Aún recuerdo la primera vez que te vi, era un día el cuál el clima estaba un poco helado, e iba por un café, entre a la cafetería, pedí un café y estabas tú en la caja registradora, jamás pense que por un café cambiaría mi vida por completo, recuerdo que pedí un café doble con una sonrisa encantadora dijiste -la casa invita.
Entonces nos miramos fijamente a los ojos y le agradecí, en ese instánte supe que tu y yo estabamos hechos el uno para el otro, así frencuentemente fuí a la cafetería solo para verte a ti.
Poco a poco ese lugar fué convirtiendose en mi lugar favoritos.
Después de una semana de vernos allí mismo, me armé de valor para pedirte tu número de teléfono, te llamaba todos los días, escuchar tu voz era lo único que necesitaba para sentirme tranquilo.
Recuerdas aquella vez que fuímos a la cocina del lugar y tu jefe nos interrumpió justo antes de darnos nuestro primer beso.
Tengo recuerdos muy gratos de esa cafetería, no había un dia en que yo faltara después de la Universidad, solo para verte, me quedaba hasta las 8:00 PM que era la hora en que tu turno acababa, solo para acompañarte a tu casa.