El gran y apestoso Damián

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Tom

Hoy Nat vendrá a casa, conocerá a mi mejor amigo y alguien que me cuido como si fuera mi madre.
Le dije por mensaje que trajera a su familia también, y así hacer de una vez, una presentación más formal.
Yo me encontraba escombrando la casa, mientras que Rosario preparaba un delicioso pozole para recibirlos, para después disfrutar de un pay de limón.
Me metí a bañar, fue algo rápido, ya que tenía el tiempo encima.
Me vestí con un pantalón de mezclilla, y una camisa de cuadros, un poco destapada. Me peiné y llene de colonia.
Estaba listo.

Revise todo rápido una vez más, tratando de que todo quede perfecto.
Sonó el timbre, corrí para abrir, y lo primero que vi, fue a mi pequeña hermana, a su lado Julen, y atrás Nat y los que espero sean mis futuros suegros.

-Adelante, sean bienvenidos.

-Como siempre, muy amable cariño.-Dijo Caro tomando de la mano a Julen.

Saludé a todos, en el orden antes dicho.

-Nati, estás hermosa.-Bese su mejilla.

-Gracias, tú no te quedas atrás Tom.-Ambos nos sonrojamos.
Y sé que vale la pena, cuando ambos se sonrojan, es claro que ambos sienten lo mismo, que esto es real.

-Tomen asiento, ahorita le hablo a Rosario para que la conozcan.

Todos asintieron y se sentaron en la pequeña sala, Julen no paraba de platicar con Cris, quién le ponía atención para que no se molestara.

Entré a la cocina, y tome de la mano a Rosario.

-Vamos, quiero que seas la primera en que conozcan.-La abracé.

-Vamos, muero por conocerlos.

Salimos, y me fui a la sala con Rosario. Todos nos miraron,así que comencé a hablar.

-Ella es Rosario. Ella me cuido durante mucho tiempo, me aceptó parte de su pequeña familia a lado de su hijo.
Ella jamás me juzgó, y siempre me demostró su apoyo en todo lo que he hecho hasta este momento. La quiero mucho, tanto como una madre.

Parece que mis palabras le afectaron, de manera buena, pues pude notar un par de lágrimas salir por su rostro.

-Chamaco del Demonio, ya me hiciste llorar. Mucho gusto a todos.-Se secó las lágrimas.

-Ella es la tía Caro, ha cuidado a mi hermana, es muy especial para mí.

-Mucho gusto.-Ambas se saludaron con un beso en la mejilla.

-El, es el señor Montaño, un gran hombre, al igual, bueno, todos ellos son realmente especiales e importantes para mi.

-Gracias por cuidarlo Rosario.-Dijo Mauricio.

-No es nada.-contesto ella segura.

-El pequeñín de aquí, es Julen, hermano de Nat. Y... Mi futuro cuñado.-Lo último lo dije en voz baja, de tal modo que Rosario se aguanto la risa.

-Ya no soy un pequeñin, ya soy grande, casi tengo 8 años.-Dijo muy orgulloso.

-Pero que cosa más linda eres.- Rosario apretó sus mejillas, a lo cual todos reímos.

-Esta chamaca linda, es mi hermana, mi mejor amiga, la princesa de su hermano que no le permite tener novio.

-Ash, eres a veces insoportable Tom.-Todos reímos.

-Hola Cariño, Tom me hablo mucho te ti, no sabes cuánto te extraño y te ama.-Rosario acarició su pelo.

-Gracias, por todo lo que hizo por el.-Y sin pensarlo, se abrazaron muy fuerte.

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