Sólos Contra El Mundo...

Corazón de padre

Tom

-¿Mi hijo...?.- Dijo sorprendido mi padre.

-Yo se que aquel día me porté muy grosero.-Hice una pausa-. pero quiero disculparme...-Sentí sus brazos rodearme, me estaba abrazando. Sentí muy bien, hice lo mismo, lo abracé muy fuerte, y sin darme cuenta, una lágrima recorría de su mejilla.

- No tienes nada que disculparte Tom. Fui yo el tonto que dejó irte, no sabes cuanto lo siento...

-Me hiciste mucha falta padre - Lo apreté más a mi.

-Te busqué... Pero no supe por donde comenzar...

-¿Él es el niño de aquel día?.-Dijo Mía un poco sorprendida.

-Si.- Dijo mi padre soltandome y acercándose a ella-. El niño que me visitó hace unos años, el cual por mí falta de memoria lo perdí. Pero no dejaré que ahora pase lo mismo, es mi hijo.

-Y yo te apoyo en todo cariño.- Dijo Mía acariciando la mejilla de mi padre. Voltee la mirada, después de tantos años no podía superar esa escena de mi padre con alguien que no fuera mi madre.

-Tranquilo.-Dijo la dulce voz de Nat a mi lado-. Te acostumbrarás pronto, es cuestión de tiempo.

Solo le devolví una sonrisa sincera, ella me hacía sentir bien en todo momento.

-¿Entonces tengo un hermano?.-Dijo el pequeño dudoso.

-Así es hijo.-Mi padre se inclinó hasta su altura-. El es mi primer hijo, se llama Tom, y es tu medio hermano.

-Hola Ale.- Lo saludé Feliz.

-¿Puedo decirte hermano?.- Noté un brillo en sus ojos, creo que le faltaba a este pequeño la compañía de alguien más con quién jugar y pelear al mismo tiempo.

-Por mí encantado.- Revolví su pelo.

-¿Jugarás conmigo?

-Solo si es que te gusta perder.-Rei.

-Soy muy bueno en todo, tu perderás.-Estaba muy entusiasmado.

-Creo que será bueno dejarlos un rato a solas.- dijo Mía tomando la mano de Ale-. ¿Vienes....?

-Natalie, y claro, la sigo. Nos vemos al rato Tom.-Beso mi mejilla.

-Cuidate Nati.- Sonreí.

-Yo los sigo.-Dijo Dan.

Y así nos quedamos el y yo a solas.

-No he podido recordar...-Noté la frustración en su cara.

-Tranquilo pa', yo te ayudaré a que tú memoria vuelva.

-Tienes un gran corazón hijo. ¿Recuerdo que el último día que te hi me dijiste que tengo otra hija?

-Cristel. Así se llama, tu pequeño rubí, así solías decirle.

-Debe ser hermosa...- hizo un silencio, a los pocos segundos comenzó a llorar-. No puedo creer que los dejé solos tan pequeños y ni siquiera puedo recordarlo.

-Todo estará bien, te lo prometo padre, solo tenemos que trabajar mucho en ti.

-Esque no he tenido el dinero suficiente para ir a un tratamiento o algo que me ayude...-Seco sus ojos.

-Tienes mucho dinero...

-¿Yo...?

-Así es... Una casa propia, otro auto, y...

-A ustedes dos, al igual que Ale, son mi razón de ser.

-Quería que tú, y tu familia nueva se vengan para la Ciudad, a vivir cerca de nosotros...