~Capitulo 8 - La Tierra~

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•Kunzite -No sabíamos si sabía montar, así que trajimos cinco con la esperanza de que se dejara acompañar por uno de nosotros. - Serenity se sintió algo decepcionada por no poder llevar su propio caballo. Le encantaba montar y tener que hacerlo de equipaje le molestaba. Pero comprobando su vestimenta creyó que había sido lo mejor. Le era impensable montar a caballo con semejante vestido y no era muy ducha en montar sentada de lado.

•Zoicite -Si me permite princesa, yo la acompañaré hasta palacio.- El general que respondía al nombre de Zoicite se acercó hasta ella ofreciéndole la mano.

•Serenity -Me parece perfecto.- Una extraña corriente recorrió a la princesa al tomar su mano y ver su sonrisa. Ese hombre era maravilloso. Tenía un pelo plateado más típico de la luna que de la Tierra y unos modales refinados. Por un instante, se sorprendió anhelando que Zoicite y no Endymión hubiera sido su prometido. Bajo la atenta mirada de Endymión, Serenity fue ayudada a subir al corcel y muy pronto se vio entre los brazos del general. Este se limitó a sonreírle y en completo silencio se encaminaron a palacio.

Una vez allí fueron recibidos por la guardia y los principales miembros del consejo. Estos eran exactamente tal cual la princesa se los había imaginado. Hombres mayores, con calvas enormes o cabellos canosos. Más bien de complexión robusta y estatura bajita. Sólo uno sobresalía del prototipo, una mujer joven de cabello pelirrojo, se presentó como Beril y algo en sus ojos y su falsa amabilidad alertaron sus sentidos. Esa mujer, no era de fiar. No para ella, al menos. El príncipe se disculpó en su nombre y la acompañó hasta sus estancias con la excusa de que el trayecto había sido pesado.

•Serenity -El paseo a caballo ha sido maravilloso.

•Endymión -He notado tu atención hacia Zoicite. ¿Te ha agradado?

•Serenity -Es un hombre muy atento y caballeroso. Parece digno de confianza.

•Endymión -Ya...

•Serenity -¿Ya? ¿Qué quiere decir "ya"?

•Endymión -Pues eso, ya. - la princesa analizó su expresión sin obtener resultados y decidió ignorar ese "ya".- Espero que tu habitación sea también de tu agrado.

•Serenity -No tengo dudas de que así será. Todo esto es...es...hermoso. Hay tanto verde por todas partes, tantas rosas... Muero de ansias por ver el mar.

•Endymión -No se cuando podremos, pero prometo llevarte a verlo.

•Serenity -¿En serio?

•Endymión -Por supuesto.- Pero Serenity se dijo a si misma que no iba a esperar a que el príncipe la escoltara. Se haría con un caballo y saldría a cabalgar esa misma noche si la guardia dispuesta para ella no era demasiado extensa. - Bien, hemos llegado.

El príncipe abrió unas puertas de extensa madera pulida y descubrió ante sus ojos un hermoso dormitorio casi tan grande como el que tenía en la Luna. Estaba decorado con miles de encajes floreados y un gran ventanal dejaba pasar la luz que resplandecía por todo el lugar. Serenity se adentró asombrada y corrió hacia la puerta del baño haciendo que el príncipe sonriera. Parecía una niña curiosa. Pronto salió del cuarto con una sonrisa de oreja a oreja que encandiló a Endymión.

•Serenith -¡La bañera es enorme! Casi parece una piscina.

•Endymión -Pareces asombrada, tus aposentos son mayores Serenity.

•Serenity -¿Y qué? Esto es igual o más hermoso. ¿Has visto las flores de la mesa? ¿Qué son?- Endymión observó en la dirección que mencionaba y se puso a reír como loco para total desconcierto de la princesa. - ¿Qué?- pero nada, el príncipe no paraba. - ¿Por qué te ríes de mi? - pero la pregunta no iba con enfado o indignación, Serenity estaba embobada con esa risa natural y sincera dirigida sólo y exclusivamente a ella. Cuando el príncipe logró recuperarse se acercó a ella y la llevó hasta la mesa.

•Endymión -Coge una.

•Serenity -¿Perdón?

•Endymión -Coge una. - Serenity agarró una de las flores entre las hojas verdes que las decoraban y se sorprendió por lo que pesaban.- Son cerezas. Las han dispuesto para ti, es tiempo de recolecta.

•Serenity -Es una...¿una fruta?

•Endymión -Ajá.

•Serenity -¿Puedo?- El príncipe asintió aún sonriendo y Serenity probó la fruta asombrándose de su sabor. Pero el momento fue arruinado al morder con fuerza y notar algo sólido clavarse en su boca.- ¡Joder!- La princesa se tapó la boca al darse cuenta de la expresión vulgar que había salido de sus labios y enrojeció.- Esto... eh...tiene...tiene hueso.

•Endymión -Perdón, se me olvidó decírtelo. ¿Te has hecho daño?

•Serenity -No...bueno...sí pero saldré de esta. ¿Dónde...?- Serenity volteó la sala con la vista buscando un plato o similar para dejar el hueso, pero a falta de hallarlo entró de nuevo en el cuarto y en cuestión de segundos se oía el sonido de la cadena.- Listo.

•Endymión -No me has dicho si te han gustado.

•Serenity -Son deliciosas, o al menos lo eran antes de perder un diente por su culpa.- Endymión sonrió y por primera vez desde que se habían conocido mostró un gesto cariñoso hacía ella al pellizcar su nariz.

•Endymión -Eso te pasa por ansiosa, menudo mordisco has pegado. - Serenity estaba anonada. ¿había sido el príncipe atento con ella?- Bueno, debo ir a hacer cuatro cosas, la reunión será a las cinco

ESPERO QUE LES HALLA GUSTADO

Tierra y Luna - Sailor Moon [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora