Capítulo 7: Buscando un Legado

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Es cierto, ha sido maleducado por mi parte. Me he puesto a hacer cosas por mi cuenta, he hablado todo lo que he deseado pero desde hace tanto tiempo que no has podido hacer lo propio. Pese a la pasión con la que me escuchas, no has sido más que una herramienta, una mera excusa que me permite blasfemar hasta quedar satisfecha. Pensé que aquella había sido tu intención en un principio.

Pero ahora te veo alzarte de la pequeña madriguera que creé para ti. Con un dolor que a diferencia del mío es permanente y permeará hasta el fin de tu vida, sea cuando sea. Tus pasos traen nueva volatilidad, traen sonido reflejado en el campo de elementos a tu alrededor, el sonido se deshace en conceptos que te rodean y desaparecen. Pretendes encararme con confusión pero solo miras a la oscuridad, sigues sin saber de dónde vengo o donde estoy, no puedes ver lo que no comprendes.

¿En principio sabes quién soy? Me mantuve pensando que no, asumí que toda información que tuvieses de mi, tal como tus otros compañeros de destino, venía guiada por poco más que una combinación de casualidades y golpes de suerte que de alguna manera te habían llevado a un lugar que no fuese una inesquivable y dolorosa muerte... Y es por eso que mi sorpresa fue mayúscula al ver como dejabas en el suelo invisible, cual ofrenda, un pedazo de piel.

Piel humana, su olor era inconfundible, mis ojos no se dejaban engañar por la mera oscuridad, no se ponía en mi camino y fue por eso que se me permitió ver la antigua bandera. Mi respiración se agitó y una fuerte tensión me recorrió por los recuerdos que esta despertaba. Me sentí ansiosa a la par que sorprendida.

¿De qué lugar del mundo falso pudo provenir la sacrílega forma de un ojo rojo con arcos finamente decorados en su parte inferior y superior, con las formas especificas del sol y la luna en sus extremos, siendo rodeados por numerosos signos del cosmos? Tan fidedigna era aquella replica que las sombras castigadoras retrocedieron en terror y respeto.

Quieres una respuesta, lo sé, tal vez fue este trozo de piel sucia quien te llevó ante mi definitivamente, tal vez fue tu primera pista o tal vez intentas despistarme, jugar conmigo brindándome un sinnúmero de elementos los cuales tienes fe que te llevarán a la verdad que buscas, sea cual sea, habrá de tener el valor necesario para sacrificar tu vida a cambio de ella, aunque asumo que has sacrificado mucho más.

Mi respiración se calma, las visiones del pasado pronto me llegarán, es imposible que no lo hagan, es mi herencia legítima, aquella cosa que es mía y nunca se me podrá arrebatar. Esta herencia, por si misma, pudo ser suficiente como para terminar con las ataduras visibles e invisibles ante ti, suficiente para ser arrastrada al olvido, al abismo, a aquello de lo que todos se alejan.

Lo veo, las imágenes, las palabras, los sonidos y los numerosos tactos y sensaciones llegan a mí. No puedo evitarlo, la ira brota de mí, me indigno y guardo silencio mientras proceso lo que ante los ojos de mi alma se presenta, es la verdad. ¿Así te sientes cada vez que la voz que escuchas en tu corazón blasfema, escupe y pisotea lo que innegablemente te fue enseñado? Es una sensación indescriptible.

Un incandescente destello dorado me ciega, siento que veo al sol, un sol que lentamente se apaga, lentamente cae al fondo de un cráter en la distancia, un sol cuya presencia aún se hacía presente en el horizonte pese a que sobre mí se encontrase ya la luna dominando el cielo con su sequito de estrellas.

Me siguen personas, agotadas, con profundas quemaduras en sus cuerpos, sangrando y descansando en el suelo para un triste final. Mis manos también están quemadas, la piel tierna y dolorosa solo es contrastada por un cascarón negro alrededor de mis dedos. Yo, que trabajé convirtiendo con mis manos los elementos de las tierras en obras para glorificar al hombre, yo que finalmente fui feliz, yo que yací en el suelo liberando mi último suspiro mientras mis congéneres continuaban su viaje en una empinada montaña, acosados por las nubes quienes amenazaban con derribarlos.

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