n u e v e

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La primera vez que peleamos.

Nunca es bonito pelearse con otra persona, mucho menos con alguien que quieres o te cae bien. Es mejor intentar resolverlo de la mejor manera y no terminar gritandose ni diciéndose cosas hirientes u ofensivas.

En este caso, Furihata optó por guardar silencio y alejarse de esta persona. Su pelea era interna y tenía miedo de lo que pudiera llegar a suceder si abría la boca. Quizás estaba equivocado y lo que había visto hace un par de días no era más que un malentendido. Sin embargo, su mente se empeñaba en que pensara de más, sacando así conclusiones poco fiables.

Su teléfono sonó anunciando un nuevo mensaje. Quiso ignorarlo, sabía de quién se trataba y no quería hablarle por el momento.

Aún así no aguantó y chequeó el mensaje.

De: Akashi.
Para: Kouki.
Asunto: Reunión.

En el parque de la Avenida Principal en una hora.

Se arrepintió al instante de haberlo leído. Suspiró, no tenía otra opción más que ir. No contestó y comenzó a prepararse para salir en una hora.

Llegó a la hora estipulada con los nervios a flor de piel. Estaba seguro del porqué Seijūrõ lo citó. De seguro le preguntaría la razón por la cual estuvo evadiendolo toda la semana sin contestar sus mensajes ni llamadas. Pero Kouki tenía sus razones.

El pelirrojo llegó momentos después y sin decir una palabra juntó sus labios con los del castaño. Éste le correspondió al principio pero se apartó al recordar lo sucedido el fin de semana pasado.

--¿Por qué me has citado, Akashi?

--Para saber, ¿por qué me has ignorado toda la semana, Kouki? ¿Acaso hice algo malo?

Kouki no dijo nada, desvió la mirada negando con un gesto de la cabeza.

--Yo no.. --se percató de la mirada de Akashi y tragó en seco.

--Dímelo.

Furihata suspiró triste. Sin embargo, no se atrevió a decir nada.

--Tengo toda la noche ¿sabes? --dijo el pelirrojo sin dejar de mirarlo.

Kouki tembló de nerviosismo. No quería decirle a Akashi lo que sucedía ya que pensaba que se lo tomaría a mal e incluso se burlaria de él.

--Kouki. --lo llamó algo impaciente --Si no me dices qué te ocurre no podré solucionarlo. Y no quiero pelearme contigo.

--¿Porque perdería esa pelea?

Seijūrõ le miró sin entender.

--Según tú, todo te sale bien, todo lo sabes y en todo tienes razón. --apretó sus manos en puños --¿¡Crees que no podría ni siquiera superarte en una pelea!?

Seijūrõ se quedó helado. ¿Qué le ocurría al castaño? ¿Acaso había hecho algo para que estuviera así? Kouki hacía lo imposible por no echarse a llorar allí frente a él porque creía que saldría humillado. Sin saber que lo que más odiaba Akashi Seijūrõ era verlo llorar.

Primeras Experiencias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora