Blurred lines.

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Antes que nada, quiero pedir disculpas :c lo siento en serio, la escuela me mataba.

Quiero dedicar este capítulo a Karen, que ha seguido esta historia desde el principio. 

Muchas gracias Karen, en verdad eres lo que me hace seguir escribiendo cuando me doy cuenta de son muy pocos quienes tienen interes por mis letritas llenitas de amor.

Te doy todo el vómito verbal que tengo: uasxbewuasbxuiewbAMORxubweiubx0qwehnxs8wen♥

LOS AMO.

Capítulo 5.

¡Every body get up!

¡hey hey hey, hey hey hey!

If you can’t hear, what I’m trying’ to say

If you can’t read, from the same page

Maybe I’m going deaf

Maybe I’m going blind

Maybe I’m out my mind…

— ¡Ok now here was close, tried to domesticate you! —canté tan alto como mi garganta me lo permitía.

Esta mañana había amanecido de un humor extrañamente bueno,

así que en cuanto me levanté me puse los audífonos, cantando al son de Robin Thicke.

— ¡But you’re an animal, baby it’s in your nature!

Justo en el instante en que me puse a menear las caderas, mover los brazos alrededor de mi cabeza y cantar como una loca, mi madre abrió la puerta de sopetón…

— ¿Qué demon…

Ella me miraba. Primero como si pensara que me habían estado matando, luego como si necesitara un psiquiatra, para al final mirarme como diciendo “¿Por qué mierda no usamos condón?”

Yo, por mi parte, me había quedado paralizada. Con los brazos en alto, las caderas en una posición demasiado a la izquierda y el trasero ligeramente levantado.

— ¿Debo preguntar por qué mi hija actúa como una desquiciada? —dijo mi madre con voz cansada. Como si estuviera acostumbrada a presenciar las fases anormales de su única hija.

—Madre, después de diecisiete años a mi lado, deberías saber que esto es totalmente normal. Para mí. —Contesté quitándome los auriculares y mirándola con expresión resignada.

—Supongo que una madre nunca se acostumbra a tener una bestia en casa.

—Mamá, mi padre no tiene nada que ver en esto. –dije negando con la cabeza.

—Y ¿Quién demonios dijo algo sobre…

Entonces se hecho a reír cuando finalmente entendió.

Sí, lo sé. Soy la diversión andando.

—Bueno, lo que venía a decirte, antes de encontrarme con un gorila teniendo un ataque de locura, es que el desayuno está listo.

Desayuno.

Música para mis oídos.

— ¡Wiii!

Mi madre salió negando con la cabeza, mientras yo me apresuraba a ponerme mis pantuflas de conejos felices. ¿Qué?, las pantuflas de conejos son muy normales.

Cuando iba a dejar el móvil en la cama, recordé que Jace me había enviado un mensaje anoche que no leí.

Mi yo curioso ganó la batalla y me apresuré a leer lo que el idiota había escrito.

Odio, amor y viceversa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora