Ella me miró fijo a los ojos sin decir absolutamente nada por unos cuantos segundos. Yo estaba por decirle algo.
-No, yo no tengo nada que pensar-me dijo-No quiero nada contigo.
-¡Eres una necia!-le dije nervioso-¡Ni siquiera porque el chico más sincero y bueno del mundo te lo dice quieres entender!.
-¿Y tú? ¿Acaso lo pensarías?. No Christopher, ¡no seas cínico!. A la primera falda fácil que pase frente a ti, te irás corriendo detrás de ella.
-Tal vez tengas razón y no haya nada que pensar... tenido en cuenta lo poco que me conoces para decir una cosa así-le dije algo molesto-Me ofendes.
-¿Y acaso no es así?. No me vengas con que te afecta eso ahora porque no es verdad. Estoy completamente segura de que tienes una lista más larga que la de un hospital público de las mujeres con las que has salido-dijo enojada.
-¡Pero tú no eres una más de ellas!-le dije nervioso.
-¡¿No, no lo soy?! ¿Y qué soy entonces?-me preguntó con el mismo tono que yo utilicé.
La miré fijo, tratando de encontrar las palabras adecuadas pero tampoco exponerme tanto y decir un conjunto de estupideces.
-Tú... tú eres lo mejor que he tenido-logré decir luego de un largo rato de silencio.
Vi como sus ojos cambiaban esa forma acusadora para mostrarme desconcierto y miedo. Ella no quería escuchar eso, no esperaba escuchar eso.
-¿Otro de tus estúpidos discursos de convencimiento?-preguntó y dio media vuelta para comenzar a caminar-Con Ana o con cualquier otra estúpida puede funcionar Christopher pero conmigo no-dijo sin dejar de caminar hacia su auto.
¡Diabos, ella era tan testaruda! ¡No quiere entenderlo y aceptarlo!. Digamos que yo tampoco ¿verdad? pero aún así, cuando logró decirle algo que me sale del corazón, no me cree. No quiere creerme.
-¡No es un discurso! ¡Es una afirmación!-le dije fuerte ya que se estaba subiendo al auto. Prendió macha y salió rápidamente de allí. Solté un cansado suspiro y me subí a mi auto, lo prendi y comencé a manejar hacia mi casa.
Me puse a pensar un poco en como estuvieron las cosas en general y bueno, no todo salió mal. Por lo menos Joel comprendió que no podía hacer nada con mi ______, pues ella es mia. ¿Es mía? ¿Acaso puedo utilizar ese término?. Si, claro que sí puede usarlo porque aunque lo niegue, aunque no lo acepte, aunque quiera huir y esconderse, ella sabe que es mía. Y ahora que Joel se hizo a un lado ya puedo estar tranquilo. En realidad no puedo estar muy tranquilo porque en cualquier momento puede salir el psicopata de Erick al ataque y querer hacerle algo a mi _____.
Ay ______, va a ser tan complicado hacerte entender que no eres como las demás, hasta para mi es complicado de entender pero creo que poco a poco me voy dando cuenta de que es asi. Pero quizás no lo sea, ¿y si tal vez estoy confundido?. Tal vez lo que me pasa con ______ es pasajero. Yo no quiero lastimarla, ella no se lo merece. Es una buena chica, inteligente, hermosa, simpática, dulce, tiene una mirada que logra dejarte hecho un idiota y esa forma tan excitante y al mismo tiempo relajante de besar. Juro que podría estar horas y horas simplemente besándola pero ya, ya no voy a seguir pensando en esas cosas, no tienen sentido.
Llegué a mi casa y cuando entré mi celular comenzó a sonar, lo tomé y miré la pantalla. Número privado, que extraño. Fruncí el ceño y decidí contestar.
-¿Hola?-dije al atender. No obtuve ninguna respuesta-Hola, ¿quién habla?-nadie contestó. Volvi a mirar la pantalla, la llamada aún estaba-______, ¿eres tú cariño?, ¿no quieres hablarme?-entonces la llamada se cortó. Miré la pantalla y si, ya había finalizado.
No, esa no había sido ______. Ella sería incapaz de llamarme pero ¿quién pudo ser?. ¿Mi padre?, no lo creo. ¿Ana?, puede ser. Pero de seguro que fue alguna de las locas de están atrás de mi y llamó solo para escuchar mi voz.
El fin de semana se pasó rápidamente ya que solo me quedaba por disfrutar el domingo. Ese día me quedé en casa todo el día cocinando con Rose y como siempre que ella tenía oportunidad, lograba preguntarme por ______. Yo no sé porque será pero no entiendo porque la quiere tanto. Aunque esa pequeña caja de mentiras es fácil de querer.
Apresuré un poco mi pasó para llegar más rápido al despacho del director. Me habían sacado de la clase de economía porqué el me había mandado a llamar. No sé porque motivo será pues hace mucho que no hago ningún lío o me meto en problemas. Hoy era miércoles, mitad de semana. Me puse a pensar un poco si había hecho algo malo pero no, verdaderamente no hice nada de nada. Toqué dos veces la puerta de su despacho.
-Adelante-escuché que me decía. Con cuidado me asomé y el me miró-Christopher, pasa muchacho y cierra bien la puerta.
Asentí y entre del todo. Me hizo una seña para que me sentará frente a el y así lo hice. Acomodé mi garganta.
-¿Para qué soy útil?-le pregunté ya que no me hablaba. El soltó un suspiro y me miró bien.
-¿Cómo has estado?-preguntó. Fruncí el ceño.
-Bien, normal-contesté algo confundido.
-¿Sabes?, estoy un poco sorprendido. Últimamente no te he visto por aquí y también últimamente estás llegando temprano a las clases.
-Si, puede ser que algo me haya afectado un poco pero bueno ni modo, es para bien ¿o no?.
-Claro que si y estamos muy contentos. Este es el Christopher que queremos aquí, no el rebelde que le gusta meterse al jardín del campus en su Ducati-me dijo. Rei por lo bajo. El sacó un cigarrillo y me pasó uno. Lo acepté con una leve sonrisa. Prendió el suyo y luego me dio el encendedor para prender el mio. Lo prendi y luego lo miré.
-¿Para qué me mando llamar señor?-le pregunté después de soltar el humo de mi cigarrillo.
-¿Acaso no puedo llamarte para hablar contigo y preguntarte cómo estás?-me preguntó.
-Si, si puede pero... ¿no le parece un poco extraño?-dije divertido.
-Bueno si, tienes razón. Te mande llamar porque llegó algo para ti-dijo. Lo miré extrañado.
-¿Algo para mi? ¿Y qué es?-pregunté.
El abrió un cajón y sacó un sobre de carta de allí, lo colocó encima de la mesa y cerró el cajón, me miró y acercó el sobre a mis ojos.
-Lo trajeron hoy por la mañana y solo dice Christopher y como eres el único Christopher en la universidad deducimos que es para ti-me dijo. Miré fijo aquel sobre blanco que tenía solo mi nombre escrito atrás, miré al rector y tomé la carta. Sentí un gran impulso por abrirla pero me contuve. Algo me decía que debía abrirla solo y leerla en soledad.
-Luego la leo-le dije. El director asintió con la cabeza y se apoyó mejor en su asiento. Volvió a fumar de su cigarrillo y soltó el humo.
-Puedes volver a clases-me dijo. Asentí y me puse de pie con el sobre en la mano. Una sensación extraña se había apoderado de mi.
-Muchas gracias por la carta-dije antes de salir.
-No es nada y cualquier cosa que necesites no dudes en avisarme, ¿si Christopher?.
-Quédese tranquilo señor, cualquier cosa le aviso-le dije y sali de allí.
Sin dejar de mirar el sobre entre mis manos caminé con cuidado al salón. ¿De quien podría ser?. Lo único que dice el sobre es Christopher, escrito con una letra linda y redonda. Es letra de mujer, estoy completamente seguro de ello. Quizás tengo una admiradora secreta que ahora se va a dedicar a mandarme cartas de amor y mensajitos por todos lados. Me reí para mis adentros al pensar en eso pero algo me decía que no tenía nada que ver con chicas. Llegué al salón, entre y me senté de nuevo en mi lugar justo al lado de Richard.
-¿Qué pasó?-me preguntó-¿Qué hiciste ahora?.
-No, nada. Solo me llamó para darme esto-le dije y le enseñé el sobre.
-¿Una carta?-preguntó confundido.
-Si, no tiene remitente ni nada-dije.
-¿Y que estás esperando para abrirla y leerla?-preguntó y quiso abrirla. Se la quité.
-No, no quiero leerla aún. Luego la leeré solo.
El resto del día me la pasé pensando en la carta. Luego de que el director me la diera y se la mostrará a Richard había decidido guardarla y leerla en otro momento. Algo me decía que no debía leerla pero mi otra voz me decía que si.
Hoy ______ no había venido a clases, por lo que me dijo Angie, había tenido un problema con su padre y había estado un poco mal por ello. Pobre de mi pequeña cajita de mentiras, me hubiese gustado darle un abrazo. Por causa de que ella no había venido, no había podido poner mi cabeza en otra cosa que no fuera en la carta.
Decidí escaparme del taller de música porque las ganas de leer la carta ya me estaban consumiendo. Sali de allí silenciosamente, tomé con firmeza mi mochila y caminé hasta el jardín del lugar. Gracias a Dios no había nadie ahí. Me acerqué hasta el viejo árbol y me eché bajo el. Respiré un fresco aire, busque entre mis cosas el sobre blanco, lo volvi a mirar bien y entonces tomé valor para abrirlo. Saque de allí un papel que estaba doblado en varias partes, ya que era un papel muy largo y estaba completamente escrito de adelante y de atrás. Di un gran respiró y comencé a leer;Christopher:
O mejor sería poner, hijo. Hace tanto tiempo cariño, hace tantos años que vengo buscando la forma de llegar a ti, de comunicarme contigo pero siempre hay algo que me lo impide.
¿Por dónde puedo empezar mi amor?. Tengo tantas preguntas y estoy segura de que tú también las tienes. Antes que nada quiero pedirte perdón, perdón mi amor por no haber sido lo suficientemente fuerte para pelear por ti. Quiero pedirte perdón por dejarte y por no cuidarte durante todos estos años. Perdón hijo mío, es lo que te pido de corazón y sé que tal vez no puedas perdonarme y te entiendo pero quiero que sepas que jamás me olvidaré de ti. Me comporté como una cobarde al no poder hacerle frente a Ricardo. El... el logró lo que quería, alejarme de ti.
Creciste mi amor y lo hiciste lejos de mi. No sabes las noches que lloré pensando en tu miedo a la oscuridad. ¿Quién iba a arroparte si yo no estaba ahí? ¿Quién iba a abrazarte para que el miedo se fuera?. Los días en los que me la pasaba pensando en tu carita de tristeza, en tus ojos preciosos llenos de lágrimas.
¡Oh hijo, esa imagen tuya, esa mirada tuya aún no sale de mi cabeza!. Las pequeñas lágrimas que corrían por tus mejillas esa noche, aún me torturan. Tu voz quebrada al decirme 'adiós mamá' retumba en mi cabeza. Y me odio y me detesto por no haber podido evitarte todo eso. Te arrancaron de mi lado Christopher, me alejaron de ti de la peor manera y yo no hice nada, no hice absolutamente nada.
Christopher, mi vida, yo quiero que sepas que en todos estos años no hubo un solo día en que yo no pensará en ti. Juro que me imagino lo hermoso que debes de estar. Esque pienso en eso y mis ojos se llenan de lágrimas. Siempre fuiste un niño hermoso y no lo digo por ser tu madre, no. Lo digo porque así era mi amor, eras el más bello de todos y estoy segura de que ahora también lo eres.
Y también estoy completamente segura de que eres un Don Juan, mi instinto de madre me dice eso desde cuando cumpliste 14 años. Y si eso es así jovencito, creo que algún día vamos a tener que hablar muy seriamente sobre ello. No sabes las veces que me imaginé regañándote por algo y que luego arreglaras el problema con algún halago o sonrisa compradora.
Siempre imaginé el día en que me trajeras a tu primera novia a casa y creo que eso aún no sucede Christopher, ¿estoy en lo correcto verdad?. Tantas cosas mi amor, tantas cosas que me imagino, tantas cosas que sé que perdí y no voy a volver a recuperarlas. Todas esas cosas que perdí provocaron un vacío en mi.
El día en que tu padre te alejó de mí, se llevó un pedazo de mi corazón. Y creo que en este momento te debes estar preguntando, ¿por qué te escribo ahora? o ¿por qué no lo hice antes?. Esque yo si lo hice hijo, siempre te escribía cartas pero tu padre encontraba la forma de saber cuando iba a mandarlas y se encargaba de que nunca te llegarán, por eso esta vez me arriesgué y mandé la carta directamente a la universidad en la que estas. No puedo creer que ya estés en la universidad. Ya eres todo un hombre, estudiando derecho.
Tengo tantas cosas para contarte mi amor. Luego de que tu padre te llevará, intenté rehacer mi vida con Phill y de a poco lo hice. Phill es un hombre maravilloso, siempre estuvo a mi lado cuando sentía que no tenía más fuerzas para continuar viviendo sin ti, siempre encontraba las palabras correctas para sacarme adelante y darme la esperanza de que algún día iba a volver a verte. Pero no solo me dio eso, hace cinco años Phill me dio el segundo regalo más grande de mi vida. Se llama Hope y es una niña hermosa. Tiene tus ojos y creo que heredó esa forma convincente y aduladora para salir de los problemas, y eso que apenas tiene cinco años. Siempre le habló de ti, siempre le digo que tiene un hermano mayor y le muestro fotos tuyas de cuando eras un niño. Ella las mira y dice 'Ese es mi hermano, Christopher', y está tan orgullosa de ti.
Tienes que conocerla, se van a llevar tan bien. Y creo que hasta aquí puedo llegar mi vida, porque las lágrimas me están nublando la vista. Nunca olvides que te amo Christopher y que eres lo más grande que Dios me ha dado.
Mamá.
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My Little Obsession >Christopher Vélez y tú< (TERMINADA)
Random***¿Del odio al amor?***