Capitulo 6

55 7 0
                                    


Llegue al amanecer al pueblo más cercano. Sí, así mismo quede yo. Había caminado toda la noche sin parar por un monte, bajando una linda montaña con demasiadas curvas, para enterarme de que faltaba aproximadamente dos horas y en auto para llegar a la ciudad. Caminando tomaría el doble. Pero en estos momentos solo quería descansar y comer algo. La verdad tengo un secreto para esas veces que me escapaba sin dinero y sin nada. Cuando era chiquita mas o menos diez años dejaba mucho el dinero en los bolsillos de mis jeans, por lo que desde que empece a escaparme dejaba a propósito el dinero en mis jeans. Sencillo y muy útil. Revise mis bolsillos traseros y efectivamente diez dólares bien doblados. 

Continué caminando hasta llegar a una cafetería donde al parecer vendían comida. Al entrar, me senté como cualquier persona lo haría me entendieron y pedí una rica hamburguesa de queso y pepperoni. Al terminar de comer pagué y salí. Cualquier persona puede hacer eso. Pero no todas se quedarían dos horas sentada frente a la cafetería. Porque, bueno la verdad caminar horas para llegar a la ciudad por un capricho no es del todo reconfortante. Quizás, la razón más creíble sea, NO QUIERO CAMINAR TANTO. Fácil y sencillo. Y un tanto cierta. Cuando al fin, luego de dos horas sentada como una idiota en una banca frente a la cafetería, me decidí a levantarme para partir. Pero me detuve cuando oí a alguien pronunciar mi nombre.

-Elohís - Me doy vuelta, para encontrarme con nada mas y nada menos que mi mejor y única amiga, Amanda. Al reconocerme se abalanzo sobre mi y mientras me abrazaba estaba dando saltitos de niña emocionada. Y como soy yo, lo único que pude pronunciar en esta situación fue su nombre. - Te extrañe demasiado. 

-Yo también te extrañe. Mucho. - Detrás de mi amiga me percate de la presencia de dos personas mas. Una mujer de unos treinta y tantos y un adolescente que... Waoo, estaba... Llorando. Cuando mi amiga se dio cuenta de a donde miraba, abrió los ojos demasiado grandes. 

-Ahh, lo siento mucho. Vengan. - Les hizo una seña con la mano y ambos se acercaron. El chico se había secado las lagrimas, pero aún se le veía un poco conmocionado. - Elohís, ellos son mi madre Camile y... mi novio Connan. Ella es Elohís, mi amiga del orfanato. 

-Mucho gusto soy Elohís, señora quiero darle las gracias por sacar a Amanda de ese orfanato. - La señora asintió y me mostró una hermosa sonrisa. Que de hecho era tan linda como la de Amanda, sería casualidad. El celular del chico sonó justo en el momento en el cual iba a interrogarlo, por lo que se disculpo y tomó su llamada. Amanda me alejó de los otros para hablar. Al parecer ya se había dado cuenta.

-Dime algo Ely, ¿De dónde vienes? 

-Mandy, yo... No puedo decirte. - No creo posible que mi amiga crea que vengo del castillo, ¿O si?.

-Ely, por qué lo haces. Por qué sigues escapando de todos sitios. Dime, que no tenias un trabajo, una casa.

-Man, lo siento, yo quisiera decirte de veras, pero... No creo que me creas si te dijera.

-Entonces porque no lo pruebas, dime de dónde vienes. - Lo admito. No soy de las chicas a las que no les puedes sacar nada de información ni aunque las amenaces a muerte, mas bien soy de las que si sigues insistiendo te digo solo para que no me molestes. Y ella lo sabe bien.

-Del castillo. - Al ver el rostro de mi amiga no la note sorprendida ni exaltada, por lo que continué - Dijeron que soy una princesa y que tengo un hermano muerto, que mis verdaderos padres murieron y que ahora tengo una prima envidiosa y dos hermanos mellizos de doce años. Me crees.

-La verdad, no. Lo que creo es que te fumaste algo, o te diste un golpe en la cabeza... O simplemente lo estas exagerando todo. Pero sea lo que sea, solo te diré una cosa y quiero que la escuches bien. No importa quién eres solo lo que quieres ser. Si quieres comportarte como una mendiga hazlo, si quieres ser una princesa hazlo. Yo solo quiero que seas feliz. Y solo lo serás si haces lo que quieres. Comprendes.

-Pero, si no soy la persona que quiero ser, o si no lo logro. Si mis expectativas superan mis logros.

-Entonces haz que pase. Supera tus expectativas. Haz lo que nunca te haz atrevido a hacer. Pero, prométeme algo, pase lo que pase, prométeme que estarás segura. 

No pude evitar abrazar a mi amiga y soltar algunas lágrimas, nunca eh sido emocional, es solo que al estar demasiado agobiada suelo llorar en cuanto tengo oportunidad. Por lo que, par de lágrimas bajaron por mis mejillas y Amanda las seco por mi. Beso mi frente y me abrazo nuevamente. 

-Sabes, me alegro haberte encontrado. - Mi amiga asintió a lo cual, recordé algo muy importante, después de una corta charla de chicas es bueno hablar de cosas mas comprometedoras -Mandy, dime una cosa ¿que es eso de, "Novio", eh? - la cara de mi amiga enrojeció.

-Lo se, debo contarte muchas cosas, pero ahora no, esta bien - asentí, no porque quisiera sino porque en ese momento el chico Connan vino a nosotras.

-Debemos irnos, Walter nos recogerá en la parada de autobuses. - ¿Acaso dijo, nos recogerá?.

-Bien, pero puedo hablar un momento con mi amiga tengo algo importante que decirle. 

-Ahhmm, Mandy, por casualidad van a la ciudad.- No pude evitar preguntar. No podía desaprovechar una oportunidad como esa.

-Mmm, sí, por.

-Podrían llevarme tengo unas cosas que hacer haya. - Ella miró a Connan y luego a mi.

-Claro, no creo que a tu madre le importe que pasemos el día con Elohís, cierto mi amor. - El chico al principio no dijo ni hizo nada como si se lo estuviera pensando luego asintió, y rápidamente se alejo de nosotras.

 Al haberle pedido a mi amiga que me llevaran a la ciudad, me ahorre el cansancio de caminar, al parecer el haber esperado esas dos horas en el banco sirvieron para algo. 

Fueron unas dos horas y media para llegar a la ciudad, la verdad no recuerdo mucho del viaje ya que me dormí no todos los días te desvelas caminando sola por una montaña. El tal Walter al parecer, se había compadecido de la chica dulce que dormía e el asiento de atrás, ya que cuando me desperte solo estaba yo y el en el estacionamiento mientras los demás habían ido a caminar. 

Cuando regresaron, Amanda y yo pasamos todo el día juntas claro que su novio el chico serio se quedo lejos de nosotras junto con la madre adoptiva de Amanda. Rara vez alguno de ellos me dirigían la palabra. La mayor parte del tiempo se mantenían detrás de nosotras. Al principio creí que le caí mal desde un principio a ambos. Pero Amanda me comento que a ninguno les gustaba hablar mucho, y que al parecer no se llevaban con nadie y pude notarlo cuando entrabamos a una tienda nunca decían permiso, gracias o un por far favor. A eso de las cuatro de la tarde Amanda tuvo que irse, el tal Walter y la madre del chico no podían esperar más ya que el viaje era bastante largo de regreso a su casa. Por lo que me despedí de la rara madre y del raro novio de mi amiga y los vi alejarse en auto. 

Al final después de pensarlo mucho termine llamando a un numero de emergencia que Zamara me había dado por si algo sucedía. Lo se, no debí hacerlo. Pero dejar a mis hermanos solos a mano de Livana, no era una opción. Y claro las palabras de mi amiga también tuvieron algo que ver en mi rápida decisión. 

Zamara había mandado a unos guardias a escondidas a buscarme en una limusina. Dijo que tomaría como unas dos horas y media en llegar. Decidí ir a tomarme un café para no quedarme dormida y de paso tener algo que hacer. 

Al cabo de unas horas una limusina negra junto una camioneta del mismo color se detuvieron frente a la cafetería en la que me encontraba. Pagué la cuenta con el dinero de uno de los guardias que vinieron por mi. Le prometí que le pagaría de alguna forma. Pero, adivinen que. Sí, Dolan era uno de los guardias que vino a recogerme. Quise hablar con el para disculparme, la verdad, no tenía por qué hacerlo, pero algo en mi quería que lo hiciera, por lo que le pedí a los guardias restantes que subieran a la camioneta y a Dolan que subiera conmigo a la limusina. Y tenía leve presentimiento de que esta conversación sería incomoda y muy, pero muy larga.

ElohísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora