XI: "Explaining"

362 30 4
                                    

Eran las 9:00 de la mañana, Daniel y yo nos encontrábamos esperando a pasar a desayunar a un pequeño restaurante cerca de una de las plazas cerca de la casa de los chicos. Nos habíamos levantado desde hace una hora antes pues según él después encontraríamos más gente y no podíamos ir a comprar las cosas que necesitaba para ir a la escuela al siguiente día. Se había ofrecido de una manera muy dulce a acompañarme a comprar cosas escolares, ropa y cosas para mi habitación y personales que me faltaban, parecía que él era el más emocionado por mañana.

No hablábamos mucho pues ambos estábamos desmañanados, pero tenía razón; además teníamos que apurarnos lo más que pudiéramos. Ninguno de los chicos sabía que nos iríamos, pues cuando nos fuimos aún seguían dormidos.

—•—

— ¿Por qué no una de éstas? — dijo Daniel tomando una playera que era igual a la que traía puesta — podríamos andar combinados.

— ¿Y qué me relacionen contigo? No gracias — dije y reímos.

— Eres terrible — dijo entrecerrando los ojos.

— Claro que lo soy, eh — reí y busqué la playera de mi talla y la junté con las demás que traía.

Mientras pasaba los ganchos en busca de la camisa que tuviera la letra "M" en ella Daniel puso su mano sobre la mía lentamente y me miró serio.

— No quiero que por la vez que te besé nuestra amistad termine o cambie nuestra relación — dijo directo al grano mirándome a los ojos.

— No te preocupes Daniel, no lo hará, te lo prometo — le sonreí.

— No sabes cuánto me tranquiliza que digas eso, Maggrienta — pasó su brazo por encima de mi hombro abrazándome.

— Eres de mis mejores amigas, Daniela — dije mientras caminábamos.

— ¿Sabes? Aveces me pongo a pensar y yo creo que si fuera mujer andaría con Jonah — dijo serio.

— Sabía que era real — dije para mí.

— ¿Qué es real? — preguntó extrañado.

— Nada, nada — dije y cambié de tema rápidamente.

Fuimos a dejar todas las bolsas a la camioneta para no estar cargándolas en toda la plaza pues todo era muy pesado y eran muchas cosas, ya teníamos la ropa y las cosas para el colegio, pero aún faltaban las cosas para el cuarto y cosas de higiene personal.

Me encontraba mirando todos los edredones para la cama, había demasiados de donde escoger que estaba analizando cada uno de ellos mientras Daniel me miraba detenidamente.

— ¿Te gusta lo que ves? — bromee.

— Me encanta — dijo sonriendo.

— ¿Te encanto? — reí.

— Tal vez — dijo y corrió a esconderse en el otro pasillo con su cara completamente sonrojada.

— ¡Ay qué pena que Danielo no está por aquí! ¡Quería invitarle un helado de los que le gustan! ¡Qué lástima! — dije exagerando.

— Oh, como que ya me arrepentí de haberme ido — entró al pasillo donde estaba.

— Mejor ayúdame a bajar aquella bolsa y vamos corriendo a los helados.

36O DAYS » R E E S C R I B I E N D O Donde viven las historias. Descúbrelo ahora