~Capitulo 9 - Andrómeda ~

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ANTES DE EMPEZAR CON EL CAPITULO, QUIERO PEDIRLES PERDON POR NO SUBIR ESTAS SEMANAS, AQUI LES DEJOR ESTE CAPITULO ESPERO QUE LO DISFRUTEN

•Serenity -Entendido.

•Endymión -Puedes salir a explorar si lo deseas. El palacio esta completamente vigilado, nada puede pasarte tras sus muros.

•Serenity -Gracias.

•Endymión -Y Serenity…

•Serenity -¿Sí?

•Endymión -Procura que no se te escapen más vulgarismos frente al consejo, eso no les gustaría. – Serenity sacó la lengua en contestación y Endymión abandono la habitación con una sonrisa.

El saberse lejana a los suyos había convertido a la princesa en alguien más afable. Quizá era sólo un intento por ser educada y no volver a caer en los errores anteriores pero Endymión quería confiar que ella era así, y que la chica tonta y orgullosa que había conocido en la Luna no era más que una máscara para protegerse de un hombre en el que no confiaba. Se prometió que intentaría ser más atento y dulce con ella. Al menos, podría tener una amistad con su esposa, eso, sería suficiente.

Por otro lado, Serenity acomodó sus pertenencias y se alistó algo menos formalmente. Un vestido blanco de mangas cortas fue su elección y sólo un lazo el color rosa adornaba su cintura. El cabello, que usualmente recogía en dos moños, se lo dejó en una única cola de caballo. Y así, mucho más cómoda de cómo llegó, se dispuso a explorar los jardines.

Endymión tenía razón, había mucha vigilancia. Demasiada vigilancia en realidad. Su esperanza de salir esa noche se había ido al caño al contemplar las salidas de palacio. Al menos había diez guardias en cada una de ellas, y los muros eran tan altos que era impensable saltarlos. Aún así, sonrío al pensar que la tele transportación era su arma secreta.

• ??? -¡Eh! No deberías estar aquí. Estos jardines están exclusivamente guardados para la familia real.- Una niña de cabellera negra como la noche corrió a su encuentro. Sus ojos rubíes la miraban enfadada y tenía los brazos cruzados bajo el puchero de sus labios.- ¿Eres nueva?

•Serenity -¿Disculpa?

• ??? -Vamos, no seas lenta. Te pregunto si eres nueva.- ¡Que impertinente la cría!

•Serenity -Algo así. ¿Por qué pequeña?

• ??? -No soy pequeña y más respeto. Tengo siete años, ya soy mayor.- Serenity sonrío y se puso a la altura de la niña. Esta retrocedió un poco y la miró con desprecio.

•Serenity -Siete años… sí, es cierto, ya eres mayor.

• ??? -¡Claro que sí! Y no hace falta que te agaches, que seas más alta no me intimida. Ahora dime dónde estas asignada para que te acompañe hasta allí. Podrían despedirte si te ven por aquí. ¿O a caso no te importa?

•Serenity -Dudo que me despidan ¿sabes?

• ??? -¡Entonces eres tonta! Han despedido a otras por mucho menos. – Serenity sonrió, la niña gritaba y despotricaba mientras cogida de su mano la alejaba del lugar. Cuando llegaron a los pasillos del servicio de palacio la niña suspiró tranquila.- ¿Me vas a decir dónde estas asignada o qué?

•Serenity -¿Por qué me ayudas? Tú también estabas en los jardines, ¿no? Eres por tanto miembro de la corte. ¿O me equivoco?- la niña la miró asombrada e indignada.

•??? -¿Es que acaso no sabes quién soy? ¿¡De que planeta vienes niña tonta!?- vale, ahora entendía su simpatía por esa niña a pesar de ser una mal educada, esa niña era el vivo retrato de Ray. Incluso la había llamado niña tonta como a menudo ella hacía.

•Serenity -Pues, vengo de la Luna.- Bingo, la niña estaba muda.

•??? -Eres…eres…

•Serenity -La princesa Serenity. ¿Y tú pequeña?

•Andrómeda -Yo…soy la sobrina del Rey, la princesa Andrómeda.

•Serenity -Entonces, sería más correcto dirigirme a usted de un modo más formal. Encantada de conocerla princesa Andrómeda.

•Andrómeda -Yo…lo siento. No sabía que hubiera llegado hoy.

•Serenity -Tranquila. Sólo intentabais que no me despidieran. Pero ahora que sabéis de mi, ¿Puedo preguntarle sí me esta permitido pasear por esos jardines? Son hermosos.

•Andrómeda -Por supuesto que sí, es nuestra invitada.

•Serenity -Gracias.- hizo una reverencia a la niña, que aún estaba atónita, y empezó a caminar. Sin embargo, un impulso la frenó dónde estaba.- ¿Quiere pasear conmigo un rato, princesa Andrómeda?

•Andrómeda -¿Me invita a acompañarla?

•Serenity -Si no es molestia, estoy algo perdida y me gustaría algo de compañía.

•Andrómeda -En ese caso, me encantaría.

La tarde se pasó rápido. La niña se había vuelto educada de repente y resultó ser muy madura para su edad. Tenía arranques de niña pequeña, por supuesto, pero solía responder a todo de un modo muy acertado y elocuente. Por ejemplo, Serenity le preguntó sobre un árbol que le gustó, y la niña le explicó los orígenes de la especie y porqué decidieron plantarlos en palacio. Unos conocimientos muy poco comunes en una niña, más aún una princesa terrícola. El príncipe las sorprendió a eso de las cuatro. Ellas estaban riendo bajo la sombra de un abeto. Se habían acomodado en una pequeña manta que la niña había solicitado y tomaban pastas y té mientras conversaban animadamente.

•Endymión -Pero qué ven mis ojos, An se nos ha vuelto sociable.

•Andrómeda -¡Endymión! – La niña se levantó veloz pero frenó su carrera. Parecía tener una lucha interna entre sus deseos de abrazar al príncipe, y su sentido de lo correcto. Así que sólo hizo una reverencia y lo saludó formalmente.- Me alegra que haya llegado bien de la Luna, príncipe. – Endymión la contemplo asombrado, luego confundido y finalmente optó por reírse.

•Endymión -¿Pero a qué viene este trato? ¿Dónde esta mi abrazo? – la niña carraspeó incómoda y señaló con los ojos a Serenity. - ¿Qué?

•Andrómeda -Por favor Endymión, tenemos invitados. – Serenity sonrío tras la niña y esta pareció alterada.

•Serenity -Tranquila princesa, Endymión y yo tenemos confianza suficiente para tutearnos. Me gustaría tener esa misma confianza con usted, si me lo permite.- La niña parpadeó confusa, gesto que le recordó a Endymión.

Andrómeda -Yo…claro… si a usted le parece bien, por supuesto. – Serenity se levantó y se agachó a la altura de la niña. Endymión no escuchó lo que la princesa susurró en su oído, pero tras las palabras de Serenity la niña corrió a abrazarlo. Él la recibió gustoso y miró a su futura esposa.

•Endymión -¿Qué le has dicho para que cambie de opinión?

•Serenity -Que yo siempre he querido tener hermanos o primos, y que no me perdonaría a mí misma no recibir a alguno de ellos con un abrazo. – Endymión sonrío y cargó a la niña en sus brazos. La hermana de su padre había muerto en el parto de Andrómeda y su marido dos años más tarde por enfermedad. Así que a la corta edad de dos años, Andrómeda se había quedado huérfana. Los Reyes la querían como a una hija y para Endymión, más que una prima era una hermana.

Asta la próxima ....

Tierra y Luna - Sailor Moon [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora