capitulo 8

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Jared

A pesar de que Joy susurraba algo en mi oído acerca de los planes de esta noche que involucraban mousse de chocolate, esposas y un látigo, mis ojos estaban puestos en Sam. Supuse que los fuertes susurros de Joy eran en beneficio de Sam. Se sentía amenazada por ella, lo cual, ahora sabía, porque se aparecía persistentemente por la oficina, y yo me preguntaba si la mención de Joy del látigo era para asegurarse de que tenía la atención de Sam la "reina del látigo". Si Joy tenía éxito, Sam no lo estaba mostrando.

Ella estaba en su escritorio mirando unos documentos que tenía en frente, se veía completamente absorta en lo que estaba leyendo. Inconscientemente estaba enredando un mechón de cabello alrededor de su dedo, recordándome el momento cuando había tenido mis dedos en ese cabello. Su otra mano estaba acunando su cuello mientras apoyaba su cabeza en ella, recordándome cuando había dejado un rastro de besos a lo largo de su cuello. Estaba corriendo su lengua a lo largo de la parte interior de su labio inferior, recordándome como esa lengua había estado enredada con la mía y como esos labios se sintieron en los míos. Era una besadora codiciosa, y me encantaba.

El suave elevamiento y caída de su pecho mientras respiraba estaba repetidamente captando mi atención a su escote, que ya estaba acentuado lo suficiente por su chaleco de corte bajo. Dios bendiga a Fletcher y su asesoramiento para la ropa. Cada vez que giraba su tobillo mi atención se desviaba a esas piernas que había sentido tan bien a mi alrededor.

Ella no tenía idea de lo mucho que, sin hacer nada, estaba haciéndome desearla.

Casi la odiaba por eso.

Odiarla sería una buena cosa. Era la única mujer que incluso me hacía sentir mal acerca de mi persona. Tan pronto como me calmé después de nuestra pelea, quise abofetearme. Ella no había querido decir lo que dijo sobre su Creador de la forma en que lo dijo. Sabía eso. Había sido un bruto, y me arrepentí. ¿Podría decirle eso? No. El orgullo y todo eso.

Era un estúpido que la acusó de tener algo con mi hermano. No lo tenía. Sabía eso. Pero era como que ahora lo sabía. Evan estaba igual que Joy, viniendo a mi oficina todo el tiempo. Entonces Sam y él siempre terminaban hablando. Él siempre parecía tener algo que decirle. Se sentía como si me estuvieran rebanando cada vez que la veía reír de algo que le decía o saludarlo con una gran sonrisa, esa que nunca me había mostrado.

Por eso, me gustaba que Joy viniera a mi oficina. De esta forma, ambos, Sam y yo nos sentíamos incómodos. Ella podría pretender estar muy absorta en esos documentos todo lo que quisiera, pero como siempre lo hacía, apostaba que estaba al tanto de todo lo que dijo e hizo Joy.

La noche en que Joy había traído a Daniela y Tammy no había sido una buena noche para mí. Sabía que verlas a las tres solo le recordaría a Sam el porqué me había rechazado, lo cual le haría concluir que había hecho la decisión correcta. Había estado esperando que el tiempo la hiciera cambiar de opinión, abrir los ojos más a la idea de lo que le ofrecí. Si lo hubiera hecho, las tres apareciéndose como hermanas habrían cancelado ese derecho, porque Sam estaba en lo correcto; ella no podría ser parte de algo como esto. Era más que eso. La respetaba por eso. La quería por eso. Casi la odiaba por eso.

Siempre estaba casi odiándola. Nunca podría superar lo mucho que la quería. Nunca podría quitármela de encima. Nunca podría encontrar algo que me hiciera quererla menos. La quise tan rápido que dolía. No quería ser esto nunca más; constantemente pensando en alguien que no podía tener, pero mi alma parecía pensar que era mía.

Cristo, ahora solo lo estaba haciendo peor... Dejó su silla y estaba estirándose para alcanzar el estante superior de uno de los archivadores, revolviendo algunos documentos. Su camiseta se levantó y la parte baja de su espalda se estaba mostrando, mostrándome un tipo de tatuaje arremolinado. Para hacerlo peor, pero al mismo tiempo mejor, podía ver la parte superior de sus bragas... seda roja con una banda de encaje en la cima. Estaba seriamente en riesgo de ponerme dolorosamente duro.

Here be sexist vampires ( Aqui Hay Vampiros Sexistas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora