~Capitulo 1- ¿Como es mi futura esposa?~

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Serenity paseaba por los jardines algo cansada. El día había sido agotador, y a pesar de tener visitas en palacio, la Reina no había relajado para nada su horario. Así pues, no sólo tenía que enfrentarse a horas y horas de estudio y entrenamiento, sinó que al finalizar el día, cuando llegaba la hora de su merecido descanso, debía cenar y conversar con los monarcas de la Tierra.

Para su total sorpresa, los reyes habían resultado ser personas correctas y sinceras. La reina era cariñosa y abierta. Tenía un aire maternal que inspiraba confianza, aunque la princesa se negaba a creer en ello. Y el rey era muy cortés y atento con su esposa, aunque demasiado formal y distante con los demás. Cosa que al parecer su hijo heredó. Serenity frunció el ceño al pensar en su prometido. No lo había visto en todo el día y se había propuesto no hacerlo hasta la cena. No es que el muchacho fuera horrible, debía admitirlo, pero no era de su total agrado, ni mucho menos. Tenía un carácter altanero y machista, un profundo desprecio hacía ella y la odiosa manía de tomarle el pelo o intentar dejarla en evidencia siempre que podía. Llevaban una semana en la Luna, y dos noches se había colado en su habitación sin su permiso. La primera noche fue horrible y lo dejó prácticamente inconsciente tras una patada, sin embargo la segunda fue instructiva, ella lo mandó a paseo y el muy imbécil se había resistido poniendo el pie en la puerta. Serenity pasó varios minutos aplastándole el pie, pero nada, seguía allí esperando que se rindiera. Y lo hizo, le dejó pasar indignada y tomó asiento en una de las sillas.

•Endymion -¿Por qué eres tan arisca? - tomó asiento a su lado y la observó entretenido. Debía admitir que la chica, por muy cría y niñata que le pareciera, lo divertía.

•Serenity -No quiero conversar contigo, menos a estas horas. Ya hablamos en la cena.

•Endymion -Sí, con mis padres y la Reina Selene.

•Serenity -¿Y qué?

•Endymion -Que las preguntas que quiero hacerte no puedo decirlas en su presencia.

•Serenity -Si tus preguntas no son dignas de ser dichas ante los reyes y mi madre no creo que debas hacerlas en ningún lugar.

•Endymion -¿Tienes miedo a lo que te pueda preguntar?

•Serenity -No.

•Endymion -¿Entonces?

•Serenity -Simplemente no tengo porqué contestar. Puedes pasarte la noche incordiándome, haciendo preguntas, y no recibirás respuesta alguna.

•Endymion -¿Estas enfadada conmigo?

•Serenity -¡Por supuesto! Me estas quitando horas de mi preciado sueño.

•Endymion -Eso era una pregunta, y lo tuyo una respuesta. ¿Ves como si voy a obtener resultados?- Serenity levantó una ceja y suspiró agotada.- En serio, no quiero incordiarte ni alterar tu horario, que ya he comprobado es agotador. Sólo quiero saber con quién voy a casarme. Me sorprende que tú no muestres interés alguno.- Serenity lo observó largo rato, en completo silencio. Le gustara o no el muchacho era increíblemente apuesto. No había ni un solo defecto en su rostro, bueno, quizá solo esa sonrisa de superioridad y arrogancia que siempre llevaba puesta, pero por lo demás, era perfecto.

•Serenity -Eres muy apuesto. - Endymión se sorprendió por la afirmación y la miró sin comprender. - No voy a negar lo evidente.

•Endymion -Supongo que debo agradecer tus palabras.

•Serenity -O no. Es la verdad, ser apuesto no es algo que te hayas ganado, naciste así.- Endymión rió divertido y por un momento la princesa se dio permiso para analizarlo. No había visto sonrisas sinceras aún en sus facciones cuando estaba con ella. Sí las había visto sin embargo cuando lo encontraba con Amy, o en algunas ocasiones con miembros del servicio. Era más de lo que se esperaba de alguien como él. Pero aún así se sorprendió a si misma queriendo recibir ese mismo trato, al menos, para no odiar tanto ese matrimonio.- Yo también soy hermosa.

•Endymion -Que modesta.

•Serenity -Ya te lo he dicho, ser físicamente atractivos no es un mérito nuestro. Mi madre fue y es la Reina más hermosa que la Luna ha tenido, es lógico que su hija también sea hermosa.

•Endymion -Supongo, sí, debo admitir que lo eres. ¿Pero a qué viene todo esto?

•Serenity -Viene a qué, como hombre terrícola y de la realeza, admiras la belleza más que nada. Sólo hay que verte para saberlo. Cuidas cada parte de tu fisonomía con mera atención. Siempre luces perfecto y, excepto cuando entrenas, nunca hueles a algo que no sea a rosas.

•Endymion -¿Eso te molesta?

•Serenity -No. Eres un príncipe, es normal.

•Endymion -Sigo sin entender el punto de tu argumento.

•Serenity -El punto de mi argumento es que, lo que más valoras ya lo tienes. Una chica joven y hermosa. ¿Qué importa como sea? En las fotos de nuestra boda no se verá mi forma de ser, ni tampoco en tú planeta dónde por respeto, siempre serás tú quién informe de las decisiones políticas. Sólo voy a ser una mujer hermosa sumisa y dócil colgada de tu brazo a ojos de los demás. Así que dime ¿Qué importa como sea?- Endymión la contemplaba atónito. ¿Era posible que esa niña les tuviera en tal consideración? El machismo había predominado en la tierra siempre, al menos hasta el último siglo, pero los tiempos habían cambiado, y aunque la mayoría de la población era reacia al cambio, incluso las propias mujeres, en palacio la reina había asumido igual responsabilidad en el mandato.
Continuará...
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Tierra y Luna - Sailor Moon [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora