"UN NUEVO AÑO"

4.- Problemas

Al salir de clases, me dirijo al tocador de damas, entro, me encuentro ahí, como siempre con aquella suerte tan pésima con la que cuento, con aquella chica de nombre "Reinen"; ella siempre ha sido aquella típica chica que detesta que le salgan bien las cosas a los demás, aquella persona que detesta que existan personas mejores que ella o resalten más(difícilmente las hay), detesta que la mires de frente y se siente la persona de mas reconocimiento en el mundo.
Vaya como la detesto; se han oído rumores de que ella se metió con el novio de su mejor amiga, se dice que ella puede matarte con la mirada pero; no le tengo miedo. No pienso salir del tocador solo por ella.
Entro, luego de hacer mis necesidades, me dirijo al gran y espacioso espejo, todo garabateado y lleno de vulgaridades que toda escuela posee por mas calidad de está,  " Reinen PERRA" leo entre dientes.
Reinen:- ¿Que dijiste gusano?-
(Mierda)
Yolys:- nada es-staba leyendo esto-.
Reinen:-cuida lo que dices mocosa o te meterás en problemas.
Yolys:- N-no te tengo miedo.
Reinen:- aaah ¿no?
Reinen tomo mi cola de caballo y me forzó mi cabello con aquel coraje y sentimiento difícil de definir en su mirada, sentí dolor, enojo hasta se podría decir que tristeza por meterme en aquel embrollo, pero, no me dejaría humillar de aquella manera, no esta vez, era un nuevo año y está no era la forma de iniciarlo, no como la torpe niña que se deja lastimar siendo víctima de los abusos de otros, no lo permitiría de nuevo.
Tome contra fuerza ante Reinen, estruje su largo y bien cuidado pelo negro, lo jale con todas las fuerzas que mi débil y tembloroso cuerpo pudo acumular ante ella, la deje caer al suelo lastimando sus extremidades con pequeñas marcas poco visibles a simple vista pero que ella noto con mucha facilidad.
Reinen me veía con enojo y se podría decir que con miedo; nunca pensó que una chica como yo,una chica de estatura promedio y peso un poco arriba de lo normal, la dejaría en aquella gran vergüenza como la había dejado en ese momento.
Reinen:- Esto no se quedara así mocosa -
Se levanto con aquella rapidez y atraco contra mi cuerpo, se empezó a oír el murmurar en todo el pasillo, se oían las risas y burlas de mis compañeros por aquel deshonor que estaba teniendo, todo por culpa de una problemática sin razón. Reinen tomo mi cabello al ser lo mas cercano a su agarre y  jaloneo mi bello broche, *crack* sonó mi cabello al ser arrancado junto con este.
Por la ventana de aquel cuarto se escuchaba el pequeño silbido que mi broche cortaba contra el viento, no lo podía creer como una persona podía ser tan mala y cruel. Lastimarme de aquella manera por leer algo que estaba escrito ya en la pared, no tiene caso; después de todo no lo había hecho con aquella intención, se que la palabra ofendería a cualquiera,pero después de todo "dicen" ella se ganó ese apodo con sus terribles acciones. Le lance una mirada amenazadora, suficiente para que ella saliera inmediato del tocador acompañada de su amiga Verónica, muertas en carcajadas se podían oír sus burlas hacia mi persona murmurando.
(Viste su cara)(La destrozaron)(Es una ingenua).
No pude soportarlo, era demasiado para haber pasado en tan poco tiempo, era imposible de creer,¿yo?, me he vuelto motivo de rumores,¡no!, imposible.
Al ir recorriendo los largos pasillos para llegar a la puerta de salida se podían observar todas esas miradas que las personas atascaban en mi como pequeñas agujas, lastiman pero son tan diminutas como para verse con facilidad, dolía demasiado ser el centro de atención por primera vez, y por los motivos que lo era.
Pronto vino a mi mente ¿Donde quedo mi broche?, claramente se que Reinen lo arrojo por la ventana, pero ¿donde quedo?, corrí fuera del edificio a la dirección de la ventana del tocador; lo busque como joven enloquecida, pero no se veían ni rastros de el, ese broche era especial, era mi amuleto de suerte, decía mi abuela que este me llevaría al amor y me daría una gran lección, que lo usara cada vez que necesitara suerte, pero, vaya suerte, perder mi dignidad ante todo el instituto, a eso no se le puede llamar suerte; al menos sé que soy capaz de defenderme y eso me hace reconsiderar que no es tan mala.