Epílogo: (1/3)~Chico Malo~

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Tres años después

Hannah y Ed esperaban su primer hijo. A pesar de las peleas que tuvieron en el camino, su amor es cada día más fuerte, imposible de quebrar. Vivian los dos felices en las afueras del pueblo. Un sitio casi ilógico para Hannah, ya que estaban rodeados de árboles por doquier. Pero a Ed le resultaba placentero vivir allí, la paz que se respiraba era increíble y no pensaba mudarse. La rubia tenía que acostumbrarse a aquello, aunque al principio había sido difícil.

- Hay una rata en el sótano –Gritó histéricamente la rubia subiéndose a la primera cosa que tenía a mano— .- - ¡¡Ed!!

El aludido se secó las manos y fue rápidamente hacia el sótano, sin darse cuenta de que había dejado el grifo abierto. La bacha comenzó a llenarse de a poco.

Ed entró en la habitación e inspeccionó el lugar. Hacía poco que se habían mudado, en su cargamento no había puesto veneno para ratas, ni siquiera lo había pensado.

Hannah no dejaba de gritar mientras se adentraba entre las cosas viejas que el dueño anterior había dejado.

- ¡Ahí esta! –Gritó señalando hacia un rincón más alejado de donde Ed se encontraba.

- Ya vi, Hannah. No grites que vas a espantarla. Y bájate de ahí, a ver si te lastimas—La rubia no hizo caso a lo que su esposo decía. No iba a bajarse de la silla y dejar que esa cosa la comiera.

Se acercó más y más hacía la bola blanca y la inspeccionó de cerca. Largó el aire acumulado en sus pulmones al darse cuenta de que no se trataba de una rata. Eso le pasaba por tener a una chica con cero experiencia en la naturaleza, como mujer.

- Es un conejo, amor –La bajó de la silla, a la que se había subido en un ataque de pánico.

- ¿Un… un conejo?

- Si. Sera mejor que te enseñe un poco de biología, casi mato a un ser adorable por tu falta de conocimiento.

- Entonces yo tendré que enseñarte a vestirte mejor. Unas clases de moda no te vendría mal, amor –Arrastró lo último, un poco resentida al respecto de que no sabía nada de biología. Ed rió negando con la cabeza. El ruido de que un líquido estaba cayendo de algún lugar se hizo presente.

- No me digas que se largó a llover y hay goteras en esta casa, porque ahí sí que te mato.

- El dueño no me advirtió nada al respecto –Frunció el ceño extrañado. Ambos se dirigieron hacia la cocina, de donde provenía el ruido.

Abrieron sus ojos como platos al encontrarse con la bacha rebalsando y gran parte del piso cubierto de agua.

- Oh-oh.

- Hubiese sido mejor si el conejo te comía –Se sinceró él, llevándose un golpe en el estómago por parte de Hannah.

- Cállate y ve a buscar el trapo de piso.

***

Harry y Sara habían tenido una pelea que duró algunas semanas. No podían mantenerse alejados mucho tiempo, ya que se extrañaban a horrores. Superaron ese pequeño problema y siguieron adelante.

En Diciembre contrajeron matrimonio, nada exagerado. Solo una pequeña reunión en la nueva casa, que compartían cerca del río. Las grandes fiestas nunca habían sido lo que más le gustaba a Sara. Con tan solo pasarla bien con las personas que amaba era suficiente.

- Amor, te estás tardando mucho. Apúrate, que me estoy meando –A pesar de los años, no había perdido el maravilloso habla que lo identificaba. Harry golpeó por tercera vez la puerta. Su vejiga iba a explotar si no salía pronto y era capaz de orinarse encima.

Sara estaba sentada en el inodoro, con la tapa cerrada, mientras sostenía un pequeño dispositivo. Lo miró luego de largar el aire en un suspiró. Una sonrisa surcó su rostro, acompañándola con una lagrima que se había escapado.

Se dirigió hasta la puerta vacilando. No sabía lo que él diría. Tampoco sabía si quería que una tercera persona invadiera sus vidas. Pero no lo sabría si no abría la puerta.

- ¡Aleluya! Tus plantas están en deuda contigo… ¿Qué sucede? –Cambió su semblante a uno preocupado.

- Sara… no me asustes –Volvió a hablar al ver que no respondía. Miró hacia sus manos, las cuales sujetaban fuertemente un dispositivo blanco. Sus ojos se cristalizaron mientras su respiración se podía escuchar entre cortada.

- Tu… tu estas… --El nudo que tenía en la garganta le impedía seguir hablando. Ella asintió felizmente.

- Estoy embarazada, Harry.

- Dios… --Se mordió el labio inferior mientras miraba hacia arriba tratando de contener las lagrimas, cosa que no consiguió—

- Perdóname si no era lo que querías.

- ¿Qué? ¿Estás loca? Sara, me haces el hombre más feliz del mundo con esta noticia. Ven aquí –La estrechó en sus brazos. Su pecho amortiguaba su sollozo, un sollozo de felicidad.

- Te amo –Dijo luego de besarla cortamente—

- Y yo a ti.

***

Liam y Rockie estaban saliendo. Aunque al principio ni Zayn ni Harry le veían futuro, los dejaron pasmado al enterarse de que eran novios. Liam había sido el único capaz de traspasar esa barrera de chica mala que portaba Rockie, solo para que no le hicieran daño. Había sufrido por amor, cometiendo el error de dejar ir a una persona de la cual estaba enamorada. No pensaba cometer el mismo error con Liam, porque sabía que él era el indicado.

- Rockie… Rockie ven aquí, no te hare nada –Decía Liam, mientras recorría el lugar con un paquete de harina abierto detrás de su espalda. Su cabello y parte de su cara estaban cubiertos por un polvo blanco. Sólo quería venganza.

- Bueno… me voy porque llegó tarde al trabajo –Mintió, pisando varias veces en el mismo lugar para dar la impresión de que se estaba alejando. No pasó mucho tiempo para que Rockie saliera de su escondite. Al verlo allí parado con su cara de malicia comenzó a correr.

- No, Liam. Por favor –Pedía entre risas. Pero el castaño no tenía intensiones de hacerle caso. Sus ojos transmitían solo una palabra "Venganza".

La agarró de la cintura con su mano libre, acorralándola contra la pared. La beso, para luego tirarle lo que quedaba de harina, en el cabello.

- Me he bañado recién –Reprochó quitándose la harina de los ojos. Su pelo parecía engrudo, ya que no se le había terminado de secar— ¿Sabes lo que me costara sacarme esto? –Señaló su cabello.

- Venganza es mi segundo nombre, linda –Le guiñó el ojo—

- Me voy a bañar.

- ¿Quieres que te ayude?

- No. Y ni se te ocurra entrar cuando este en la ducha. No por nada me llaman Rockie –Le hizo saber para luego entrar en el baño. Liam sonrió, esa mujer era perfecta para él.

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Chico Malo( Zayn y tu terminada)(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora