Devolviendo Tu Felicidad [NS]

Capítulo 5

En el rato en que Sasuke estuvo en casa de Naruto debía de admitir que se sintió muy a gusto, pero a la vez, un tanto incómodo. Los Namikaze se veían como una familia unida, de aquellas en las que la mayoría de las veces todo siempre era risa y diversión, una familia en la cual se podía confiar ciegamente. El Uchiha se limitaba a escucharlos en silencio, tampoco es como que tuviera mucho para contarles, a pesar de que ellos querían saber un poco más de él. Su primer escape ante aquella pregunta, fue su propia familia, de la cual alegó que tenían una relación buena, no tanto como la de ellos, pero... algo era algo, ¿no? Y vaya mentira les había dado, en su casa la única que lo tomaba en cuenta es su hermana, y teniendo en consideración que la niña no es de la misma sangre que él. He de ahí que muchas veces Sakura le había dicho "No siempre una familia es de sangre." A ella podía considerarla como ¿una segunda madre? ¿hermana mayor?

Sasuke se había prometido a sí mismo nunca volver a aquella casa, lo que menos quería, era llegar a tener cariño por aquellos tres y que en el momento menos esperado todo se fuese a la mierda, así de simple. Aún podía seguir su vida a pesar de tener pocos amigos, en su niñez nunca los tuvo, así que no es algo que extrañe tener. Como dicen, no se extraña lo que nunca se ha tenido.

A mitad de semana, estaban justamente en una de las clases más agotadoras físicamente, claro, educación física. Para Sasuke, recibirla en esa institución era malo, no por el esfuerzo físico que debía de aplicar, sino por su profesor. Aquel hombre parecía nunca cansarse, sacaba energía de quién sabe dónde. Aquella institución no solo tenía un gran campo, por el cuál los varones iban trotando sin parar bajo el sol, ya que también tenía una alberca en donde las chicas recibían su clase. Normalmente, lo hacían por turnos, una semana las chicas y la siguiente semana los chicos.

—¡Vamos, no se detengan! —gritaba el profesor.

Ya llevaban más de diez vueltas a todo el campo, y el sol no era un buen compañero en ese caso, considerando el hecho que faltan más de 15 vueltas para terminar su calentamiento.

Aquella clase fue un tanto agotadora, la mayoría de los muchachos ya estaban en las duchas antes de poder irse por fin a sus hogares. Apenas salían y estaban listos, se iban. El único que aún permanecía cerca del campo, era Sasuke, quería esperar a que las duchas estuvieran vacías para así luego entrar él. Al llegar a su hogar, podría disfrutar de la soledad de esta; su padre, como siempre, estaría trabajando, su madre y su hermana en una presentación de alguna clase de festival escolar. Estaría solo.

A lo lejos pudo divisar a Naruto caminando hacia el campo en compañía de otros dos, por lo que tenía entendido, sus nombres eran Kiba y Shikamaru. Eso de recordar nombres no es muy lo suyo, menos si son personas con las cuales no se relaciona. Decidió irse a las duchas antes de que aquel rubio estuviera lo suficientemente cerca.

Salió del campo directo a la piscina que anteriormente usaron las chicas, estaba totalmente vacía, ni siquiera la profesora andaba por los alrededores. Era algo extraño, pero le relajaba ver el movimiento del agua, así que antes de seguir su camino, se sentó en el borde de esta luego de quitarse los zapatos. El agua estaba fría, aunque para su gusto, estaba bien así.

Notó que el agua empezaba a moverse con más fuerza, como si hubiese alguien agitando sus manos desde el fondo. Se inclinó un poco al frente queriendo ver con más detalle lo que ocurría, pero de un momento a otro, sintió como algo enrolló su pie y empezaba a jalarlo al interior de esta. Se aferró con fuerza a la orilla, llevando la contraria a lo que fuese que esté intentando ahogarlo. Había una notoria diferencia entre la fuerza de ambos, hasta el punto que Sasuke terminó por hundirse.

La piscina era profunda, tanto, que ni al intentar ponerse de puntillas era capaz de sacar aunque fuese un poco su rostro. Hacía todo lo posible por lograr salir a la superficie, pero la falta de oxígeno lo empezaba a fastidiar.