Había llegado el gran día que todos los chicos esperaban... el evento navideño.
Todos estaban muy emocionados, y mientras la mayoría de los chicos disfrutaban esa emoción y nervios, lo único que Tyler quería era desaparecer.
El señor Schmidt tuvo una platica muy emocional el día que llamo al castaño a su oficina, y entre todo lo que le dijo, le pidió el favor de participar en el festival navideño.
Pero más que un favor; lo estaba obligando.
A Tyler no le gustaba ser grosero con las personas mayores, así que de mala gana tuvo que aceptar aquel "favor" que el director le pedía.
Desde aquel suceso tan fuerte en la vida del castaño, el chico no había vuelto a cantar más... no lo hacía en frente de las personas.
Se sentía mejor cuando lo hacía para el mismo.
Pero como había estado pasando unos momentos razonablemente buenos, decidió hacerlo; ya que creía que sería un bueno momento para volver a empezar...
[...]
Tyler está listo. Tomo sus cosas y se dirigió a la escuela de la manera más cautelosa posible... no quería que nadie notara que haría acto de presencia en el festival, y mucho menos que notaran lo que llevaba puesto.
En el trayecto, el chico trato de hacer algunos ejercicios para poder vocalizar, mientras escuchaba música con sus audífonos.
Poco antes de llegar al lugar, iba con la mentalidad de entrar por la puerta principal, hasta que recordó que había una puerta en la parte trasera del auditorio, así que decidió entrar por ahí para no ser visto por más personas.
Al entrar, se encontró con muchas miradas de asombro, pero trato de ignorarlas y seguir su camino. Se dirigió con el señor Schmidt solo para confirmarle su asistencia, y se devolvió a la puerta por la que había entrado.
No quería que su hermano confirmara aquello que todo el mundo estaba murmurando.
Que Tyler iba a cantar.
Poco tiempo más tarde; después de varios números, se encontraba a dos turnos de pasar al escenario y sorprender al público.
Tyler siempre fue un chico con una voz increíble. Incluso se puede llegar a decir que siempre sorprendía al público porque en los escenario no sólo cantaba... hacía magia con esa voz tan increíble. Pero esta vez sería diferente. Sorprendería al público por el siempre hecho de estar ahí.
– A continuación, reciban todos con un caluroso aplauso el siguiente número. Una interpretación de "O come, o come, Emmanuel" por Tyler Joseph! – dijo el presentador
Todo el público aplaudía y al mismo tiempo mostraban un gesto de confusión. Creían qué tal vez se habían equivocado de nombre, y en vez de haber dicho "Zack" dijeron "Tyler". Pero no.
El público se equivocaba.
Instantes antes de salir al escenario, el chico acomodo su traje. Respiró profundo y empezó a caminar.
Llego a la mitad del escenario mientras el público seguía aplaudiendo.
Tyler se posicionó, acoso su micrófono y dio la señal a los músicos para que comenzaran a tocar... mientras trataba de mirar lo menos posible al público.
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(Video en multimedia)
[...]
Tyler terminó su presentación y rápidamente salió del auditorio y se dirigió a la sala de música.
Necesitaba despejar su mente y des hacerse de toda esa energía que tenía acumulada después de lo que había hecho.
De manera dudosa se dirigió al piano. Aunque tenía ganas de tocar; no se atrevía. No quería hacer ruido y llamar la atención. No quería que nadie notara que el chico trataba de ocultarse de todos.
Pero aún así comenzó a tocar.
Después de media hora, pasó justamente lo que el chico no quería... fue interrumpido.
Era Luna.
– Tyler... hola. – dijo la chica – estoy impresionada, tienes una voz increíble. ¿Por que no me dijiste que cantarías hoy?
– Porque... no quería hacerlo – respondió el castaño
–¿No querías hacer que? ¿Decirme o cantar? – preguntó la chica
– Las dos cosas – dijo Tyler mientras reía
– Vale, esta bien. No hay problema – agregó Luna con una sonrisa que reflejaba que el comentario de Tyler le había parecido gracioso
Hubo un silencio incómodo. Tyler no decía nada, lo único que hacía era tocar las teclas del piano de manera desordenada. Parecía que lo estaba haciendo a propósito para desesperar a Luna y así hacer que se fuera del lugar.
– Ty, recuerdas que te confesaría quien me gusta cuando te escuchará cantar? – pregunto Luna
– Claro, lo recuerdo – dijo Tyler sin interés
– Bueno, quiero platicarte sobre eso ahora, pero aún me da un poco de pena – agregó la chica
– No te preocupes, solo dilo – dijo Tyler con un tono insistente. Aunque realmente en ese momento lo único que le interesaba era estar solo.
– Vale... estem... me gus... Me gusta Josh – dijo Luna por fin.
En ese momento Luna se sentía liberada. Había pasado tanto tiempo manteniendo eso en secreto, que el haber tenido el valor de contárselo a Tyler la hacía sentir muy bien.
– ¿Qué? ¿Josh? – respondió el castaño
– Si Ty, me gusta Josh... Josh Dun! – Repitió con entusiasmo
Tyler se quedó petrificado. No sabía que hacer. No sabía que contestar.
Y cuando el chico pensó que las cosas no podrían ir peor... sintió claramente como le comenzaba un ataque de ansiedad.
