Espacio.

5 0 0
                                    

De nuevo sus ojos se apoderan de mi,  de nuevo su mirada se posa sobre mi.  Cada minúsculo detalle de su persona me enamora.  Se atreve a decir que se siente mal por algo y la aliento,  por que una estrella se queda corta a tan semejante belleza,  porque una flor de queda opaca a tan delicioso aroma.  Ni el atardecer se disfruta tanto,  en el caso de estar frente a uno,  sería el ocaso disfrutando de su presencia. La Luna es blanca y con marcas que no se quitan,  pero en ella estas heridas simplemente sanaron con mi tacto,  mis pensamientos sublimes, cursis y románticos deleitan sus mensajes cada 11.11,  escuchar su corazón mientras se recuesta en mi pecho es simplemente adorable.  Cada latir,  cada palpitar en ese instante,  es un te amo,  reprimido por todos estos músculos que se contraen cuando siento su piel rozar con la mía.  Mis manos inquietas desean recorrer cada parte de ella,  cada pedazo de piel que toque,  será una nueva experiencia,  una nueva vida.  Cada palpitar acelerado de su corazón será volver a nacer.  El sol nos alumbra y sus ojos brillan,  esa pequeña luz que se ve en su mirada,  es más que su alma en su estado natural,  el no movernos por tiempos y tratar de decifrar que quiere decir nuestro corazón,  lo cual nuestros labios no se atreven a decir.  Escuchar una canción que se esmera en contar nuestra historia,  pasar de escuchar el por qué estoy en su camino,  a escuchar que simplemente el estar entrelazadas hace que nos sintamos seguras,  y en casa.  Sus labios tienen un sabor perfecto,  su lengua acaricia la mía con tal brutalidad.  Ese otro sitio del que se habla,  ese sitio vacío,  sin pensamientos,  sin motivos,  sin razón,  sin nada. 

Un espacio volátil que me abruma,  no hay ningún pensamiento,  no hay ningún problema,  no hay nada el porque alterarse,  un espacio que solo sus besos hacen que no vuelva.  No quiero volver,  es irse a un mundo adverso sin ningún tipo de maldad,  solo puedo imaginar su cariño  el cual me expresa con esos lentos movimientos. Un espacio en donde podemos expresarnos sin ser juzgadas,  es volar sin miedo a caer,  es nadar libremente sin miedo a ahogarte,  es conducir sin miedo a estrellarse, es cantar sin desafinar ni una nota. Es actuar sin miedo a equivocarse. Mi alma ya no tiene miedo de nada,  se siente en plena calma, plenitud que invade mi cuerpo de una manera abrupta. Plenitud que mi cuerpo y mente quieren sentir durante mucho tiempo,  amo su vulnerabilidad,  amo sus celos,  amo su gusto por la música,  amo su manera de pensar,  amo su cuerpo y cada parte de el me enamora cada vez más.  Amo su carácter,  amo que me irrite en algunos momentos,  amo sus dudas, sus muecas,  sus labios,  sus hermosos ojos cafés.  Un eclipse?  No,  prefiero mil veces verle pestañear, el mar?  No,  prefiero que mi tacto cause que brote ese delicioso néctar de su cuerpo.  Una fiesta?  No,  prefiero mil veces quedarme en casa,  a su lado,  mirándole a la ojos y diciéndole lo mucho que la amo,  lo mucho que me dolerá si la pierdo,  prefiero mil veces pasar todos mis días con ella,  compartiendo cada momento importante,  cada instante,  cada lugar.  Porque solo ella puede hacer que este corazón se acelere y se detenga,  todo al mismo tiempo.  Porque solo es su amor,  su carisma,  su simpatía,  su sinceridad.  Porque solo fue ese primer te amo,  el que curó mis heridas. Porque fue esa primera mirada la que hizo que me enamorara más de ti.  Solo tú causas esas mariposa en mi estómago,  las cuales se transforman en un zoológico cada vez que te veo. 

Mi mayor miedo es perderla,   no quiero que nadie más entre a mi alma como ella lo ha hecho,  estaba destrozada,  me sentía vacía,  de un momento a otro llegó ese lindo ángel con esa luz tan hermosa.  No puedo creer que me enamoré de nuevo,  de nuevo mi palpitar se paraliza al sentirle,  de nuevo mis ojos brillan con solo una mirada suya,  de nuevo me inspiro todos los días a escribirle cartas.  Cartas que un día fueron solo melancolía y llanto desenfrenado, solo ella,  solo ella las logró transformar en versos poéticos,  en ramos de palabras que siempre le podré brindar.  Sinceramente,  no puedo vivir sin ella,  no quiero vivir sin ella.  Su presencia es necesaria en mi vida,  en realidad,  muero por una vida a su lado.  Una vida para demostrarle que fui la indicada,  una vida para demostrar que no me equivoqué al esperar por ella,  una vida para concretar todo nuestro hermoso futuro juntas. Toda una vida,  para al final,  cuando nuestros cuerpos ya no den más y nuestras almas partan a otro espacio,  cuando en ese último minuto de vida que nos queda.  Podré mirarla a los ojos,  tomar su mano,  y decirle.  Vez mi bonita,  si eras el amor de mi vida.

Que los días cuenten. (She) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora