6. El fin del comienzo.

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*Foto multimedia: Theo James (Damián White)*

 La cantidad de luz escurriéndose entre las ventanas hasta impactar directamente en mi rostro fue suficiente para acabar con mis ganas de seguir durmiendo. Tardé unos segundos en percatarme que estoy atada a un gran cuerpo masculino, está desnudo al igual que yo, tapando las partes inferiores de su cuerpo con la sedosa y fina sábana blanca. Mi brazo envuelve su pecho hasta terminar en su costado, el hombre a mi lado porta un cuerpo esplendido, unos pectorales bien formados, y esos abdominales tan tonificados que son capaces de derretir a cualquiera. La textura de su piel es extremadamente suave, y el olor que desprende de ella sin duda es embriagante.

Mi acompañante sigue dormido por lo que empiezo a mover mi brazo, pero no lo retiro definitivamente. Acaricio y delineo su cuerpo con la punta de mi dedo índice, haciendo una especie de garabatos invisibles en todo su torso. Comienzo a subir lentamente, dejando atrás su ombligo, abdominales, pectorales, hombros anchos y musculosos, su liso y largo cuello, para terminar rozando sus labios.

Subí la mirada para apreciar cómo es su rostro durante el día. Lo primero fue hipnotizarme con esos labios rozados por mis dedos, los había probado la noche anterior, eran exquisitos, tentadores, alucinantes, embriagadores, seductores y desde luego... adictivos. Abandoné sus labios para concentrarme en sus ojos que por ahora están cerrados, agregándole un aspecto calmado a su portador, sus pestañas son largas provocándole más belleza al adonis, seguí recorriendo su rostro con la vista para detenerme en esos cabellos, ahora desaliñados, cayendo sobre su rostro.

Negué con la cabeza ante mis repentinos actos, ¿qué rayos me ocurre?, sólo fue un rollo de una noche, nada más eso, después de todo él se levantará diciendo lo mismo. Deshice el agarre en su cuerpo y quité con mucha precaución su gran y fuerte brazo de mi hombro, colocándolo en su pecho.

Salí definitivamente de aquella cama, buscando mi ropa interior en toda la habitación, ¡la encontré!, pensé al verlas regadas cerca de la peinadora. Mientras me vestía seguía observando el cuerpo inerte sobre la cama, relajado, calmado y durmiendo como un pequeño niño.

-Adiós, Alexander-susurré antes de salir por la puerta de la habitación.

Recorrí los pasillos para dirigirme a la entrada, mientras lo hago, recuerdos de la noche anterior invaden mi mente sin cautela. Hasta ahora es que recuerdo no haber pensado en Tyler mientras estaba con Alexander, también recuerdo haber dejado a Máx y Sofía en la pista divirtiéndose, seguro están preocupados por mí. En el centro del club, todo está vacío y recogido, mostré una expresión de sorpresa, seguro la mayoría está ocupando las habitaciones o ya se habrán ido.

De pronto mi móvil suena por toda la habitación, busco en mi bolso y contesto la llamada:

-¿Hola?

-¿Emma? Se puede saber dónde estabas ayer, Máx y yo te buscamos por todo el Club Space y nada-reclama Sofía con voz preocupada.

-Lo siento, Sofí, digamos que andaba algo ocupada-mencioné con picardía.

-¡¿Te enrollaste con alguien?!-gritó emocionada-. Espero que estés preparada para el interrogatorio que te haré. Hablamos cuando llegues, pero apresúrate, no es bueno dejar a tu mejor amiga con la intriga.

-Ya, relájate, prometo contarte al llegar. Tengo que colgar, adiós-colgué la llamada y dirigí mis pasos a la salida del club.

Es muy incómodo ir en autobús con un vestido, siempre después de una fiesta u evento, Sofía, Máx o el idiota de Tyler me llevaban a casa. Con respecto a Tyler, no creo haberlo olvidado... aún, pero desde luego la revolcada con Alexander ayudo en algo, me imagino la reacción de éste al despertar en la cama vacía, si no era él, era yo quien iba hacerlo.

Sólo quiero llegar a casa, y dormir durante todo lo que queda de día, los tacones me lastiman los pies excesivamente. No creo que Sofí me dejé dormir con su cuestionario.

-¡Emma!-masculló Sofía cuando entré al apartamento-, ahora sí, cuéntamelo TODO.

-¿Podrías al menos dejarme legar?-pregunté lanzando las tacones a cualquier parte del apartamento.

-No-negó riendo-, siéntate.

-Tú si fastidias-resoplé sentándome en el amplio sillón de color vinotinto a su lado-¿Qué quieres saber?

-Nombre y apellido. ¿Era guapo? ¿Su aspecto?¿Actitud? ¿Tenía un cuerpazo? ¿Lo tenía grande? ¿Lo sabía usar bien? ¿Es mejor en la cama que Tyler? ¿Crees que lo vuelvas a ver?

-¡Sofía!-exclamé indignada mientras me reía.

-¿Qué? Soy algo curiosa-se defendió.

Medité todas y cada una de sus preguntas un momento antes de responder. Esto es costumbre entre nosotros, claro que yo no soy tan malditamente acosadora como la chica a mi lado.

-Su nombre es Alexander White-comencé- Sí, era increíblemente guapo. Era castaño, ojos marrones, alto, fuerte, musculoso pero sin exagerar. Es bastante agradable y gracioso, o al menos eso me demostró cuando charlábamos en la barra de bebidas. Sí, su cuerpo es fascinante. Lo tenía grande y lo sabía usar, muy bien diría yo. Admito que sí, hizo que me corriera, cosa que Tyler nunca logró. Sinceramente no, seamos realistas, lo que sucede en fiestas es sólo rollo de una noche.

-Sin comentarios. Cómo lo describes debe haber sido la mejor experiencia de tu vida, desearía haberlo conocido. Bueno...-articuló-, mañana regresas a la universidad.

-¿Qué?-pregunté horrorizada, no estoy en momentos para esas cosas-¿Mañana es primero de septiembre?

-Me temo que sí-dijo decepcionada-Mañana verás a Tyler.

-Lo sé, será incómodo, no creo que le dirija la palabra.

-Te conozco, en algún momento lo harás.

***

¡HOLAAAA! lamento la tardanza con el capítulo, mi mente estaba en blanco y estoy estudiando porque dentro de poco inició clases, así que espero que me tengan paciencia. Por fa denme su voto y opinen en los comentarios, los amo. 

Loca ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora