XIII: "Missed you"

428 29 4
                                    

Mi celular comenzó a vibrar desesperadamente encima de mi estómago, fruncí el ceño ¿a quién rayos se le ocurría llamar a ésta hora en Domingo? miré a mi lado izquierdo y Daniel se estaba levantando de igual manera.
Tomé el celular y contesté aún con la vista nublada.

— ¿Bueno? — respondí volviendo a recargar mi cabeza en la almohada con los ojos cerrados.

— ¿Maggie? ¿Eres tú, Maggie?

Me levanté en seco, podía jurar que conocía esa voz, era inigualable. Pero a diferencia de antes ya no me causaba felicidad escuchar aquella voz.

— Hayes ¿Qué sucede? — pregunté extrañada.

— Yo, primero lamento hablar a ésta hora — dijo con la voz ronca — pero es importante lo que debo de decirte.

— Dímelo.

Miré a Daniel, me miraba con el ceño fruncido y recién despertado.

— Estamos en una cena familiar hoy con Nash, mi madre, Sky...

— Ve al punto — dije — por favor.

— Mi tía ha entrado a trabajar a un anexo contra adicciones aquí en Los Ángeles, le platiqué acerca de tu amigo...

— ¿Cómo sabes lo de mi amigo? — pregunté aún sin entender mucho.

— Tú me lo contaste, ¿recuerdas? — escuché como pasaba saliva — cuando éramos los mejores amigos.

— No recordaba — dije tallándome los ojos intentando despertar.

— Bueno, como decía, le platiqué tu situación y me ha dicho que puede ayudarnos con tu mejor amigo, ella puede hacer que entre como familiar suyo y no le cobran tanto como si fuera cliente.

— ¿Estás hablando enserio? — dije intentando adaptarme a la luz que recién había prendido.

— Sé lo delicado que es para tí ésto, no bromearía con algo así.

Deseaba con todas mis fuerzas que no fuera un sueño solamente, miré a Daniel, me hacía señas preguntándome si todo estaba bien, levanté el dedo pulgar de mi mano en señal de "todo bien".

— Espérame unos segundos.

Fue lo único que pude decir, dejé el teléfono encima de la mesa de noche frente a la cama y me acosté en el piso a llorar de la felicidad. Daniel se acostó a un lado de mi y comenzó a sobar mi brazo de arriba a abajo.

— ¿Todo bien? — preguntó abriendo los ojos.

— Todo más que bien — le sonreí con lágrimas y lo abracé un momento.

Me puse de pie, tomé el celular y volví a hablar con Hayes.

— Jamás encontraré la manera de agradecerte ésto — dije con la voz entrecortada de la emoción.

— Te quiero como a nadie más, Maggie y quiero que jamás lo olvides — dijo y puedo imaginar cómo estaba sonriendo mientras lo decía.

— También te quiero, Grier. Y enserio wow — suspiré — ésto es asombroso.

Me costaba hablar, aún no podía creerlo, sentía una felicidad, motivación y liberación que no había podido sentir desde que mi mejor amigo había ingresado al anexo.

— Mi tía está justo ahora en mi casa, ¿crees que puedas venir a platicar con ella ahora? Sé que es tarde y que tienes escuela...

36O DAYS » R E E S C R I B I E N D O Donde viven las historias. Descúbrelo ahora