Capítulo 3

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Era de mañana, Seiya no consiguió dormir esa noche por las palabras de Meri; sus palabras aún están en su mente.

Era como si estuviera despidiendo.

Esas palabras no lo dejaban de perseguir, después de haber pasado por tanto, simplemente desapareció sin dejar rastro alguno, sobretodo todos los demás tenían en mente en volver mientras ella los esperaba ahí mismo.

Ella no pudo desparecer así de la nada ella siempre le dijo que nunca se separarían, ella misma siempre fue su pequeña hermana, él siempre juro protegerla y ahora mientras ella lo necesitaba él estaba lejos y no tenía ni idea de donde estaba.

O si estaba viva, si no era así él simplemente no podía seguir él siempre lucho por su hermana y ganar en honor a ella.

No entendía nada de lo que paso en ese tiempo que él se fue, por que ella tomo esa clase de desiciones? Por que no le contó nada a el?

...

Al día siguiente, se encontraba con Saori y los demás despidiéndolo ya que regresaría al santuario, tendía que hablar con él gran patriarca en persona, él no se tragaba él cuento de que él mismo es la reencarnación del mal.

-Mucha suerte caballero que te valla bien en este viaje... -Dijo con una pequeña sonrisa

-Gracias Saori, nos vemos en unos días. -Respondio Seiya mientras se volteaba y empezaba a caminar

-Nos vemos. -Dijeron los demás a su amigo

Este se fue caminado, hacia él gran santuario,  y con la armadura de Pegaso en su espalda.

( . . . )

Todo parecía tranquilo en él viaje al santuario de hecho ya estaba por llegar a su destino. Solo habían sido unos cuantos días de viaje.

Una mañana después al fin vio la entrada del Santuario, camino más deprisa ansiando entrar. Pero antes de llegar completamente una roca a su lado fue destruida deteniendo su andar. Estaba alerta.

-No esperaba que tu volvieras a estos lugares, Seiya. -Dijo la persona que había destruido la roca

-Shina, que es lo que te pasa esta también es mi casa. -Respondio molesto

-No lo es mas, él gran maestro te decreto enemigo del santuario, y me dará mucho placer matarte de una buena vez. -Dijo riendo mientras mostraba sus uñas

-Él maestro... Eso es imposible, el Santuario es un lugar muy Pacífico incluso el Gran Maestro. -Dijo Seiya

-Ya no es así Seiya. -Dijeron detrás de el, cosa que lo obligó a voltear.

-Marin... -Dijo Seiya una vez que vio a su antigua maestra

-Las cosas han cambiado... Cuando te fuiste, el gran maestro decidió cambiar las cosas aquí. -Explico mientras se acercaba a el

-¡Eso es imposible él gran maestro nunca traicionaría a Athena.! -Grito Seiya, no entendía lo que estaba pasando

-Eso es lo que tú crees Seiya... Pero, el Santuario se ha convertido en lugar más divertido desde tu partida. -Respondio Shina riendo mientras empezaba a caminar en dirección a Seiya. -Y... Ahora, tendré el gran placer de asesinarte...

No perdió más el tiempo y se lanzó hacia Seiya, mostrándole su habilidad y ganas de matarlo Seiya esquivo los primeros rasguños, Marin detuvo su ataque al sostenerla de la mano.

-Basta Shina! No dejaré que le hagas daño. -Dijo Marin mientras sostenía su otra mano

-Este  no está tu asunto Marin... O que vas a traicionar al Santuario también?. -Pregunto con enojo

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