Lo único que sentía era un leve ardor en su espalda y un frío intenso. Abrió los ojos con pereza y cansancio, su mirada desenfocada por la falta de uso, divisando muy difusamente colores oscuros como bordo, marrón y borravino, acompañados de algunos plateados y dorados. Se incorporó muy a su pesar, quedando sentado en lo que luego notó era una cama de una plaza con sabanas kaki, frazada marrón y acolchado borravino. Miró a su alrededor, ya su vista más enfocada, divisando una habitación de paredes marrones, muebles de madera oscura, un armario al otro lado de la habitación, un escritorio y una silla al lado de la cama, una puerta al lado del escritorio y una ventana al lado del armario. Algo asombrado y desconcertado, Encre se levantó de la cama, tembloroso y dolorido, notando que tan solo llevaba sus pantalones y un vendaje alrededor de su torso y columna vertebral. Como pudo, camino hasta una puerta que se encontraba paralela a la ventana y la abrió, saliendo a un pasillo alfombrado con paredes grises y ventanas con cortinas bordos cerradas.
-...Que lugar más tétrico... pero lujoso- Murmuró para si mismo, notando su garganta ceca
Camino apoyando su mano en la pared, débil. Rondó por los pasillos hasta que llegó a una gran escalera, la cual bajó con mucha dificultad. Al bajar el último escalón y susp6irar, el pintor notó unas cuantas muchachas vestidas de sirvientas yendo y viniendo de una habitación a otra, llevando cosas entre sus brazos. Curioso, comenzó a acercarse a ellas, sin embargo tropezó con una alfombra doblada y cayó al suelo bruscamente, soltado un quejido que atrajo la atención de las sirvientas, quienes dejaron lo que hacían para socorrerlo.
-¿Se encuentra bien Señor?- Preguntó una de ellas, ayudando al artista a levantarse
-Eso creo, gracias sonorita- Suspiró, sacudiendo con mucha dificultad su pantalón
-Será mejor que lo llevemos con el jefe- Afirmó otra de las sirvientas, tomando uno de los brazos de Encre y pasándolo por sus hombros
Todas las sirvientas lo llevaron por los pasillos hasta una gran entrada que daba a una gigantesca cocina, en donde lo hicieron sentarse en una silla mientras una de las muchachas iba a hablar con un esqueleto que se encontraba del otro lado de la cocina, hablando con las cocineras. Luego de susurrarle algo al oído, la sirvienta se apartó y lo señalo mientras el esqueleto se volteaba a verlo, dejando así ver que era ni más ni menos que Suave.
-¡Señor Encre!- Musitó el esqueleto, antes de despedirse de las cocineras y trotar hacia el artista- ¿Se encuentra bien? ¿Qué hace fuera de la habitación?- Inquirió rápidamente
-Me encuentro algo dolorido, pero vivo; y quería saber dónde me encuentro- Explicó
-Ya veo... Es un alivio que se encuentre bien- Suspiró- Muy bien, chicas, vuelvan al trabajo por favor, yo me encargare del joven ahora- Informó a las sirvientas, quienes asintieron y se despidieron antes de marcharse- ¿Quieres algo de comer?- Pregunto ahora mirando a Encre
-Si, por favor- Afirmó gentilmente, pensando sobre lo que ocurrió antes de perder el conocimiento el día anterior- ... ¿Qué sucedió luego de que perdí el conocimiento? ¿Qué sucedió con la criatura?- Inquirió luego de unos minutos, cuando Suave se encontraba preparando rápidamente un sándwich
-...Luego de que quedó inconsciente, mi Señor me ordeno traerlo dentro y curarlo, mientras él y su hijo fueron en casería de la criatura...- Relató, algo ido
-¿Cazar a la criatura? Wow, su Señor y su hijo son muy valientes; cuando vuelvan debería agradecerles por haberme curado y dejado pasar la noche aquí- Sonrió, pensando en la amabilidad que debían poseer los Señores de Suave
-...La persecución paso hace días, mis Señores ya han eliminado a la criatura y han vuelto; Encre, usted durmió por 5 días- Lo miró serio Suave, algo dudoso de decírselo o no
Encre lo miró sin parpadear por un tiempo, en silencio, procesando la información. Si él había dormido por 5 días significa que en el pueblo deben estarlo buscando, sin mencionar que Azure debería estar muy preocupado.
-Oh por los pinceles, debo volver lo antes posible a casa- Pensó en voz alta, dándose la vuelta y levantándose de la silla- Suave, necesito que me guíes a la salida, debo volver a casa antes de que...- Comenzó Encre, volteando a ver a Suave, cuando una profunda voz detrás de él lo congelo
-Usted debería encontrarse en cama en este momento- Musitó con firmeza y severidad, sus ojos atravesando el alma de Encre desde su lugar en la entrada de la cocina
Tanto el mayordomo como el pintor se voltearon a observar a quien había hablado, el primero con temor, a sabiendas de quien era, y el segundo con intriga, sintiendo que ya conocía aquella voz. Allí, donde se entraba a aquella gigantesca cocina, se encontraba parado un esqueleto de color negro opaco, vestía con una camisa negra algo ajustada a la cintura, chaleco borravino opaco, pantalones negros de vestir, zapatos igualmente negros y una capa negra por fuera y bordó por dentro. Pero más allá de su formal vestir, o su opaco color, lo que capturo el alma de Encre y le hizo temblar de miedo y anticipación fue su mirada, sus frías y calculadoras cuencas; cuencas bordos que contenían irises luminiscentes, la iris de la cuenca derecha era totalmente amarilla, mientras que la del ojo izquierdo era un ovalo azul rodeado de amarillo, y rodeando ambas cuencas había unas extrañas "manchas" azul eléctrico, igual que el de su iris izquierda.
-Mi Señor Fallacy- Se inclinó Suave algo sorprendido
Encre entonces abrió sus cuencas exageradamente, mirando al de lentes y luego al recién llegado, no recordaba donde había oído ese nombre antes, pero sabía que significaba peligro. A medida que pensamientos y recuerdos comenzaron a arremolinarse en su mente, Encre comenzó a levantarse de la silla y alejarse de Fallacy y Suave, terminando por apoyarse en la pared del fondo de la cocina, sujetando su cabeza temblorosamente para luego abrazarse a si mismo. Los dos esqueletos restantes lo miraron sin comprender lo que sucedía, mas solo Suave se acercó a él para ayudarle.
-¿Encre? ¿Encre, se encuentra bien?- Le preguntó al acercarse, colocando una mano en su espalda para retirarla rápidamente al sentir algo húmedo empapándola- Oh mon Dieu...- Murmuró al ver su mano y descubrir que lo que la empapaba era sangre- Encre, Encre, por favor mírame- Pidió, tomándole la cara con ambas manos sin importarle mancharlo con su propia sangre, descubriendo que sus ojos se habían comenzado a desvanecer mientras derramaba lágrimas- ¡Encre!- Llamó a punto de desesperarse
-Suave- Murmuró Encre, apenas lúcido- Debo... irme- Susurró antes de desmayarse en brazos del otro esqueleto blanco
-|-|-|-|-|-|-|-|-
-¿Se encuentra el pintor en buen estado?- Murmuró, sentándose a un lado del mayor
-...Él ha perdido mucha sangre, me temo que la herida era más profunda de lo que habíamos diagnosticado- Susurró, su mirada centrada en sus manos, recordando la sangre cubriéndolas
-...Padre ha ordenado a todos los sirvientes y sirvientas estar pendiente de si sale o no de su habitación- informó
-...Será lo mejor- Respondió

YOU ARE READING
Inolvidable
Fanfiction-La marca en su cuello, eso es lo que lo delata- En su tono había un odio profundo -¿A qué te refieres con eso, Eterna?- Pregunto con miedo -Ese chico fue marcado como compañero del chupa sangre- Afirmó con desagrado -\-\-\-\-\-\-\-\-\-\-\-\-\-\-\-\...