Capítulo 3.

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...


Hacia más de una hora que el cuarteto había decidido que era buena idea sentarse cerca uno del otro para así conservar más el calor corporal. La nieve no paraba de caer y eso no les permitía salir en busqueda de provisiones, por lo cual, Evan se vio en la necesidad de compartir los pocos enlatados que tenía en la bolsa de plástico.


― ¿Qué va a pasar si la nieve no se detiene?―preguntó Peyton de pronto.

La simple idea causaba terror porque de ser así... Ya no habría esperanza, cubrirse con algo no serviría de nada pues la nieve se encargaba de derretirlo, aunque también existía otra probabilidad, tal vez la nevada sería temporal y luego vendría algo más, pero... ¿Qué más?

―Creo que es mejor no pensar en eso ahora mismo―respondió Evan―, Tal vez esto sea temporal.

―Espero que si―dijo Peyton.

― ¿Nos vamos a morir?―preguntó Lily dirigiéndose a Peyton.

Peyton agachó la mirada, incapaz de contestar a esa pregunta. Después de varios segundos donde el silencio reinó, la pequeña Lily entendió que no habría respuesta.

Evan tomó las manos de Lily y comenzó a jugar un poco con ella para distraerla, la pequeña pelea no tardó en traer risas. Peyton se unió a las risas y por un momento se sintió relajada.

En ese momento, Graham se levantó de su lugar y tomó la mochila de su hermana, sacó una radio en forma de rana y se alejó del tercio sin decir nada.

―¿Se encuentra bien?―habló Evan.

Peyton bostezó por unos segundos y estiró las piernas mientras se abrazaba a si misma―: Ha estado así desde que encontro esa estúpida radio en forma de rana, no entiendo porqué de pronto se obsesionó con las noticias.

―Intenta mantenerse ocupado en algo. Hay que entenderlo, el estrés causa muchas cosas y es diferente en cada persona.

Mientras Evan seguía platicando con Peyton, Graham se encontraba escuchando una estación de radio que, para su buena suerte, había encontrado, en ella había testimonios de personas que sufrieron tal vez peores cosas que ellos, porque mientras donde él estaba había habido temblores, en otros lugares la destrucción la habían causado los tsunamis o los tornados. Graham mordió sus uñas conforme las noticias iban de mal en peor. Una parte optimista de él pensaba que todo podía acabar dentro de unos días, pero la parte pesimista le gritaba que este era el fin y que debía aceptarlo.

En muchas ocasiones, Graham pensó en escenarios como este, lleno de desastres naturales y muertes de millones de personas, todo con el fin de crear nuevas historias que él se encargaba de desarrollar, pero nunca pensó que realmente fuera a pasar, al menos no ahora, en su vida.

Durante los siguientes cincuenta minutos se quedó junto a la radio esperando a que alguien dijera que todo iba a estar bien, necesitaba escucharlo de alguien, necesitaba relajar sus pensamientos aunque sea con una mentira.


...


Horas después, cuando la noche había llenado casi por completo el cielo y por fin la nieve había sido reemplazada por la lluvia torrencial -la cual no tardaría en hacerlos irse a otra parte por la inundación- todos excepto Evan se habían dormido, le cargaba la consciencia el no haber podido hacer algo para ayudar a Adeleine, y quizá nunca fue su asunto porque nadie le pidió que se hiciera cargo de ella, pero eso no importaba, él era muy compasivo como para hacerle creer a su cabeza que nada fue por él.

Bajo amenaza - Catástrofe mundial ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora