La curiosidad.

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CÓRAL.
Noto la luz del sol sobre mi piel y el brillo de mis escamas se refleja en el fondo marino. El comienzo del verano es siempre hermoso. Los primeros intensos rayos de sol, las primeras plantas veraniegas y la necesidad de pasar todo el tiempo en el agua. Para un príncipe es un respiro y una maravilla poder descansar de todas las obligaciones y simplemente nadar. El agua está muy clara y el sol se refleja por todas partes. Me siento en el fondo marino y admiro la luz recorriendo mi cola. El agua siempre es hermosa. Veo alguien chapotear en la superficie del agua y me impulsó hacia arriba.
Cuando llego a la superficie me apoyo en el filo del río y una chica morena vestida con una camiseta roja, una chaqueta vaquera y unos pantalones vaqueros me acaricia el pelo mojado.

- Por fin verano ¿eh?-dice la chica, tiene unos veintiséis años o así y se llama Emelie.

-Ya era hora, por fin puedo nadar todo el día sin preocuparme por lecciones, deberes y demás estupideces.

- No son estupideces. Es tu educación y tu instrucción para ser rey.

-Estupideces.

-Córal-hace una pequeña pausa para que me de cuenta de que he dicho algo incorrecto, a pesar de que lo sigo viendo así.- No son estupideces, dentro de dos años tendrás la edad para ser rey y tienes que saber comportarte ante todos los reinos.

-Casi todos, hay algunos amargados que se han negado a ir a la fiesta.

-Algunos reinos son así, son más reservados y cerrados.

-Y dan miedo.

- No abras tu piquito de oro cuando te coronen si no quieres meter al Reino en guerra y que tus padres te maten.

Me vuelve a alborotar el pelo y se levanta.

-Me han pedido que te diga que les ayudes con la comida y busques unas ballas de glis por los márgenes del bosque. Y...

- No te adentres en territorio de las sombras ya lo sé.

- Por si acaso.

Se da media vuelta y la veo entrar en el castillo. Me llamo Córal,soy el principe de las sirenas y tritones. Vivo en Chantel, uno de los tantos mundos habitados por seres mágicos en su totalidad. Hay muchos reinos distribuidos y son todos muy diferentes. Hay reinos en los que te aplauden con amor al llegar, otros el los que se plantean matarte. Mi reino está en una esquina rodeada casi entera con agua y el Reino del que somos vecinos es el Reino de las sombras. Un reino oscuro y frío. A pesar de ser el Reino de las sombras antes no había motivos para temerlos. Los Reyes eran muy callados y reservados pero no eran malas personas. Hace poco más de un año un nuevo rey subió al trono y todo cambió. Esta prohibido entrar en el Reino de las sombras y nuestra única manera de movernos es a través del agua. Pero ahora es verano y no es momento para preocuparme de esas estupideces. Salgo del río y transformo mi cola en piernas. Cojo mi ropa de dentro del hueco de un árbol y me visto. Sigo mojado pero no es un problema. Entro en el castillo y cojo la cesta para las ballas.

-¡Córal!-me giro y veo a mi madre, Marina, trae una capa en las manos-en el bosque siempre hace frío así que ponte esto-me abrocha la capa alrededor del cuello.

-Iba a ir a por ella.

-Ambos sabemos que no-me río y me pongo la capucha.

Voy por el campo hacia un gran establo donde duermen los caballos. Delante de este caso todos pastan, corren y juegan libres. Doy un silbido y pocos segundos después una yegua negra aparece delante de mi.
Se llama Luna. Tiene las patas peludas y los cascos blancos. Su cuerpo está adornado con marcas de color dorado y las puntas de su pelo brillan en dorado. Subo a su lomo y me agarro a su pelo. Doy unos minimos toques con mi pie en su barriga y esta empieza a correr. Pasamos por un gran descampado lleno de flores y en poco tiempo entramos en el bosque. La extensión de árboles se alarga kilómetros. Unos grandes arbustos marcan la frontera entre el Reino de las sirenas y el de las sombras. Justo en estos arbustos hay unas bayas más azules que el propio cielo.
No me bajo de la yegua para poder cojer las bayas más altas y dulces. Se hacen pasteles muy buenos con estas bayas y encima son azules. Los dulces son mi especialidad.
Justo en medio de los setos está la puerta que comunica el Reino de las sombras con el de las sirenas. Unas grandes puertas negras acabadas en punta. Ninguna inscripción ni adorno ni absolutamente nada. Término de recoger las bayas y vuelvo a casa. El roce del aire en mi piel mientras cabalgo me despierta y relaja. Me encanta el verano.

Oro blanco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora