Golpes

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Tom

Entré a casa, cerré y me recosté en el sillón. Estaba cansado.

-Hey bro, te veo feliz, supongo que te fue muy bien.-Dijo Damián sentándose a mi lado.

-De maravilla carnal, hoy vi de nuevo a mi hermana, me perdonó y también pude decirles quién era a los padres de Nat. Fue un día maravilloso.-No deje de sonreír.

-Eso es bueno bro, y lo mejor es que ya estás bien con ellos. Y más con tu chica.

-De eso...-Rasque mi nuca-. Ella tiene novio...-Suspiré frustrado.

-Terminarán juntos, como esas estúpidas novelas que ve mamá.

-Te oí Damián Suárez.- Amenazó Rosario desde la cocina.

Ambos reímos, y nos pusimos a comer.
Ellos se alegraron de que me pude ver con mi familia nuevamente.
Incluso Rosario quería hacer una fiesta de reunión a la cual aceptamos, ya que haría esos deliciosos tamales que le caracterizan.
Luego de lavar los trastes, me fui a recostar a mi cama. Me puse unos shorts, con una playera para irme a dormir.
Vi de nuevo la foto de nosotros dos, abrazados, y tan felices.

-Te voy a recuperar.- Acaricié la foto.

Durante estos años, jamás me interesó otra chica, nunca pude dejar de pensar en Nat, y creo que es ella mi otra mitad, a pesar de que hubo una chica que estuvo muy insistente conmigo, jamás pude decirle que si, era bonita,pero no tanto como mi Nat.
Y es que daré todo por que algún día podamos estar juntos, quiero que ella sea lo primero que vea todas mis mañanas, la madre de mis futuros hijos.
Me quedé dormido abrazando la foto.

Al día siguiente, me desperté muy temprano, me fui a bañar y arreglarme para ella.
Solo me comí una manzana, y salí corriendo a comprarle un detalle para Nat.
Primero fui a una tienda de chicas, sinceramente no sabía que llevar, y nadie me orientaba así que tuve que salir y pensar mucho mejor.
Me senté afuera pensando, y pensando.
Ella alguna vez me contó que quería un perro, pero no podía tenerlo pues sus padres no querían.
Entiendo en el gran problema que estaré con ellos, pero lo haré,por Nat.

Fui a un centro de adopción de perros, me encantaban todos, pero debía llevar solo uno que fuera muy especial para nosotros.
Y lo encontré.
Un pequeño labrador, era hermoso.
¿Y que cómo lo supe?
Un día soñé con un pequeño labrador, que era nuestro.
Hice todo el papeleo correspondiente, y salí con el pequeño amigo en brazos.
Fui por unas rosas rosas, y un moño para el cachorro.

Llegué a casa de Nat un poco antes de lo acordado.
Toqué el timbre, y me abrió mi pequeña hermana.

-Manito.-me abrazó-.¡Oh pero qué lindo es!

-Ya se que soy muy bello, pero gracias.-Dije burlón.

-Muy chistoso he, pero bueno, me imagino para quién es, ahora le hablo, tu espera aquí.

Me quedé en la puerta otros 5 minutos.
Ella abrió la puerta, al verme me dió un abrazo el cual le correspondi.

-Bella Nat, te traje un par de regalos.-Dije entregándole las rosas.

-Oh Tom, son hermosas, mil gracias.- Besó mi mejilla- y que hermoso perrito, es encantador,¿Es tuyo?

-Si, me lo dio mi novia.-rei.

-Oh, bien, bueno creo que será mejor que...

-Era broma Nat, tranquila, jamás he tenido a alguien más.

-He... Si si, pero no me respondiste de quién es el amiguito peludo.

-Tuyo.

Hizo una expresión de asombro, ella de inmediato tomó al cachorro y lo llenó de besos.

Sólos Contra El Mundo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora