Locura.

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Mérida

¡Todo era mi culpa!

Si yo no me hubiera fijado en aquel idiota tal vez no estaríamos aquí, tal vez Kristoff y Anna estarían con vida y definitivamente tal vez estaría con mis padres y hermanos.

Pero no se puede desear lo que ahora era tan distante.

Era un mes entero encerrada en quien sabía dónde con un par de psicópatas asesinos, mis pensamientos volaban al día que lo perdimos todo. Yo estaría en mi último año en la universidad y Elsa por fin abriría su consultorio de psicología... Era un maldito chiste como la vida podía dar giros tan drásticos y llevar a una persona de sociedad a la maldita miseria.

Me pasaba caminando por toda mi "habitación" esperando noticias, esperando poder irme, pero simplemente ese día nunca llegaba y eso me desesperaba, lo hacía casi tanto como no haber visto a mi prima en un mes entero, sé que la última vez que la vi nada salió bien pues me reprochó las muertes de nuestros amigos, y si, acepto la culpa. Ellos murieron por mi causa.

Yo los maté.

Debía verla, saber cómo estaba y si aún estaba vida, que era lo más importante. No importaba nada, no me importaba si debía soportar algún castigo por salir de mí encierro ¡me importaba una mierda! Debía ver a Elsa.

Salí a hurtadillas del ático, pisando la madera lentamente para que no sospecharan que salí de ahí, bajé las escaleras con extremo cuidado para no ser atrapada en el acto.

Hiccup y Jack estaban en los sofá, parecían asquerosos borrachos, me armé de valor y empecé a caminar entre ellos para llegar a la puerta del sótano. Mis pies descalzos iban esquivando las bolsas de frituras y cerveza derramada en la alfombra, ¡El lugar era un maldito desastre! Todo apestaba a tabaco y cerveza barata.

Solo me faltaban unos pasos para llegar pero me congele cuando escuché el cuero del sofá crujir con el movimiento de un cuerpo, miré sobre mi hombro y para mi suerte seguían inconscientes. Los pasé con silencio extremo y finalmente llegué a la puerta.

Abrí la puerta lentamente y me adentré en aquel oscuro lugar.

<< Ellos están muertos >>

Escuché un susurro escalofriante y frenético, por lo que me detuve en los escalones a escuchar.

<< Los mató a todos >>

Definitivamente aquello era aterrador, me preguntaba si debía seguir bajando.

<< Lo mató a él >> Sollozó y luego soltó una carcajada << Y luego me asesinó a mi >

— ¿Elsa? — pregunté sintiéndome temerosa de lo que fuera encontrar allá abajo.

Continué bajando los escalones hasta llegar al suelo... y luego la vi.

Acurrucada en su catre, pegada a la pared, su mirada fija en un punto ciego y sus ojos muy abiertos.

— ¿Elsa? — volví a preguntar deseando no haberlo hecho.

Ella se giró bruscamente para verme — Ella ya no existe — susurro casi inaudible.

Me acerqué unos pasos más a ella para que al menos reconociera mi rostro — Solo quería pasar a verte.

Su semblante cambio, ahora parecía que se burlaba de mi — ¿Por qué? ¿Te sientes culpable primita? — Se rió secamente y luego se encogió de hombros — Es tan raro que yo esté enloqueciendo aun cuando sé cómo tratarme, lo curioso es que yo no recuerdo ni un solo libro de texto psicológico que ayude con mi mierda.

MURDERSWhere stories live. Discover now