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La maestra hablaba y yo estaba sentada en la parte de atras, el curso estaba repleto de estudiantes. Casi no escuchaba bien, pero de igual forma no podia concentrarme. Mi mente estaba en otro lugar, lo que Alberto me habia confesado hace una hora me martillaba la cabeza. Mi estomago se revolvió y mi corazón latía con pesadez, estaba abrumada e incomoda, no podia concentrarme, era dificil exigirle eso a mi mente en una situacion como esa.

Queria soltar un grito a todo pulmón para liberar la rabia que sentia por dentro de mi. Sentia un fuego incontrolable crecer en mi pecho y rapidamente se extinguió al darme cuenta que las horas habian pasado muy rapido y la clase habia acabado ya. Salí apurada del aula y me senté en unos banquitos a esperar a Alberto.

No mas de 10 minutos y aquella moto inconfundible se detuvo frente a mi. Me levante del banquito y sin mucho hablar me subí en la parte trasera y nos dirigimos a casa tan lento como Alberto pudo. La razón por la que iba lento ya ustedes la deben de saber, el ambiente aun estaba tenso y el trataba de hablar conmigo en el camino.

__Cómo te fué hoy?__ me preguntó tratando de romper el hielo.

__Normal. Nada importante hasta ahora__ respondí. Pero la verdad no tenia ni idea de que estaba hablando la profesora.

__Y... tienes hambre?

__Umm no realmente. Estoy bien gracias.__ trate de sonar lo mas serena posible.

__Y... como te sientes? __ seguia preguntando Alberto.

__Podrias solo conducir para ya llegar a casa? Estoy cansada__ respondí cortante.

No dijo mas nada en todo el trayecto pero si intentó tomarme de la mano mientras conducía...

__No se te ocurra ponerme un solo dedo encima. No me toques!!__ dije alterada.

Cuando llegamos por fin me quité la ropa y me envolví en la toalla para darme un baño, Alberto no parecia encontrar un lugar fijo, andaba de acá para allá y era comprensible.
Me imagino que en su mente correteaban miles de ideas de lo que posiblemente yo estaba planeando. Enserio estaba esperando que yo explotara.

Entré al baño y al encontrarme sola, donde nadie podia verme o molestarme, de mis ojos salieron con necesidad un par de lagrimas, que rapidamente se volvieron llanto y no pude evitar sentir como todo mi cuerpo temblaba, sentia un peso inmenso que me abordaba y me impedia respirar con normalidad, traté de controlarme para evitar que Alberto escuchara detras de la puerta mis sollozos y me lavé el rostro con abundante agua desde la ducha. Me bañé y ya sintiendome un poquito mejor salí del baño en direccion a la habitacion donde estaba la pc, ya que en esa habitacion estaba mi guardaropa. Me encerré hasta vestirme y cuando salí me dirigí a la galeria para respirar un poco, cuando llego veo a Alberto que estaba sentado y al verme se pone de pié como si hubiera visto a un fantasma; y para ser sinceros solo tenia los ojos rojos, no era para tanto.

Me doy la vuelta para regresarme a la habitacion pero él me detiene pidiendome que me quede un rato.

Lo miré con notable desprecio y no hizo falta que dijera una palabra, me retiré de su presencia y me fuí a acostar.

Alberto:

No sabia que hacer, la verdad no tenia idea ni de como podriamos hablar del tema o hacer algo para mejorar la situacion.
No podia simplemente sentarme a esperar que las cosas pasaran y ya, me iba a volver loco si perdía a la mujer que amo.

El reloj marcó las 12 am y aun estaba sentado esperando alguna señal o idea de qué hacer pero nada pasó. Fuí a la habitacion para acostarme y ya Elizabeth estaba rendida. La abracé por detras en forma de cucharita, la abracé muy fuerte y apreté mi rostro en su espalda, sentí una lagrima escurrirse por mi nariz y solo me pegué mas a mi esposa.
No habia otra forma de estar cerca de ella que no fuera esa, necesitaba sentirla.

 Enamorada Y Equivocada. (intenses saturday)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora