Tierra y Luna - Sailor Moon [Terminado]

~Capitulo 14- ¿Guerrero Luna?~

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•Endymión -Te presento a Moon. – Serenity se giró tan rápido que por poco se disloca el cuello.- Se que una yegua blanca sería más indicada, pero me enamoré de esta preciosidad nada más verla, y como de niño adoraba la luna y su brillo, decidí ponerle su nombre. Aunque en realidad se llama Sailor Moon, pero es demasiado largo.

•Serenity -¿Sailor…Sailor Moon?

•Endymión -Si. Cómo vuestra guerrera legendaria. Debo admitir que me moría por conocerla en palacio, a su heredera me refiero. Pero la reina me dijo que estaba entrenado en el exterior y que su identidad era un secreto para protegerla. Es curioso que protejáis a la más poderosa de las guerreras y a las demás no. – Serenity agachó la cabeza y se acercó a la yegua. Esta fue reacia a su cercanía, pero tras susurrarle al oído suavemente se dejó un poco. Aunque finalmente se apartó y se alejo de la princesa inconforme.

•Serenity -No le gusto mucho.

•Endymión -Es desconfiada.

•Serenity -Lo he visto.- Endymión se acercó a la princesa con un leve rubor en sus mejillas y levantó su rostro cogiéndola suavemente por la barbilla.

•Endymión -¿Todo va bien Serenity?- la muchacha contempló sus ojos azules. Era tan apuesto…y parecía tan dulce a veces. Se sintió extraña al contemplarlo así, tan de cerca y por un momento algo nació en sus entrañas. Pero la imagen de Seiya se cruzó por su mente y se apartó lo más lentamente que pudo de Endymión.

•Serenity -Sólo estoy algo confusa y agotada. El día ha sido algo duro para mí y estoy en un lugar nuevo y diferente. Perdóname si me siento algo desorientada.

•Endymión -Para nada…es normal.

•Serenity -Tú parecías cómodo en la Luna. – Endymión sonrío.

•Endymión -Soy buen actor.

•Serenity -Yo no.

•Endymión -Sí que lo eres, has engañado a todo el consejo con tu actuación de mujer segura y firme. No has mostrado ni un atisbo de miedo o desconfianza, y estoy seguro que debías sentirte aterrada.

•Serenity -Pues estas equivocado.- la chica se puso a la defensiva en ese mismo instante. ¿Por qué todos creían que era una niña tonta jugando a la política?- No he estado aterrada en ningún momento. Tenía el control de la situación y nunca jamás salen de mis labios palabras que no hayan sido meditadas previamente. Sé que te cuesta creer que una mujer pueda igualar a un hombre en estos temas, pero no me subestimes, sé gobernar un sistema, para eso me han educado. – Endymión la miro perplejo. ¿Otra vez le salía la vena combativa? El comentario era adulador no una queja.

•Endymión -No estaba negando tus dotes, sólo decía que habías sabido interpretar bien el papel.