Nosotros no te queríamos, te amábamos...

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José

Recostado en mi cama, tomé el álbum de fotografías. Tras pasar las páginas, una sonrisa salió de mi rostro, era yo, y mi pequeña niña de las coletas más grandes y hermosas que mi esposa le hacía en las mañanas, en sus manos traía una manzana acaramelada, y mi sonrisa era verdadera.

La extrañaba. Mi única hija, mi princesita, mi todo, ya no estaba conmigo, nunca me imaginé estar en su funeral, tenía que haber sido de la manera contraria, y no de esta.
Mi pequeña era tan parecida a Cristel. Como dos gotas de agua.
Pero me dolió. Ese tipo no era el indicado para ella, la abandonó en el momento que más la necesitaba, abandona ahora a sus hijos. Donde quiera que estés, púdrete, mis nietos sufren por tu ausencia.
Mi cuerpo pierde energía... y no se cuanto más aguantaré.
Alejandro Turner, espero que tengas la mejor excusa para no estar ahorita, porque si no, de alguna maldita forma volveré.

Pasaban los días, ya no era el mismo viejo gruñón de siempre, me la pasaba en mi cuarto acostado todo el día, inyectándome tranquilizadores.
Mis días están contados...
Ya sólo me queda pasar los últimos días con mis nietos.

-Lupe, llama a los niños, hoy veremos películas en la sala.

-Si señor. De inmediato. ¿Les preparo algo?

-Lo que los niños pidan.

Vimos toda la tarde películas. Tom me miraba de manera rara,como si estuviera confundido y mi actitud no estuviera al margen.

Pasaron los días. Ya no salía de mi cuarto ni para comer. Lupe me traía la comida a la cama, pero mi apetito era sustituido por el maldito dolor.
Ni los analgésicos me hacían sentir mejor.
Y creo que mi momento estaba por llegar.  No quise pasar mis últimos días encerrado en un cuarto de hospital.
Mandé llamar a mis nietos. Entró Tom tomando de la mano a la pequeña Cristel.

-¿Abuelo?.-Dijo Tom entrando al cuarto.

-Vengan, a mi lado...-Trate de que no notaran mis dolores.

-Nena, Cris. Tengo que irme... yo... Ya no aguanto el dolor... y quiero que se cuiden ambos.

-No abuelo... no te vayas. Hace meses tuvimos una conversación así con mami. Y ya no volverá... no quiero que te vayas...

-Nena...-Suspire aguantando el dolor-. Estoy... enfermo...

-Ya Cris. Deja al abuelo. Necesita descansar.-Lo tomé de la mano-. Abuelo...

-Lo siento...

-No abuelo. Gracias...

-Debí hacerles caso... debí tomar las.-Grite de dolor. Vi la cara de susto de Cris-. Las malditas quimioterapias...

-Ahora comprendo que...

-No Tom. Es mi culpa. Sólo mía.-Una lágrima se asomó en mi. Definitivo.  Era este el momento de decir adiós.

-Cris. Despídete del abuelo. Debe dormir ya.-Mi Tom la miraba con tristeza.

-Adiós abuelito.-Plante un beso en su mejilla siguiendo de un abrazo que me fue contestado-.Te amo. Eres el mejor abuelito de todos.  Gracias por mis muñecas y por estar con nosotros.  Chao.-Vi como salía de la habitación.

-No llores abuelo. Dijo sólo la verdad...

-Definitivamente ya no eres un niño.-El asintió con la mirada-. Cuidala.

-No debes pedirmelo para que yo lo haga. Siempre lo haré.

-De nuevo lo siento...

-Ya... descansa.-Me recosté a su lado-. Eres el mejor abuelito. Y si, me duele que no te hayas atendido, pero igual el miedo te invadió.

-Muy listo muchacho.-Dije con pocas fuerzas.

-Recuerda que nosotros no te queríamos... te amamos... eres... increíble...-Mis ojos pesaban.

-Lo mío ahora es suyo...-Hice una mueca de dolor-. No dejes que nadie se los quite...siempre ve las muñecas de Cris... por nada deben de que alguien desconocido las toque...

-Lo prometo. Te amo-. Lloró.  Fue inevitable. Perdía uno de sus últimos familiares.

-Y busca a... Alejandro... Los amo...

Tom

Y así perdí una parte de mi.
Se fue mi abuelo.
Lupe entró rápido y llamó una ambulancia.
Yo ya estaba en cuarto de mi hermana, nos dimos de nuevo un abrazo.

-¿Y ahora si estamos solos verdad hermano? .-Dijo llorando.

-No... nos tenemos el uno al otro, tenemos a Lupe... y también tenemos a papá.

-¿A papá?.-Dijo secando sus lágrimas.

-Eso espero. Tenemos que buscarlo.

-¿Pero dónde?

-Si tiene que ser bajo las piedras. Lo haremos. ¿Ok?

Ella asintió con la cabeza.
Y tenía razón Cris. Donde comenzará la búsqueda, lo único que se es que el accidente fue por la carretera rumbo a Puebla. Tendremos que ir y comenzar por ese rumbo.

-Ya ha llegado la ambulancia niños...

-Gracias Lupe...

-No están solos. Me tienen a mi. Los quiero como a mis nietos.

-Gracias, también te queremos. Solo es que después del entierro al abuelo, nos encargó una misión importante. Bueno, a mi.
Y quiero que cuides de ella...-Mire a Cris-. Solo unos días...

-Claro niño. Lo haré...

Nos despedimos del abuelo en el cementerio. Tiramos una rosa y nos marchamos a casa.
Hice una carta, me iba a ir en busca de mi padre, y dejaría dejaría a Cris al cuidado de Lupe. La carta era para Nat.
Hice una mochila con 2 cambios de ropa, dinero y comida.
Absurdo, porque a mis 10 años estaré viajando por un rumbo desconocido.

-¿Te vas manito?.-Abrió sus ojos muy sorprendida.

-Sólo por unos días...

-¡No!.Todos menos tu....

-Pequeña, solo serán unos días.  Prometo volver con papá.

-Pero ya no lo vemos desde hace más de un año...

-Ya... una sonrisa. Vuelvo pronto. Cuida de Lupe.  Y a mí Nat.  ¿Quieres?

-Ok. Pero... no tardes...

-Estate siempre atenta al celular.  Llamaré. Y dale ésta carta a Nat.-Le di un sobre.

-Bien... te amo.-Mis labios tocaron su mejilla depósitando un beso.

-Yo más enana.- Le di un abrazo fuerte.

Me despedí de Lupe. Ella después de darme mil bendiciones salí con un solo objetivo.
Encontrar a Alejandro Montiel.

Mi padre.

Sólos Contra El Mundo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora