Las tres adivinanzas de la vida o el desayuno-Capitulo 6

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-Bueno empiezo yo- dijo la esfinge al grupo- haber si lo adivináis allá voy:

Si soy joven, joven quedo.

Si soy viejo, viejo quedo.

Tengo boca y no te hablo.

Tengo ojos y no te veo.

¿Quién soy?

-Mm… no es fácil déjanos pensar un momento- dijo Elena mientras se reunía con el resto en un circulo para adivinar la adivinanza.

-No se me ocurre que puede ser-dijo Nuria

-Ni a mi-dijo Fernando

Isabel salio del grupo y miro de reojo  a la esfinge la cual le había recordado a algo, volvió al grupo y dijo-Yo creo que se cual es la respuesta

-¿Cuál crees que es isa?- le pregunto Elena.

- Creo que es una estatua, porque si se hizo joven o vieja no cambia, tiene boca y ojos pero no mira ni ve.

-Yo creo que tiene razón- dijo Fernando

-Pues como no se nos ocurre nada mas intentémoslo, lo único que perderemos será la vida- dijo con una sonrisa sarcástica.

-La respuesta es una estatua- dijo Isabel a la esfinge.

- Esa respuesta  es correcta os toca preguntar.

El grupo se volvió a juntar para decidir cual seria la pregunta que le iban ha hacer.

 -¿Se os ocurre alguna? Y por favor, que sea difícil que nos jugamos mucho- les dijo Elena al resto mientas pensaba si se le ocurría algo.

Todos se callaron, mientras pensaban una buena adivinanza que les salvara la vida o por lo menos se la alargase un poco más.

-Me acabo de acordar de una, pero no se si es lo suficientemente buena para esta situación- dijo Isabel.

-Por mi vale, ya que no se me ocurre ninguna- dijo María esbozando una sonrisa tímida.

-¿Se os ocurre alguna o dejamos que Isa pregunte la suya?-dijo Elena.

-Por mi vale-dijo Fernando- ya que no se me ocurre ninguna. Suerte Isa.

-¿Preparada esfinge?- le pregunto Isabel- Bueno, pues allá va mi adivinanza:

Toda mi vida en un mes, 
mi caudal son cuatro cuartos, 
y aunque me ves pobrecita 
ando siempre en lo más alto

-Mm… buena adivinaza, si señor déjame que la piense durante un rato- le respondió la esfinge mientras pensaba la adivinanza que le acababan de formular.

La esfinge repetía para si la adivinanza, pensando que podía ser. Pero no se le ocurría nada. Hasta que miro al cielo que estaba estrellado, ya que se estaba haciendo de noche.

-Ya se cual es la respuesta- dijo la esfinge- la respuesta a tu adivinanza es  la luna.

-Si, es esa la respuesta- le dijo Isabel a la esfinge.

-Se esta haciendo tarde, ¿mañana continuamos?- dijo Elena.

-Pero si lo dejamos para mañana, puede que les pase algo al resto- dijo Isabel en voz baja a Elena-

-Puede, pero también puede que por no estar descansados no adivinemos la adivinanza.

-Tienes razón-dijo Isabel- pero nos despertaremos pronto.

-Por mi vale, no hay mejor cosa que hacer que un par de adivinanzas antes de desayunar- dijo la esfinge mientras se le caía la baba.

El grupo se acerco al principio del bosque ni muy lejos de la esfinge ni muy cerca.

Licantropos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora