Cualquiera hubiera pensado que el no asistirá a clases el día siguiente, ella no, sabía perfectamente que el iba a ir a clase.
Ni siquiera se sorprendió al verlo en el marco de la puerta, con los lentes puestos, sabía que quería ocultar sus ojos tristes.
Se sentó a lado de ella sin decir nada y recargo la cabeza sobre sus brazos recostándose sobre la mesa.
Ella le miro y se le hizo un hueco en el estómago, le dolía mucho verle tan apagado.
—Ya viste los letreros—pregunto tratando de comenzar una conversación.
—¿Cómo no verlos?, Están por todos lados.
—Y qué piensas ¿Quieres ir?
—No se
La pelirroja paso por enfrente de nosotros con el cabello trenzado y con un conjunto que parecía ser hecho a la medida. Le volteo a ver un poco y cruzaron miradas por un segundo para luego ella alejarse ella a su lugar.
—¡Deja de verla así! No ves que es lo que ella quiere—dijo ella en reproche.
—Lo se, pero aún la amo—. Las dagas acuchillaron a Sam con aquellas palabras.
Ella ya no contesto y se reprochó el no haberlo hecho no quería ser débil, no de nuevo. Pero tampoco quería contestar con algo que lo hiciera, por qué antes que todo el era su amigo y lo debía apoyar aunque eso significara dejar de lado sus sentimientos.
La clase termino y ninguno de los dos volvió a hablar ni siquiera lo necesario.
Sam entro a su siguiente clase y saco su cuaderno antes de que llegara su compañero.
«Me puedo ahogar con las palabras que están atoradas en mi garganta.
Pero lo prefiero antes que arruinar todo esto.
Por qué empecé a sentir esto.
Por qué no detengo este sentimiento.»Y guardo el cuaderno cuando diviso una conocida melena rubia brillante.
—buenos días—saludo con su ya conocido optimismo.
—¿Y que tienen de buenos?
Él sonrió mirándola si había algo que distiguia Marcos era que era que siempre le veía el lado bueno a las cosas. Siempre incluso las cosas malas como cuando Sam y Francisco habían roto el solo llego y le dijo.
—Piensa que era muy egocéntrico, vendrá algo mejor.
Y así era el, incluso el mucho tiempo antes le había dicho a Samantha que se terminaría enamorando de Nicolas tarde o temprano, era optimista y bueno brujo también.
—Adivinare ¿Que hizo ahora tu amorshi?— le busco el rostro haciéndose paso por el cabello suelto de Sam.
—Odio que lo llames así—contesto.
El comenzó a reír con carcajadas estruendosas.—Acabo de adivinar, como siempre—hablo con aires de grandeza.
—te odio—. le miro ella mal pero con una risa apunto de salir.
—Vamos ahora cuéntame—se acomodo en la silla.
ESTÁS LEYENDO
Dueles
Cerita Pendek▪Y es que aún me duele que no me vieras hasta que todo esto paso▪