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La primera vez que dormimos juntos.

Ya había ido otras veces a la casa de Seijūrõ pero nunca siendo su pareja. No conocía formalmente a su padre ya que no estaba mucho en la estancia, aún así lo saludó varias veces de pasada cuando se iba a alguna reunión de trabajo.

Ese sábado le tocó a Kouki visitar a su novio. Pasaron la tarde viendo películas, comiendo dulces y besándose. El castaño aún no se creía el hecho de estar allí sentado en aquel sofá junto al de ojos magenta tomados de la mano. Era como un sueño que jamás pensó que podía ocurrir. Y se sentía muy feliz porque así fuera. Una sonrisa brotó de sus labios y Seijūrõ no pudo evitar notarla.

--¿Kouki?

--¿Si, Sei?

Torció los labios unos segundos antes de volver a hablar.

--Te quiero.

Kouki no pudo evitar sonrojarse. Cada vez que esas palabras salían de la boca de Akashi su corazón daba un vuelco y se sentía el chico más afortunado del mundo. Esas palabras eran música a sus oídos y le encantaba escucharlas todo el tiempo que fuera posible.

--También te quiero.

Seijūrõ le besó la frente y con una sonrisa traviesa lo cargó al estilo nupcial hasta su habitación donde lo dejó sobre la cama admirando el enorme sonrojo y el nerviosismo en el rostro de su amado. No aguantó más y soltó un par de carcajadas pues su expresión era muy tierna en ese momento.

Kouki infló sus mejillas por instinto y se dejó llevar por la risa del pelirrojo. Era la más hermosa melodía que había oído nunca.

--Eres tierno. --le susurró Akashi besando su nariz.

--No es verdad. --susurró el castaño de vuelta.

--Si lo es. --besó sus labios con intensidad hasta dejarlos sin aire. Volvió a susurrarle aquellas palabras que tanto adoraba pronunciar y se levantó de encima suyo para acomodarse a su lado --¿Tienes hambre?

Kouki negó.

--Entonces, a dormir. --dijo metiéndose bajo las sábanas rojas de aquella cama.

El castaño se puso de mil colores. ¿Acaso pretendía que durmieran juntos? ¿En la misma cama? Comenzó a temblar ligeramente de los nervios. ¿Qué debía hacer? No es que no quisiera ni mucho menos, pero era tan embarazoso.

--¿Kouki?

--¿Q-quieres que duerma aquí? --Seijūrõ asintió --¿Contigo? --volvió a asentir --¿En la misma cama? --esta vez rió.

--¿Algún problema con eso? No voy a hacer nada que tú no quieras, si es lo que estás pensando. --Kouki se sonrojó --Además, quiero tenerte conmigo el mayor tiempo posible este fin de semana.

Furihata se sonrojó de nuevo bajando la mirada. Tras unos segundos decidió meterse bajo las sábanas también, tapándose con ellas hasta la cabeza. El pelirrojo sonrió divertido mientras apagaba las luces y se acomodaba junto a él. Pasó sus brazos por la cintura del castaño atrayendolo hacia sí mismo.

--Deja de temblar. --le susurró suavemente y con cierto deje de cansancio --Descansa, Kouki.

Kouki dejó salir todo el a ir contenido hasta ese momento, se acomodó mejor contra el pecho de su novio y susurró:

--También tú.

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