✨003✨

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—Changkyun, lo estás disfrutando, ¿verdad?

—Mmm —suspiró hondo —. ¡Esto es el mismísimo cielo!

Changkyun había descubierto el manjar de los dioses y Jiyeon se reprochaba constantemente por eso. Los padres de ella habían surtido la despensa quincenal del hogar y entre los artículos de comida, Changkyun descubrió una envase grande con la palabra Nutella impreso. Había quedado encantado. La pobre Jiyeon sólo lo observaba desde la esquina, sentada en el sofá. Tenía muchos pensamientos revoloteando y ninguno era bueno. Estaba siendo egoísta. Él comenzaba a gruñir si se acercaba para quitarle al menos una pequeña cucharadita.

—Chang...

—No hables. Ya sabes la respuesta.

Con un mohín, le dio la espalda y encendió el televisor. La verdad es que no estaba interesada en ver algún programa televisivo, sino que quería distraerse un poco. Se había imaginado a ella misma dándole un golpe en la cabeza, para después arrebatarle el bote e irse corriendo. Pero ese plan tenía muchos pasos y no quería moverse de su lugar.

Cambiaba los canales con rapidez hasta que vio en pantalla un vídeo musical que reconocía, por lo que decidió mantenerlo ahí. Era Love Me Right de EXO, su grupo favorito. Jiyeon no pudo evitar soltar un grito de emoción. Recordó que años atrás había acudido al primer concierto de ellos y había sido la experiencia más increíble que alguien se pudiera imaginar. Se había llenado de nostalgia y alegría.

—¡Xiumin! ¡Qué belleza de hombre! —gritó con efusividad. Se había olvidado por completo de que un chico devorando un bote de avellana estaba en la misma habitación que ella. Por primera vez en minutos, Changkyun detuvo su mano y puso la cuchara en el envase. Intrigado por el comentario de Jiyeon, prestó atención a lo que estaba viendo Jiyeon.

¿Quién era ese tal Xiumin?

Sin darse cuenta, tenía su ceño se fruncido.

De mala gana continuó metiendo la cuchara hasta lo más hondo del envase y lamió cada parte de esa gran cuchara. Consideró ofrecerle un poco, sin embargo, no le había agradado aquel cumplido dirigido a alguien más. Él quería ser el centro de atención.

Era bastante contradictorio que cuando era un muñeco, Jiyeon solía halagarlo con frecuencia. Siempre le recordaba lo hermoso y guapo que era. Sin embargo, ahora que era humano a tiempo parcial no se lo había dicho siquiera una vez. Se sentía herido y molesto, ya que él trataba de decirle lo hermosa que era cada que podía, porque era verdad, aunque admitía que también le gustaba ver las reacciones que provocaban sus palabras.

—Yeonie... —susurró Changkyun. Su labio inferior estaba hacia afuera en un ligero puchero. La aludida se giró a verlo cuando el vídeo se terminó.

—¿Qué pasa? ¿Ya te acabaste el bote y por eso me hablas? —preguntó con reproche, pero el chico no fue capaz de notarlo. Seguía enfocado en el comentario que había hecho hacia el tal Xiumin.

—¿Soy guapo? —la pregunta la tomó desprevenida. Sus ojos que se posaban en Changkyun, terminaron enfocándose en cualquier otro lugar, menos en él.

¿Por qué hacía esa clase de preguntas de repente?

—¿A qué viene eso? —Recargó su espalda por completo en el sofá y puso sus manos en el regazo, mientras hacía fricción con sus muslos. Estaba rígida y nerviosa.

—Es que... ¿Por qué le dices a ese tal Xiumin que es guapo si no lo conoces? A mí no me llamas así. ¿No soy guapo?

La chica se sonrojó una vez más, como solía hacerlo. Pero en esta ocasión era porque no tenía idea de qué responder. Sabía de sobra que guapo no era el único adjetivo para describirlo, porque a decir verdad, su belleza no se podía describir en una sola palabra.

—Tal vez debería ponerme esa clase de anteojos circulares... —comenzó a divagar Changkyun. Estaba haciendo memoria de algunos fragmentos del vídeo donde Jiyeon gritaba, pues Xiumin parecía usarlos en el vídeo y quería asegurarse de que, si era eso lo que lo hacía guapo, tal vez si también los llevaba puestos Jiyeon le diría halagos con frecuencia.

—No.

—¿No te parezco guapo? —El rostro de Changkyun se oscureció de inmediato. Su mirada se había encontrado con el suelo, herido. La chica se sintió mal por la mala elección de palabras.

—No necesitas de esos anteojos circulares, ni otro tinte de cabello ni otro vestuario a lo que tú comúnmente usas —Las palabras estaban atascadas en su garganta. No estaba acostumbrada a ser directa —. Sé que no te lo digo a menudo como tú lo haces conmigo, pero debes saber que no quiero que jamás cambies lo que eres. Eres mucho más que sólo guapo, ¿entendiste?

La mano de ella buscó la de él, quién aún sostenía el envase de avellana. Finalmente lo dejó a un lado para poder tomar entre sus manos aquella suave y delicada mano que cada noche se encargaba de llevarlo a la cama y darle unas cuantas caricias en su cabellera.

—También para mí eres más que hermosa —dijo Changkyun, con una cálida y adorable sonrisa. Al fin la tenía frente a él, dándole la atención que le gustaba recibir.

Con la mano libre excavó del bote lo poco que quedaba del cremoso chocolate e hizo que ella abriera la boca formando una 'o' para darle una cucharada. Después de dejar limpia la cuchara, sus orejas se tornaron rojas y podía sentir como el calor se estaba extendiendo a partes de su rostro que no quería que fueran visibles. Recargó su cabeza en el regazo de él para recibir confortantes caricias. El enojo ya había pasado a segundo plano.

Estar en casa era agradable.

Pero estar cerca de él se sentía mucho mejor.

Para ella era mejor que estar en casa.

Pues él era su hogar.



ken doll ; im changkyun ; EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora