Los siguientes días, el tema de conversación favorito de Harry y mío era el increíble capitán América. Harry siempre tenía algo qué contarme sobre el capitán, y a mí me encantaba escuchar sus historias, en especial su trágico final.
La forma en la que había caído al océano para salvar a las miles de personas que iban a morir si los misiles detonaban en tierra, sacrificando su propia vida y perdiéndose en el agua para siempre.
La misma tarde que Harry me contó la historia de la muerte del capitán América, decidí que él era mi nuevo gran héroe.
—¡Hola, Tony! —grité, arrojando mi mochila al piso para correr hacia la cocina, que era donde generalmente Tony me esperaba para comer y escuchar como había ido mi día.
—El señor Stark me pidió que te informara que el día de hoy está ocupado, por lo que tendrás que comer solo, Peter —dijo Jarvis, en cuanto entré a la cocina, en busca de Tony. Solté un suspiro al escuchar sus palabras y me senté a comer, un poco deprimido, había querido contarle a Tony todo lo que Peter me había dicho sobre la muerte del capitán América.
—¿Por qué tan abrumado, Peter? —preguntó Jarvis, mientras yo picaba mis salchichas sin mucho ánimo.
—Quería hablar con mi papá. Quería preguntarle si podíamos salir a comprar un par de cosas —contesté al aire. Eso era lo más extraño que había encontrado en casa de mi pá: podía hablar con Jarvis sin hablarle a nadie en particular.
—Sabes que el señor Stark no te ha permitido llamarlo papá —me dijo Jarvis, logrando que me deprimiera aún más—. Pero si puedo consolarte, el señor Hogan está en el jardín.
—¿Happy? —pregunté, poniéndome de pie—. ¡Genial, justo lo que necesitaba!
Salí corriendo en dirección al jardín, mientras que Jarvis decía algo sobre que no podía levantarme de la mesa hasta que acabara mi comida. Tal y como Jarvis lo había dicho, Happy estaba en el jardín, limpiando el coche de mi pá.
—¡Happy! —le dije a éste, logrando que pegara un brinco muy gracioso. Solté una carcajada.
—¡Peter! ¡No hagas eso! —Happy me dio un golpe en la cabeza bastante fuerte; llevé mi mano a mi cabeza para intentar aminorar el dolor—. ¿Qué quieres, Peter?
—¡Quiero un póster del capitán América! —pedí, intentando sonreír lo más convincéntemente posible.
—¿Un póster del capitán América? No creo que eso le agrade a Tony, Peter.
Había notado la aversión que sentía mi pá por el capitán América, en especial cuando hablaba de él durante la comida. Mi pá ponía una cara de asco muy visible y cambiaba el tema inmediatamente. Algo me decía que a mi pá no le agradaba el capitán, pero no entendía por qué.
—¡Anda, Happy! ¿Sí? —pregunté, tomándolo de la camisa.
—A Tony no le va a gustar que tengas un póster del capitán América, Peter. Sé lo que te digo —Happy se cruzó de brazos y me miró retadoramente, logrando que me desilusionara, hasta que se me ocurrió recurrir a algo: chantaje.
—Papá no se va a enterar, Happy. Además ¡Pronto será mi cumpleaños! —Happy rodó los ojos, se colocó de cuclillas y finalmente asintió.
—Bien, te compraré un póster del capitán América, pero si Tony lo descubre no quiero verme involucrado ¿Lo entiendes? —pasé mi dedo por mis labios, simulando cerrarlos con ayuda de un zipper. Happy me sonrió tranquilamente y me ordenó—: Vete ya, tengo trabajo que hacer.
Le sonreí una última vez antes de volver a correr hacia la cocina, donde mi pá ya se encontraba con cara de pocos amigos. Parecía o muy molesto, o no había dormido en tres días. O las dos.
—Jarvis me dijo que no estabas comiendo —me dijo mi papá, sentándose en una silla de la mesa y mirándome, en espera de una explicación—. Fui a saludar a Happy —contesté.
Eso pareció bastar para mi pá, que solo asintió y tomó un vaso de agua antes de volver a mirarme. Lucía muy preocupado, como si algo le doliera.
—Quieres mucho a Happy ¿Cierto? —preguntó.
—A Happy, a Jarvis y a Pepper —contesté, enumerando con mis dedos—. Pero te quiero más a ti, papá —dije, casi involuntariamente.
El poco color que tenía mi papá en las mejillas desapareció súbitamente.
—No me digas así, Peter —me ordenó, y lo único que atiné fue a bajar la vista y asentir. Sabía que mi pá detestaba que le dijera de esa forma, pero yo no podía verlo distinto. Era el hombre que me había aceptado en su casa, que me mandaba al colegio y me arropaba por las noches; no entendía porque si él hacía cosas de papá, no me dejaba llamarlo papá.
—¿Por qué quieres saber si quiero a Happy? —pregunté, sentándome de nuevo y tomando un trozo de salchicha.
Mi pá llevó una mano a su pecho, justo donde estaba el reactor que lo mantenía con vida, y después me miró a mí.
—No es nada, Peter —contestó. Pero fue justo la forma en la que apretó sus labios que supe que algo no iba bien. Mi papá nunca se reservaba nada, y apretar sus labios era su forma más efectiva para mantener la boca cerrada.
Nos mantuvimos comiendo en silencio, mirándonos de vez en cuando. Pá parecía querer decirme algo, pero al final negaba con la cabeza, bajaba la mirada hacia su plato y volvía a darle una mordida a sus salchichas.
Decidí iniciar la conversación yo.
—¿Qué haz estado haciendo en tu taller, papá? —Pá soltó un gruñido—. Tony, Peter. ¡Tony! ¿Qué tan difícil es que me llames Tony? —preguntó, logrando que mis mejillas se colocaran rojas por la vergüenza. Era muy complicado solo decirle Tony.
—He estado haciendo cosas importantes —contestó.
—¿Cómo qué? —pregunté. Mi pá casi siempre me informaba de sus proyectos, y el estar ocultando porque pasaba tanto tiempo encerrado en el taller solo hizo que mi curiosidad se avivara.
—Cosas que no vas a entender.
—Eso no puedes saberlo. ¡Quiero ayudarte en lo que estás haciendo!
—No —contestó pá tan rotundamente que ni siquiera me molesté en seguir insistiendo. Bajé la mirada a mi plato vacío y me quedé ahí, sintiendo su mirada sobre mi nuca.
—¿Qué tal el colegio? —preguntó mi pá, haciéndome sonreír un poco. Entre toda mi conmoción por una nueva oportunidad para entablar una conversación con pá, volví a meter la pata, diciendo—: ¡Fantástico! ¡Harry me contó hoy la historia sobre la muerte del capitán América!
Ni bien dije algo más, mi pá ya se había puesto de pie, dispuesto a salir de la cocina, como todas las veces que me atrevía a mencionar al capitán América.
Pero no, no podía dejarme con la duda de qué hacía en su taller y con la historia de la muerte del Capitán en la boca, por lo que me puse de pie con la misma firmeza con la que él lo hizo y le pregunté—: ¿Cuál es tu problema con el capitán América?
—¿Qué? —preguntó Pá, dándose la vuelta para mirarme en un intento de intimidación a la que no pensaba en ceder.
—¿Por qué no puedo hablar del capitán América sin que te enojes? ¿Por qué no te agrada? ¡Él es increíble! —mi pá crujió los nudillos y volvió a darse la vuelta para bajar a su taller a hacer quien-sabe-qué-cosas.
—No quiero que vuelvas a mencionar al Capitán América en esta casa, Peter. Es suficiente. —sentenció mi pá, sin darme opción a renegar.
¿Cuál era su problema con el Capitán?
![](https://img.wattpad.com/cover/120233324-288-k637517.jpg)
YOU ARE READING
Cuando papá se fue. [SuperFamily Marvel]
Fiksi Penggemar-¡Vete! -Pete... -¡Escogiste a Bucky Barnes, no a nosotros! ¡Vete! -... Por favor.