfrente tenía la carota de Bob, mi hermano, burlándose de mí. Todo fue un maldito sueño. Que se ******* todos. Maldeci… y ahora más que nunca quería tener a ____.

-       ¿Quién es la tal ___?—el rio mirando mi erección—mira como te tiene ¿Esta buena?

Yo agarre el cojín y golpee su cabeza.

-       _____, ah! ____--me imito—ya no te enojes hermanito—me alboroto el cabello—y mejor vete bajando eso, que no tardan en llegar papá y mamá.

¿Cómo bajar mi erección, con los recuerdos de ese maldito sueño? Joder, mi miembro iba a explotar, yo iba a explotar. Abrí la regadera y el agua helada cayó sobre mí. Mejor olvidar a esa mujer; por ahora.

Perdón,me enamoré de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora