El Primer Amor (Cap 1)

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No era muy alto, era más bien tamaño promedio, pero era mucho más extraordinario que el promedio, a comparación, se podría decir que era el más atractivo de la escuela, llamaba la atención, lo admito, sin embargo me costaba entender que las niñas se le lanzaban encima de una manera tan descarada, literalmente, tantas muestras de afecto que recibia me daban arcadas, se suponía que íbamos a estudiar, no a enseñar medio escote a cualquiera que se cruce en el camino.

Observé mi busto y bufé, yo tenía más que ellas y aún así no iba con medio pecho afuera.

Ahora que lo pienso, quizá mis hormonas están atrofiadas y por eso no se alborotan por nadie, o simplemente Ethan era alguien muy egocéntrico, aunque en el fondo yo también lo soy.

Realmente, aún podíamos catalogarnos como unos niños que no sabían nada de la vida, mucho menos del amor, pero cuando un corazón es joven, ya saben.

Solo había una cosa de él que me atraía realmente, sus ojos, dos orbes celestes extremadamente grandes y brillantes, siempre oí que los ojos era la ventana del alma, y si su alma era así de bonita, quizá podía arriesgarme a indagar un poco más.

Pero nunca me llamaron lo suficiente como para hacerlo, los meses pasaban y su club de fans se acrecentaba, básicamente, él era el jodido fuego y todas eran las putas polillas dispuestas a quemarse solo por estar cerca, ridículo.

Creo que el hecho de que yo no era la más linda era otro factor que me impedía si quiera fantasear con él, de hecho, era cachetona, bajita, con el cabello negro ni rizado, ni lacio, sin mencionar mis lentes, que si bien no era de culo de botella, en fin, soy algo fofa.

Aunque tampoco la más fofa, sin embargo, no creí que él se fijaría en mí, era un crush negado en mi inconsciente, quizá mi desinterés fue lo que le causó curiosidad e intriga, algo absolutamente cliché que iba a terminar con mi corazón roto, en conclusión, todo empezó con las ridículas miradas de su parte y seños fruncidos de la mía.

                                                                                                 ***

-Hola Katherine. -Sonrió mientras se sentaba a mi lado- Que sorpresa verte hoy.

¿Creía que esa vieja jugada funcionaría conmigo?

-De hecho no, para variar, estamos en la misma clase y te veo todos los días. -Respondí con gesto cansado mientras terminaba apresurada los deberes que olvidé hacer para hoy-

Debo admitir que se ve bien, no puedo engañar a mis ojos, pero, el hecho que use la camisa desabotonada en pleno instituto es irritante, al menos las zorras usan escote para enseñar los senos y llamar la atención, pero él, él no tenía excusa, aunque esos jeans están muy bien, y su trasero, también.

Sacudo mi cabeza para alejar esa perfecta visión y los pensamientos pecaminosos y me doy cuenta que él ha notado toda la situación y ahora está riendo.

No entiendo como mis hormonas reviven justo en estos momentos.

Las odio.

-Mierda. -Murmuré- yo...

-Tranquila, no eres la primera. -Respondió guiñando un ojo en mi dirección-

Y ahí teníamos el jodido egocentrismo de nuevo.

-Ya, claro.

¿Por qué no te largas de aquí?

-Me preguntaba si querías ir a tomar un helado conmigo. -sonrió-

Ni en tus sueños.

-Helado ¿Helado en Nebraska? ¿Me estás jodiendo?, debes ser la primera persona del mundo que quiere comer helado en medio de todo este hielo.

No Debiste Hacerlo (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora