Tenía su mirada fija en el suelo desde hacía ya un par de minutos. Al parecer el movimiento que hacía la sombra de su cuerpo en aquel suelo gris y de concreto resultaba ser bastante particular y entretenido a la vez, pues había conseguido captar toda su atención en ese preciso momento.Se balanceó con algo más de velocidad en el columpio en que se encontraba sentado aquella cálida tarde de primavera. Por alguna extraña razón que no muchas personas conseguían entender, el joven de brillante cabello castaño realmente disfrutaba pasar el tiempo en uno de los coloridos columpios que se encontraban en ese patio de juegos infantiles que se había convertido en una costumbre para él.
Cuando notó que el movimiento de su sombra no tenía ninguna variación se detuvo, comenzando a sentir el vacío en su interior porque él siempre había sido de esa manera.
Se sentía vacío si repentinamente dejaba de sentir interés por algo que le parecía cautivante.
Frunció las cejas segundos antes de alzar la cabeza, observando a su alrededor y notando inmediatamente que el sol estaba a punto de ocultarse.
Soltó un suspiro y puso sus pies sobre el suelo de concreto, levantándose de aquel columpio verde brillante. Se llevó manos hasta los bolsillos de sus pantalones y comenzó a caminar, su mirada estaba fija en el suelo y tenía la ligera esperanza de poder volver a casa pronto. Él estaba consciente de que no tenía nada de qué preocuparse mas sin embargo, solía sentirse incómodo por algo que ni él mismo podía explicar.
Sus manos permanecieron en sus bolsillos por un par de minutos mientras tomaba su ruta habitual para regresar a su hogar. Llevaba la cabeza en alto aquel día, sintiendo que había llegado el momento de comenzar a observar cuidadosamente todo lo que se encontraba a su alrededor pues tenía que admitir que los más de diez minutos que hacía del patio de juegos hasta su hogar eran bastante aburridos si no veía alguna otra cosa que no fueran sus zapatos dando pasos cortos e inseguros sobre el suelo de esas calles que se veía obligado a recorrer.
Apretó la mandíbula cuando el sonido que hacía el motor de los automóviles que transitaban a esa hora por las calles de Daegu consiguió penetrar sus oídos, provocando casi al instante una reacción negativa en el joven de oscuros ojos marrones.
Fue entonces cuando sus manos abandonaron los bolsillos de sus pantalones, subiéndolas con algo de lentitud hasta ponerlas encima de sus oídos con la intención de que aquel fastidioso sonido no consiguiera irritarlo aun más.
El joven de piel pálida no era capaz de negar que sus actitudes fueran las de una persona tranquila porque definitivamente eso lo definía a la perfección.
Park Ji Min siempre había sido una persona tranquila. Tan tranquila que incluso conseguía preocupar a los demás que convivían con él a diario de alguna forma u otra, pues estaba más que claro que la actitud fría y sin emoción que llegaba a tener la mayoría de las veces conseguía helarle la sangre a cualquiera.
Y como Park Ji Min era una persona bastante tranquila estaba más que evidente que sonidos estruendosos como el motor de un automóvil se mantenían lejos de ser alguna de sus cosas preferidas en el mundo.
El joven de cabellera castaña hasta ese preciso momento se mantenía sumergido en sus propios pensamientos, completamente ajeno a todo lo que estaba sucediendo justo a sus espaldas. Su cabeza se mantuvo en alto, sus ojos observando todo lo que conseguía captar su atención por un par de segundos debido a que en ningún momento había dejado de caminar.
Fue hasta que visualizó una silueta que le pareció bastante familiar. Frunció el ceño mientras se acercaba, observando cuidadosamente al joven – posiblemente un par de años mayor que él – de peinado llamativo y brillante cabello grisáceo. Notó la manera en que tomó un cigarrillo de la cajetilla que segundos antes había sacado del bolsillo trasero de sus pantalones ajustados, llevándoselo directamente a la boca para después encenderlo mientras cubría la flama de su encendedor con su mano izquierda, impidiendo así que esta se extinguiera con rapidez debido a la corriente de viento que había aparecido de un momento a otro.
ESTÁS LEYENDO
Lie ➳ Vmin
Fanfiction- Eres un maldito mentiroso. Susurró antes de darle una larga calada a su cigarrillo mientras el joven de la inmensa camiseta de rayas horizontales negras negaba levemente con la cabeza. - Por lo menos no seré yo quien acabará cayendo en su propia...