Prólogo

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Mi padre siempre me maltrata y mi madre está descansando en paz. Ella siempre veía el lado bueno de las cosas, incluso de las cosas horribles. En el día de su muerte yo lloré desconsoladamente y mi padre, como siempre, no mostraba ningún tipo de emoción.

Solo me empezó a decir que me calmara y que respirara con una voz grave, más grave que cualquier rechinido de un tronco. Aquel día yo supe que mi vida iba a cambiar. Diez años más tarde ya era un joven de diecinueve años, pero mi padre siempre me siguió tratando mal:

Me daba correazos, me gritaba, me insultaba y otras cosas fatales. Un día estaba caminando por la casa buscando monedas que se le cayeron a mi papa. Entré a su cuarto y él no estaba, mejor para mí. Pensé. Buscaba y buscaba pero solo encontraba mugre y un papel arrugado. Decidí abrir el papel por curiosidad y me encontré una nota que decía:

"miércoles 26 de octubre, diario. Esto ha resultado fatal. No puedo ni pensar que diría mi jefe. Mi esposa murió y ahora no se qué hacer... ya sé, asesinaré al muchacho y diré que él la mató y tuve que atacar para que no me matase. Eso es. Traeré el revólver.

Me sentía extraño, como si de la nada mi alma se desprendiera de mi cuerpo, y que mi padre, de ser un mal padre se volvió un psicópata. Pero todo vuelve a la normalidad cuando suena un cerrojo. Mi padre había vuelto y yo estaba en su cuarto. Empecé a correr como si no hubiera un mañana y logré llegar a mi cuarto a tiempo.

De aquel entonces mi vida cambió.

Yo me llamo Chris, soy de una estatura un poco más alta que el promedio, soy rubio y con la piel un poco morena. Después de ese día me fugué de mi casa. Mi amigo, Erick, decidió acompañarme en mi viaje. Él es una persona honrada, más alto que yo y tiene una voz profunda. Aun no sé la razón específica de por qué me acompaño, pero no me quiere contar.

Pasando al tema: Éramos buenos estudiantes, al terminar la universidad ganamos un diploma. Entre todos festejamos, era todo perfecto. Después nos fuimos todos por nuestra cuenta. Hace tres horas que me he fugado y creo que ha sido la mejor decisión de mi vida. Erick sugirió ir a la armada, pero yo decidí ir a un lugar lejano, lo más lejano posible. Lo pensé y dije:

Creo que deberíamos ir a la Nasa, aprobar el test de reclutamiento y salir de este planeta.

Me parece bien, ¿pero cómo llegaremos, si la nasa está demasiados kilómetros de distancia? Entonces exclamé: ¡Iremos al puerto!

La puerta al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora