'Lobos ardientes'

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Al llegar al paradero yo estaba cansado, adolorido y deshidratado, pero en cambio Erick estaba de maravilla. Eso debe de ser porque el antes hacía bastante ejercicio. Erick fue a buscar un barco que vaya hacia la Nasa. Lamentablemente aquel barco era de un color negro pastoso, viejo y con la parte frontal rota.

Al subir sentí un aroma de pescado expirado, me tapaba la nariz con mis manos y me dije a mi mismo para seguir adelante. Erick me seguía por detrás haciendo una mueca. Al encontrar dos lugares libres nos sentamos. Ya ha pasado una hora desde que el barco avanzó, de pronto una persona con la ropa manchada de rojo apareció desde el asiento del conductor.

He estado pintando la popa del barco pero... "Ya hemos arreglado el problema del mal olor, resulta que un engranaje se había atorado y eso produjo que la gasolina saliera hacia todas partes" ya pueden disfrutar de un buen viaje con nosotros.

Me siento aliviado, exclamó Erick, pues efectivamente el olor se había ido. Después de un largo tiempo habíamos llegado. Ya en el puerto decidimos bajar, pero un problema se nos presentó: Un enorme hombre nos había cerrado el paso él tenía una mirada fría y calculadora nos miró por un rato y nos dijo:

Regresen a sus lugares ahora mismo o si no afrontarán las consecuencias. Señor, ¡nosotros bajamos acá!

¡Regresen a sus lugares!

Él levanto su mano y me dio un golpe. Me sangraba la nariz. Y no sabía qué hacer, me sentía como en las peleas del colegio, solo que a gran escala. Tengo los puños en alto, creo que lo mejor sería regresar a mi asiento, pero ¿A dónde iría toda mi dignidad? Entonces decido regresarle el favor. Levanto mi puño para acertare en la clavícula entonces Erick me agarra los brazos diciéndome: ¡ya basta, creo que ya tenemos suficientes problemas! Decido relajarme, dejar que mis músculos descansen y tratar de olvidar todo esto.

Erick viene con una bolsa de hielos para que me la ponga y yo acepto. Después le doy un "Gracias" a secas. Creo que la gente de este barco esconde algo, me susurra. Al momento que el guardia me golpeó y nadie respondió de manera ordinaria. El capitán no paró aunque haya dado gritos de dolor.

¿Qué tal si buscamos si de verdad una tuerca ha provocado ese olor? Yo creo que deberíamos de ir a la zona del motor. Una vez parados nos agachamos para evitar conflictos. La puerta es de metal y bastante grande, al abrirla se puede oír un chillido agudo que esta provocó. Al entrar todo se encuentra oscuro, entonces Encendimos las linternas.

El motor está limpio y sin ningún defecto. Erick me dice que tiene dos teorías:

La primera es que aquellas personas son unos terroristas que secuestran personas y una de ellas trató de descomponer el motor. Ya quisieras, exclamo.

Ha, ha, ha, vaya que te la creíste. Bueno, ahora serios.

La segunda es que solo somos unos psicópatas que tratan de buscar un caso.

Puede ser, pero mejor buscamos pistas por si las moscas. Empezamos a buscar pero yo solo encuentro pisadas y manchas oscuras... Oye, sabes que esto es ilegal, ¿verdad? me dice Erick.

¡Oh por dios! Me asusté y fui corriendo hacia Erick. ¡Qué está pasando! Casi sin aliento y con una voz débil me dice: Las manchas oscuras que pisamos no solo son manchas, Erick prende su linterna y yo me doy cuenta que las manchas del suelo son sangre.

De los peores escenarios que he visto este es el peor. Hay sangre por todos lados, pero lo que más me intriga es que los charcos forman un camino que lleva a una puerta que dice: NO entrar. Yo creo que deberíamos entrar, ¿No lo crees Chris?

La puerta al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora