Oro blanco.

El mundo mágico.

CÓRAL.
Camino por un bosquecito no muy poblado, la niña está dormida pero yo no puedo si quiera descansar la cabeza. No conozco el mundo mágico, de hecho esta es la primera vez que estoy aquí. La gente es muy buena y amable, ninguno te mira mal y Drac está siendo muy bien tratado. Aun no ha despertado tras dos días pero tenemos que seguir esperando. Cuanto más me adentro en el bosque menos puedo ver el cielo por la Copa de los árboles. Sigo andando hacia dentro y trato de no tropezarme con las raíces salientes. Llego hacia un pequeño descampado y me apoyo en uno los árboles más grandes. Respiro hondo cuando me apoyo en él. Tengo que haber perdido mínimo dos quilos en tres días, me estoy obligando a comer para que mi cuerpo no colapse, ente el insomnio la falta de hambre y la revolución de sentimientos que tengo ahora mismo siento que voy a caerme en cualquier momento.

-¿Cansado? No te has movido.

Me sobresalto y miro a mi espalda. No se quien es, es una chica vestida con unas mayas azul oscuro y una camiseta ancha que le deja ver el hombro entero hasta la mitad del brazo. Se le transparenta el sujetador deportivo ya que este es negro y la camiseta es blanca. Ella se acerca despacio a mi.

-Él saldrá adelante, hazme caso sé de heridas mucho más que cualquier persona.

La miro un poco confundido y ella sonríe. Me tiende la mano manteniendo su sonrisa, es clara y dulce.

-Melodie, pero todos me llaman Me.

- Es un tanto peculiar-digo y estrecho su mano.

-Todos lo dicen. Supongo que no tienes ni idea de quién soy.

- No, lo siento.

-Sin problema, pero no quiero protocolos-asiento con la cabeza, es obvio que es alguien de alto rango-Soy la reina.

Casi me resbalo con mis propios pies.

-Nunca pensé que te conocería.

-¿Estás de coña? ¿Unos tíos con dos pares que han sobrevivido a una guerra? Eso tenía que verlo yo.

- La historia es subrealista.

-Todas las historias son surrealistas-miro al suelo y me siento en una de las raíces del árbol donde estaba apoyado-oye tu novio sobrevivirá y no va a estar mucho tiempo dormido.

-¿Estás segura de eso?

- Te lo dice una persona que ha estado en coma cuatro veces en el último año.

-Joder.

-Ya, mucha gente me quiere muerta-me agarra el brazo y sonríe-él estará despierto en menos de tres días. Aguanta un poco y cuida a tu niña.

Asiento con la cabeza y me froto la cara con las manos.

-¿Eres de agua fría o caliente?

La miro un poco intrigado.

-A-Agua caliente, en plan templada.

-Ven conmigo.

Me levanto y camino tras ella. Nada cambia a medida que entramos en el bosque. Miro al suelo y trato de tener cuidado para no tropezarme con las raíces que quedan fuera de la tierra. Ella parece estar acostumbrada, se mueve hábilmente entre las raíces.
Caminamos lo que me parecen unos cinco o diez minutos, me vendría de perlas un reloj. Llegamos a unas rocas cubiertas por una enredadera. Ella me mira y sonríe antes de apartar un trozo de enredadera que parecía estar anclado a una piedra. Desaparece entre la enredadera y yo me quedo un poco asombrado. Toco despacio la enredadera para apartarla. Está húmeda pero casi caliente. Entro y un túnel oscuro casi no me permite ver a la Reina que está unos pasos más por delante de mi. Cuando empieza a aparecer claridad llegamos a una especie de lago muy pequeño que desprende calor.