"Cobardía es decir que das todo por una persona y mantenerte sin mover un solo dedo. Inmoral es penetrar en otro ser y destruir todo lo que lleva dentro; largarse sin arrepentimiento y sin remediar el desastre. Olvido es soltar lo que una vez se amó y nombrarlo por desconocido, cuando se llevan tantos recuerdos en el alma. Él podía negarse a tantas cosas en la vida, menos a sentir todo y deshacerse por dentro."
Se miraban fijamente a los ojos, ninguno de los dos era capaz de despegar la mirada del otro temiendo que alguna situación peor a aquella pudiese presentarse en cuestión de segundos. Un suspiro escapó de los labios del joven de cabellera rubia antes de girar levemente la cabeza para así poder observar a su amigo. Nam Joon lo observaba con seriedad mientras cruzaba los brazos a la altura de su pecho, esperando que el menor obedeciera todas y cada una de las ordenes que le había dado minutos atrás.
Era de noche, el cielo se había oscurecido con bastante rapidez aquel día y – para la mala suerte de ambos – habían tenido que encontrarse en el momento menos indicado posible.
Kim Tae Hyung bajó la mirada, tragando con pesadez recordando su encuentro anterior. Apretó la mandíbula en señal de nerviosismo, sintiendo la mirada del mayor posada en él.
Realmente deseaba encontrarse en una situación completamente diferente a aquella, respiró profundamente cuando se atrevió a observar – una vez más aquella noche – la mirada aterrorizada y suplicante que el joven Park Ji Min le estaba brindando en ese preciso momento. El más alto sabía perfectamente que el más bajito se encontraba desesperado, como si tuviera la más mínima esperanza de que los dos jóvenes que se encontraban frente a sus ojos lo dejaran escapar.
A decir verdad, sus esperanzas eran algo ridículas e insignificantes, principalmente para el amigo del de cabellera rubia.
– ¿Qué esperas, TaeTae? – Cuestionó el mayor cuando comenzó a sentirse un poco desesperado – No podemos permitir que esto se quede así... – El rubio suspiró otra vez – ha escuchado información valiosa, debemos asegurarnos de que no abrirá la boca.
Los puños de Kim Tae Hyung se apretaron después de escuchar aquello.
Cuando el castaño intentó ponerse de pie, el tal Nam Joon se lo impidió casi al instante, pateando con algo de fuerza una de las piernas – ya algo heridas – del joven Park Ji Min, consiguiendo que este se retorciera de dolor en el suelo.
Los ojos del más bajo de los tres se cerraron debido al dolor, llevó ambas manos hacia la zona afectada y con algo de delicadeza sujetó su pierna izquierda mientras un pequeño lloriqueo conseguía escaparse de sus labios.
Sintió que su cuerpo comenzaba a temblar al sentir un peso encima de él y no fue capaz de abrir los ojos ni siquiera cuando el de cabellera rubia sujetó el cuello de su camiseta blanca con brusquedad.
Su respiración se aceleró y le pidió al cielo – por enésima vez – que aquel atractivo chico tuviese piedad de él, justo como la había tenido su encuentro anterior, de verdad quería irse en ese preciso instante, no quería continuar en aquel oscuro callejón sin siquiera saber lo que planeaban hacer con él.
– Tienes que asustarlo lo suficiente, – Rió por lo bajo el joven que había visto en el parque hacía ya tiempo. El joven que había estado fumando debajo de un árbol mientras él caminaba hacia su hogar – así no se le ocurrirá contarle a alguien lo que ha escuchado.
Fue entonces cuando el castaño consiguió abrir los ojos, encontrándose con las profundas y hermosas orbes marrones que tenía frente a él. Sus ojos brillaban, justo como la última vez que se habían visto y – aunque pareciera imposible – el rubio se veía incluso más atractivo que de costumbre en aquel preciso momento.
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Lie ➳ Vmin
Fanfiction- Eres un maldito mentiroso. Susurró antes de darle una larga calada a su cigarrillo mientras el joven de la inmensa camiseta de rayas horizontales negras negaba levemente con la cabeza. - Por lo menos no seré yo quien acabará cayendo en su propia...