El plan

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Esa noche no solo el olor a humo despertó a los nobles, si no un fuerte estruendo de un sonido peculiar: Los disparos. Un sonido tan rotundo como para que la pequeña niña de siete años despertara en medio de un infierno de fuego, todo alrededor rodeado de fuego, salto de su cama en dirección a la puerta donde obtuvo una quemadura en su mano por el picaporte caliente.

Miro a todas las direcciones, las paredes estaban envueltas en las llamas, una de las escaleras tenía ruta libre todavía, pero no antes corrió torpemente hasta la habitación de sus padres, tenía que despertarlos para salir pronto de ahí. Girando el picaporte y empujando la puerta el horror encontró en el lugar: Sus padres no estaban vivos. Se congelo en el sitio con sus ojos clavados sobre ambos, las heridas de balas sobre las frentes y cuerpos. Lloro y grito mientras no tenía una razón para salir de ese sitio. Un gran tiempo estuvo en el sitio esperando que las llamas la alcanzaran también, hasta que recordó algo importante, existía una sola razón para escapar de ese infierno: Ace, Sabo y Luffy.

Dio vuelta sobre sus talones con las incontables lagrimas cayendo por su rostro corriendo por la casa aun sin tener unas escaleras para bajar por el tiempo en que consiguieron bloquearse por el fuego, la ventana junto a esta era su única oportunidad para sobrevivir. Salto, quebrando la ventana, impregnándose en su cuerpo los fragmentos de vidrio, y pese a escapar de un infierno la puerta a otro le dio la bienvenida.


"–Hubo un incidente en la isla natal de Banríona – menciono un hombre de edad sentando en el bar mientras bebía y charlaba con sus amigos –. Se dice que la gran mayoría de nobles han muerto, incluso eso de lo que tanto hablaban del mayor tesoro, su llave, ha desaparecido.

–¿Así como así? Al menos los grandes han caído, se lo merecían.

–Una mala noticia para los grandes piratas, hemos perdido la oportunidad de encontrar uno de los grandes tesoros, ahora solo nos queda el One piece.

Luffy contemplo a los hombres charlando mientras se concentraba en seguir comiendo, nunca antes había oído hablar de tal isla y realmente no tenía mayor interés en la historia más que el tesoro, nunca escucho de otro tesoro considerado tan grande como para compararse al gran One piece. La puerta del bar fue abierta de par en par por dos niños: Ace y Sabo, ambos miraban a Luffy con una expresión seria y decaída.

Llamaron a Luffy y consiguieron sacarlo de allí aun con la comida entre sus brazos, entre todos consiguieron alejarse lo más posible de grandes cantidades de personas para que escucharan la conversación privada entre ellos.

–Luffy... – comenzó a decir Sabo sin encontrar las palabras correctas, intentando sonar lo menos crudo posible –, (t/n)... no va a volver a visitarnos.

–Ha muerto... – finalizo Ace –.

Ambos hermanos hicieron pasar el periódico nuevo al pequeño Luffy que dejo caer la comida de sus brazos para informarse un poco de la noticia que no deseaba creer. Tal como aquellos hombres habían mencionado la isla de Banríona en el sector de los nobles un gran incendio se creó, y en una de las fotos estaba la noticia sobre la gran llave al tesoro, aquella era esa niña que hace un tiempo conocieron, con la que pasaron momentos divertidos: (t/a) .D. (t/n).

Su llanto inicio inmediatamente al confirmar que se trataba de ella, tanto sus hermanos permanecieron el mayor tiempo en su compañía cada uno con el mismo pensamiento"


Un Sabo mayor ahora estaba sentado desde la cama en la enfermería mirando hacia adelante pensando en sus miles de recuerdos recuperados, Koala le había dicho algo que capturo su atención sobre tener que hablar con alguien importante, lo haría feliz según dijo ella, aunque estaba dudoso referente si le alegraría, en estos momentos no estaba demasiado positivo ante la idea.

–¡Sabo-kun, estoy de vuelta y traigo a alguien que seguro querrás ver! – menciono la alegre Koala cuando abrió la puerta, tras ella entro una persona desconocida ante su primera impresión –.

Miro de pies a cabeza a la chica que le sonaba desconocida y al mismo tiempo no lo era: Su cabello (c/c) estaba suelto y un poco desordenado, las prendas de vestir no eran como las de alguien perteneciente a los revolucionarios, lo que llamo más su atención fueron los ojos (c/o) de ella, los había visto hace años anteriores, en sus sueños.

–¡Los dejare a solas! – comento cerrando la puerta donde ahora dejo un gran silencio entre ambos –.

Siguió mirándola una vez más como ella hacía lo mismo con él, temerosa dio un paso adelante llenando el ambiente con el sonido de sus tacones, una vez estuvo a una distancia menos larga apoyo su mano sobre la silla incapaz de sentarse, estaba temblando.

–¿Sabo? – le llamo con un tono susurrante, mirando más de cerca los ojos de la chica sabía que la persona frente a si era conocida del pasado, pero realmente no lo comprendía, se preguntaba una y otra vez como era posible –. Soy yo (t/n)... ¿me recuerdas?

–¡(t/n)! – exclamo Sabo mientras se movía de su cama para atraer en un fuerte abrazo a la chica quien con gusto lo devolvió –. ¡Creí que estabas muerta, y no te recordaba, lo siento!

–Creí que tú estabas muerto... – susurro está –, ¿estamos a mano, no?

Sabo soltó una risa que contagio a la misma, cuando finalizaron el abrazo ahora (t/n) se sentó en la silla cerca a la cama de Sabo, las lágrimas cayendo del rostro de ella ante la emoción y felicidad.

–¿Cómo fue que Koala te trajo hasta este sitio? – pregunto Sabo aun sintiéndose un poco confundido –, supongo que te trajo mientras yo continuaba dormido.

–Acortando la historia conseguí escapar de los marinos, así como llegar a salvo al Archipiélago Sabaody donde Koala me encontró.

–Debió sonar convincente para traerte – comento sonriente –, así como Luffy te convencía de niños para adentrarte en algún lio.

–Luffy...

Pronto la felicidad se fue reemplazando por la sensación de alcanzar al chico de goma, la verdadera razón por la que se impulsó a huir en primer lugar, solo él conseguía hacerla saltar a un lio que se hacía grande. Miro a los ojos de Sabo y volvió a sonreír, estaba tan feliz de ver a Sabo con vida como en parte continuaba preocupada por Luffy.

–No has podido encontrarte con él, ¿cierto? – pregunto –.

–Bueno, ya sabes he estado desde el lado de los marinos durante... diez años.

–Y huiste luego de una década. ¿Fue Luffy la razón, o me equivoco? – comento riéndose levemente –.

–Lo es... siempre lo es.

–Te tengo una propuesta entonces – comenzó Sabo mientras comenzaba a cursar un plan en su cabeza, un plan del cual estaba seguro ella participaría sin dudar –. ¿Qué te parece si permaneces aquí entrenando con nosotros, y cuando el momento llegue, iremos juntos a ver a Luffy?

Lo pensó por un corto momento, no tenía algún mejor plan que ese, estaba en un lugar indicado para fortalecerse para no caer presa de los marinos una vez ponga un pie fuera del sitio, iba a buscar a Luffy.

–Suena como un plan perfecto.

Blue {Monkey .D. Luffy x Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora