capítulo 9: ayer.

1.7K 208 44
                                    

 Habían pasado dos meses desde esos calientes cafés colombianos cuando Harry atendió por primera vez en el local, una especie de favor de amigos.
 Un mes de eso cuando Louis le ofreció quedarse a comer, siendo bien recibido en esa noche de verano. Chistes volaron por la mesa, junto con comida que Freddie tiraba a todos lados. El mayor volvió a disculparse por eso, Lottie terminó llevándoselo al cuarto con la excusa de leerle un cuento.

 Cuatro meses cuando fue el cumpleaños de Louis, y Harry hizo un pastel. Cuatro meses cuando el más bajo abrazó con tanta fuerza al alto, que podría haber unido sus piezas rotas, si no lo estaba haciendo desde antes.
 Otro mes cuando se cumplieron dos años del nacimiento de Freddie, y Harry palmeó al verlo corretear y lanzar palabras con cierto sentido, más orgulloso que el propio Louis.
 Un mes más para el cumpleaños de un rizado sonriente que no quiso hacer una celebración, y Louis puede haber llegado a su casa con su pequeña y rota familia y levantado la tarde, chistes subidos de tono que Zayn lanzó, porque no quiso quedarse atrás e incluso llevó un regalo.

 Otra noche calurosa de Agosto, un Harry con cabello por debajo de los hombros tiraba humo sucio contra la cara de un encantado Louis, que le robaba el cigarro para lanzar el humo hacia la ventana, Freddie dormía en el sofá mientras ellos se habían alejado para fumar sin contaminarlo tanto.

 "¿Por qué vives con Lottie?" Preguntó de pronto, voz lejos de juzgar y simplemente curiosa. Los ojos azules rehuyeron al verde y se clavaron en la luna, distraídamente haciendo las cenizas caer.

 "No tenemos padres." Explicó, apagando el cigarro contra el alféizar. "O, bueno, en algún momento los tuvimos. Nos dejaron cuando ella nació. Tenía tres." Sorbió su nariz sin mucha preocupación, pasando una mano distraídamente por su cabello mientras se apoyaba contra el marco de la ventana, ojos enamorándose otra vez de la luna.
 No buscó esa mirada de lástima que obviamente se formó en su rostro, aceptó de mala gana caricias sobre su espalda desnuda, pieles calientes y sudadas porque el ventilador no tiraba una mísera ventisca.

 "Que jodido" respondió el rizado, ese tono seriamente cómico que había aprendido a usar. Sonrisa de lado, otra en manos de Louis.
 Fue una hora con treinta y dos minutos más tarde cuando el mayor simplemente lo soltó.
Habló sobre rehabilitación y omitió algún detalle que en realidad no era tan importante, como haber golpeado a algunas personas con buenas intenciones. Explicó otros que nadie había preguntado y jamás había mencionado, como la cinta roja atada en su muñeca izquierda, o de su "voto de castidad".
 Harry lo escuchó, no había aprendido a reaccionar cuando Louis contaba cosas de su pasado, porque jamás pasaba. Pudo haber estado aprendiendo a hacerlo sobre la marcha y terminado deduciendo que a Louis no le gustaba la lástima y que estaba resquebrajado y unido con pegamento universal, y tapado con tantos tatuajes para que nadie pudiese verlo.
 Y Harry simplemente lo abrazó hasta que el cigarrillo se consumió en su mano y solo lo soltó porque una brasa llegó a su dedo, y rieron porque las risas terminan por aligerar cualquier ambiente.

 Probablemente fue una semana más tarde cuando ellos estaban nuevamente en el departamento de Harry, y esa noche eran Louis y Harry y no había un Freddie ni Lottie ni Zayn, y los sentimientos pesaban más de lo normal mientras veían esta película-documental sobre cachorros de osos polares, y podía ser maldimente triste y Louis creía que el rizado la había elegido para que se sintiese así, y ahora lo estaba abrazando a pesar del calor, porque no dejaba de gimotear que era muy feo para ser cierto.

 "Harry... quítala, no quiero llorar..." pidió, estirando las piernas sobre las del menor, ellos tenían esa cosa.
 Esa cosa. Así la llamaba Zayn. Como, esa cosa de amigos que no se auto proclamaban amigos porque sabían que no lo eran, pero ninguno daba un paso más, y sólo estaban allí, compartiendo esos momentos todo el tiempo y la tensión del «tiene que pasar» no se evaporaba.

 "¡Pero Lou! Míralo, es muy bonito, no puedes querer que lo quite." Respondió el rizado, sonriendo con la voz, que también estaba quebrada y las lágrimas en sus ojos no decían lo mismo. Acomodaba al mayor entre sus brazos mientras tenía ese sentimiento de autosuficiencia entre las costillas y un poco dentro, del lado izquierdo, el mismo que se le instalaba cuando lograba algún «cometido» con Louis. No es como si esto lo fuese.

 "No quiero verlo..." se quejó de nuevo, escondiendo la cara contra el sofá y el cuerpo sudado de Harry, ¿ellos siempre estaban sin remera?
Al parecer si. Al parecer el verano hacía eso de que la gente tenga calor y se quite la ropa y sude y sea pegajosa y Louis quería lamerle al brazo para saber qué tan dulce podía ser. Eso no era extraño.
 "Por favor, Harry, quítala, es triste y no quiero llorar por una película." Volvió a pedir. El hombre negó con la cabeza, manteniéndolo más cerca y Louis podía sentir su sonrisa sin siquiera mirarlo, maldito bastardo.
 Quince minutos más de súplicas ahogadas en calor, pareció que eso de pedirle cosas al universo funcionaba. La luz se cortó con un «plop», siendo celebrado por vítores del mayor al verse sumidos en plena oscuridad.
 Cosa buena del verano, o mala. La gente usaba demasiado la electricidad.

 "¡Oh, no puede ser!" Se quejó el más alto, riendo. "Venía la mejor parte. Los hermanitos morían."

 "¡Eso es sádico!" Se rió en respuesta.

 "Calla."

 "Tú deberías callar."

 "Tú deberías callarme."

 "Tú deberías besarme."

 No lo había dicho. Louis no podía simplemente haberlo dicho, ¿o si? Harry no pareció tan turbado por sus palabras como debería para ser sólo un par de amigos, y definitivamente no estaba preocupado cuando asintió con la cabeza, pestañeando con la lentitud de esa paz interior que a veces brotaba de él y acababa por volver loco a Louis, porque la amaba.

 Pasó en cámara lenta, y al mismo tiempo demasiado rápido. Y no supo cuánto duró porque el tiempo parecía haberse congelado y derretido y jamás había sido consciente de que era un invento del hombre, hasta que sus labios tocaron los del rizado y hubo una sonrisa de por medio, y sus dientes entrechocaron nerviosos mientras sus manos viajaban, algunas detrás de la nuca, otras hacia caderas, sentían cosquillas de pestañas y su boca se entreabría nerviosa, y fue tomando territorio sin pensarlo hasta que de pronto la luz estaba allí de nuevo y Louis y Harry ahora eran louisyharry y pudieron haber vuelto a reír mientras sus labios volvían a juntarse.

impregnado ; lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora