IV.II ENTRA HAMLET.
HAMLET
A buen recaudo.
ROSENCRANTZ y GUILDENSTERN [dentro]
¡Hamlet! ¡Príncipe Hamlet!
HAMLET
¿Qué ruido es ese? ¿Quién llama a Hamlet? ¡Ah, aquí están!
Entran ROSENCRANTZ y GUILDENSTERN.
ROSENCRANTZ
Señor, ¿qué habéis hecho con el cadáver?
HAMLET
Mezclarlo con el polvo, su pariente.
ROSENCRANTZ
Decidnos dónde está, para sacarlo
y llevarlo a la capilla.
HAMLET
Ni lo creáis.
ROSENCRANTZ
¿Creer qué?
HAMLET
Que puedo guardar vuestro secreto y no el mío. Además, si me interroga una esponja, ¿qué respuesta puede dar el hijo de un rey?
ROSENCRANTZ
¿Me tomáis por una esponja, señor?
HAMLET
Sí, que chupa el favor del rey, sus recompensas, sus poderes. Al final, quien mejor sirve al rey sois vosotros; como un mono, él os guarda en un rincón de su mandíbula: primero os saborea y luego os traga. Cuando necesite lo que hayas indagado, te exprime y la esponja vuelve a quedar seca.
ROSENCRANTZ
No os entiendo, señor.
HAMLET
Me alegro. Palabra punzante no entra en oído de necio.
ROSENCRANTZ
Señor, tenéis que decirnos dónde está el cuerpo y venir con nosotros ante el rey.
HAMLET
El cuerpo está con el rey, pero el rey no está con el cuerpo. El rey es una cosa.
GUILDENSTERN
Señor, ¿una cosa?
HAMLET
Una cosa de nada. Llevadme a él. ¡Qué te pillo, escóndete!.
Salen.
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HAMLET
Cổ điểnHamlet, la obra más conocida de Shakespeare, es en realidad una pieza llena de lagunas e indefiniciones. Una obra enigmática y misteriosa, en la que cada personaje es un artista de la simulación. El propio Hamlet es un ser en continua transformació...