Dias de lluvia.

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Baz veía la lluvia caer a cantaros por su ventana, estaba en uno de esos momentos de increíble melancolía en la que sencillamente se perdía, volviéndose ajeno a la realidad.

Alguien abrió la puerta de la habitación entonces.

Baz sabia que solo podía ser una persona, pero en esos momentos su dolor era tan profundo que ni los ojos azules de Simon podían distraerlo.

–¿Baz? ¡Demonios Baz esta entrando toda el agua!

Baz estaba con la ventana abierta, sintiendo como la lluvia fría lo empapaba, si se sentía miserable debía lucir miserable.

–Escucha Baz no me importa si cojes un resfriado el hacer eso es tu problema y solo tu problema, pero no quiero que se moje mi cama, apartate.

Baz rodó los ojos y se aparto a regañadientes, una vez que Snow cerro la ventana el pudo continuar con su tarea de mirar a la nada y perderse en sus pensamientos tristes.

De reojo Baz podía ver que Simon estaba recostado a su respectiva cama leyendo, o fingiendo hacerlo porque de vez en cuando podía ver como lo miraba fijamente.

Baz sintió cuando se acercaba.

–Bien suficiente ¿Que te pasa?

Baz no podía articular palabra.
Seguía demasiado lejos.

Simon puso sus manos sobre sus hombros y muy suavemente (con un tono que nunca usaba con el) murmuro.

–¿Baz? ¿Estas bien?

–Apartate Snow, estoy perfectamente. Y eso a ti no te importa.

–Si bueno, debería hacerlo pero me pones de nervios ahí sin moverte...parece que estas muerto.

Baz tenso la mandíbula aun con las manos de Snow sobre sus hombros.

–Snow, muevete.

Cuando Simon se percató que seguía sosteniendo a Baz se ruborizo un poco pero retrocedió lentamente.

–Deberias quitarte la ropa mojada, no quiero que te enfermes.

Baz levanto una ceja y miro fijamente a Simon.

–¿Que? Es molesto tenerte tosiendo por todos lados y siempre que te enfermas también me enfermo yo.

En eso tenia razón, cuando alguno de los dos estaba enfermo el compartir habitación los hacia contagiarse mutuamente, tanto que al final ambos acababa en cama durante días enteros insultándose sin parar.

Eran días de lo mas raros.

–Pero yo si quiero que te enfermes.

–Pudrete Baz. Y quitate esa ropa mojada o te la quitare yo.

Baz trago saliva, Simon estaba actuando diferente, demasiado, era territorio poco conocido para el y no sabia como jugar a lo que Simon estaba jugando.

–Quisiera verte intentarlo.

–No... –Simon no le dirigía la mirada volteaba hacia otro lado tratando de esconder una profunda agitación– No quieres ver eso.

–Pues me quedare aquí hasta que tenga neumonía o algo pero... Algo que se contagie.

Baz estaba siendo ridículo, infantil y absurdo pero un anhelo en lo mas profundo de su ser había despertado con las palabras de Snow, un deseo enfermizo y una necesidad que lo hacia temblar y no de frío.

Simon dejo su libro a un lado y se puso de pie.

Había definitivamente algo diferente en como lo veía era una mirada de paz, de exploración y algo mas...

–Te lo advertí Baztardo.

Baz rodó los ojos Simon le decía así a veces cuando estaba a punto de atacar, pero esa amenaza sonaba mas como una sugerencia.

–¿Que harás Snow? No te dejare tocarme.

Pero Baz estaba pensado en todo lo contrario.

–Veamos si es así.

Entonces Simon se acerco lentamente hacia Baz hasta que sus cuerpos estuvieron muy cerca.

Baz había dejado de respirar.

–Apartate si quieres.
Murmuro Snow.

Pero Baz no quería el cuerpo de Simon se sentía cálido contra el suyo y así de cerca podía ver el rubor creciente en las mejillas de el y notar con cierto peligro el suave pulso de su cuello.
Baz no podía moverse y las cosas empeoraron cuando Simon  puso sus manos en el cuello de su camisa y lentamente comenzó a desabotonar la prenda mojada hasta que esta se abrió ligeramente dejando a Baz con un sentimiento que no podía distinguir.

Su camisa cayo al suelo y pudo ver algo ardiendo en los ojos de Simon Snow se había quedado viendo su cuerpo semi desnudó fijamente.

–También mis pantalones están mojados –dijo Baz con voz temblorosa.

Simon vacilo pero luego puso su mano sobre el cinturón de Baz y... salto lejos cuando alguien tocó la puerta.

Durante tres breves segundo de pánico se miraron fijamente y era como si de pronto Simon fuera consciente de lo que había estado haciendo y su cara se cubrió con vergüenza quiso decir algo pero el golpe se volvió insistente.

Baz no dijo nada tomo un suéter limpio y seco y se encerró en el baño.

Desde su escondite pudo escuchar quien era.

Agatha.

Baz trago saliva amargamente y trato de calmar su pulso acelerado por lo que acababa de pasar.

¿Que demonios había sido eso de todas formas?

Crowley, ese chico lo volvería loco antes de que pudiera acabar con el.

A pesar de que escuchó que Agatha se había ido no se atrevía a salir de la habitación, se sentía nervioso y por primera vez terriblemente vulnerable.

Pero lamentablemente no podía quedarse para siempre en el baño así que en un deje de coraje salio.

Simon seguía con las mejillas rojas y se sonrojo aun mas cuando escucho a Baz llegar.

–¿Que quería tu novia? –dijo Baz con un tono hiriente.

–Ella no... Baz ella no es...

–¿No es tu novia?

Simon desvío la mirada notablemente afectado.

–Es imposible hablar contigo.

–Bueno por lo menos yo soy honesto –Baz sabia que era peligroso decir las siguientes palabras pero estaba harto de juegos–  si yo no salgo con chicas es por algo.

Las palabras salieron dejando una bruma de tensión en el aire.

Pero Simon no dijo nada y Baz salio de la habitación dando un portazo.

Se sentía herido y humillado, pero había sido un tonto al creer que podía avanzar en... Lo que fuera que había entre el y Simon.

Cuando volvio Snow dormía descaradamente y Baz trato de conciliar el sueño.

La tarde siguiente Snow era quien estaba empapado en la ventana frente a la lluvia.

Cuando Baz preguntó después de un rato el solo murmuro "termine con Agatha no iba a funcionar por obvias razones"

Y Baz se escucho a si mismo decir "Si no te quitas esa ropa ahora mismo tendré que quitartela yo"

La sonrisa de Snow era picara cuando dijo "Adelante"

....

Nieve en tus pestañas - Os SnowbazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora