Capitulo 1

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Mario había tenido un día pésimo, su mama en la mañana le informo que el dinero ya no alcanzaba para todos los gastos, que debería pensar en buscar un trabajo, cosa que a él no le molestaba si se trataba de que su familia estuviera bien, lo que le molestaba era que su familia estuviera así, en la pobreza, el deseaba darle todo a su familia, pero ¿cómo?, si todavía no había terminado la segundaría.

Megan su hermana menor es un ángel, está en preescolar, es estudiosa y buena conducta. Se merecía todo y le daba impotencia no poder darle nada, ella era la luz de él, su motivación para ser grande en la vida.

Su padre le enseño lo que debe hacer en la vida, estudiar, especializarse en algo y trabajar para así lograr lo que deseaba, su relación con su él es estupenda, él era su mentor, su guía, era todo

Su madre, es la mujer más hermosa que él hubiera visto, no solo físicamente, ella es una persona de buen corazón, que siempre les quería dar todo, gracias a ella él pudo ingresar a estudiar a la segundaría, ya que era paga, con sudor y esfuerzo pudo ayudarlo, para que el tuviera un mejor futuro, y como no agradecerle.

Su cabeza estaba demasiado perdida y además como si fuera poco, tendría que aguantar nuevamente las burlas de sus compañeros y posiblemente golpes. Al ingresar a la segundaría, no había tantas personas en la entrada, solo algunas que a lo mejor tendrían clase más tarde, así como el. Camino rápidamente a su casillero, apenas llego a el ingreso el código y lo abrió para recoger algunos libros que había dejado ahí y tenía que usar para la clases de matemática, estaba tan apurado porque su clase le faltaba poco para entrar, que busco con mano derecha rápidamente y desordeno algunos papeles que guardaba ahí. Logro encontrar el libro entre tantas cosas, cosas que luego se encargara de limpiar, saco el libro y con él se vino una carta, blanca y sin ningún nombre en ella, se preguntó qué haría una carta en su casillero, ya que él no recordaba haberla puesto ahí, miro a lo hacia la izquierda y miro a la derecha asegurándose de que nadie lo estuviera mirando y así como dice el dicho "La curiosidad mato el gato" el la abrió

Se sorprendió ver que la carta era para él ya que tenía su nombre, leyó rápidamente lo que se encontraba en sus manos. Se puso dudoso de quien se la podría haber dejado ahí, tal vez fueron algunos de los chicos que constantemente le hacen bullying, pero no tenía mucho sentido ¿Porque lo harían?, entonces pensó en la posibilidad de que alguien con buenas intenciones se lo hubiera dejado ahí, pero otra vez la pregunta venia ¿Quién?, Mario ya tenía demasiadas cosas en las que pensar así que agradeció mentalmente la persona que le escribió la carta y tendría en cuenta sus palabras.

Como si eso fuera posible

Una persona que lo miraba desde lejos, sonrió al ver como guardaba su carta en uno de sus cuadernos y al ver que el venia caminando por donde esa persona estaba escondida salió corriendo



Gracias por leer, denle a la estrellita

¡Hola Mario! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora