—Es hermosa.—Murmuro y Saurom se coloca a mi lado.
—Lo sería de no ser por que la estructura está en llamas y la... mierda.—Saurom se dirige hacia los clarividentes y juntos se van hacia los hangares, Ambicatus vuelve por Davenir, Reep, Torn y por mí para llevarnos a los hangares y juntos entramos al SPHA-T que está justo en frente de la entrada del hangar.
Torn se sienta en el asiento del piloto del SPHA-T y lo eleva un poco.
—Aquí el alto general Torn a todas las naves disponibles.—Se comunica.—Preparen a los SPHA-T para salir, el punto de supremacía contiene una gema muy importante que debe ser protegida por la orden para evitar que caiga en manos de los skouro.
El SPHA-T sale del hangar y desde la cabina veo que algunos otros ya salieron de sus cruceros y se dirigen hacia la estructura.
—¿Por qué no dejamos a nadie vigilando la estructura?—Murmura Ambicatus.
—Espera.—Le respondo.—¿Me estás diciendo que tienen el control de las torretas?
—Carajo.—Ambicatus se levanta de su asiento y se dirige hacia la cabina del piloto.—Los ztracze tienen el control de las torretas. Quiero que tome maniobras evasivas y nos acerque lo más que pueda hacia la estructura.
Las torretas del punto de supremacía comienzan a abrir fuego en contra de nuestros SPHA-T y las naves hacen todo por esquivar el fuego enemigo, algunas balas impactan en el SPHA-T de al lado y éste pierde su propulsor izquierdo, la nave gira bruscamente hacia la derecha y cae encima del SPHA-T que tiene abajo, a su derecha, haciéndolo también perder el control.
—Ya perdimos a dos.—Murmura Reep.—Debemos llegar lo más rápido posible hacia la estructura.
Ambicatus se vuelve hacia el piloto y señala la un hangar ubicado en frente de nosotros.
—Llévanos allá.—Le ordena y el piloto asiente.
El fuego en contra del SPHA-T en el que nos encontramos empieza a hacerse más fuerte y más difícil de repeler. Las dos cabinas de artilleros a ambos costados del SPHA-T disparan hacia las torretas para repeler sus ataques.
Una torreta asesta un tiro perfecto en la cabina del artillero derecho y yo bajo a buscar al artillero para intentar curarlo. Al entrar a la cabina, me encuentro con la cabeza del artillero agujerada y decido quitar el cadáver del asiento, acurruco al wargrey en una de las esquinas de la cabina y me siento en frente de las torretas, pongo mis manos en los gatillos y comienzo a buscar objetivos.
Al encontrarme con una torreta del punto, dirijo la mira hacia ella y aprieto los gatillos para comenzar a disparar. Derribo la torreta y regreso a la cabina de transporte para encontrarme con la torreta izquierda en llamas y separándose del vehículo.
—Ya no tenemos defensas.—Anuncio.
—¿Y el wargrey de la cabina derecha?—Me pregunta Ambicatus.
—Su cadáver está descansando en una de sus esquinas.—Le respondo y me dirijo hacia la cabina del piloto.—¿Cuanto falta para llegar?
—Muy poco, señor.—Me responde.—Pero tampoco falta mucho para que...
Un misil explota en la cabina del piloto del SPHA-T matando al piloto y aventándome a la puerta de la cabina de transporte. El SPHA-T se prende en llamas y comienza a agitarse, al entrar al hangar me preparo para recibir el impacto en contra de una pared pero rápidamente alguien me saca de la nave y caigo de rodillas en el suelo del hangar, alzo la mirada y me encuentro con los demás altos generales en la misma situación que yo.
—De nada.—Nos dice Trivium.
—¿Cómo...?—Le intento preguntar.
—Clarividente del tiempo, ¿lo recuerdas?—Me responde.—Yo soy el único clarividente que no necesita entrar en velocidad luz para ir más rápido.
—Claro.—Murmuro y me levanto.
—¿No alteraste el pasado, verdad?
—Solo las siete veces que Saurom asesinó a Aphelion.
—¿Que hiciste qué?—Le pregunto a Saurom.
—No recuerdo haber ni siquiera cortar la punta de uno de tus dedos.—Me responde.
—Oigan.—Interviene Trivium y me mira.—Si sigues vivo es por que alteré el tiempo hace algunos años y supe controlar a Saurom.
—Ya olvidado.—Le respondo.—Encontremos a Sacrapos y cuando lo derrotemos, vámonos de aquí.
Me reúno con los altos generales de la guarnición y Ambicatus alza sus manos.
—Nuestra prioridad es la piedra eterna.—Comienza.—No está muy lejos de aquí.
—¿Qué propones?—Le pregunta Trivium.
—Tenemos que mantenernos unidos hasta llegar a la cámara en la que está la piedra.
—¿Y por qué es tan importante la piedra?—Pregunta Reep.—Quiero decir...¿qué tiene que otras piedras no?
—Es un metal.—Le responde Saurom.
—Pensábamos hacer una espada con ella,—Continúa Dynamo.—pero la guerra nos obligó a guardarla y a encerrar a los skouro en prisiones interdimensionales, así que la piedra se volvió obsoleta para nosotros. Así que decidimos dejarla en su lugar.
—Sigo sin entender qué tiene de especial.—Suelta Reep.
—Con ella se puede hacer un arma con la que no es necesario arriesgar la vida de ningún clarividente para asesinar a un skouro.—Le responde Ambicatus.—Davenir, Torn y Reep, al llegar a la cámara los quiero dos metros a la derecha de distancia de la puerta de esta. Trivium, Opeth y Dynamo, en la izquierda... Saurom y Aphelion, conmigo.
El grupo se dirige hacia los pasillos y al llegar a la puerta de la cámara, todos toman sus posiciones y Ambicatus decide entrar.
—Me quedaré aquí.—Nos dice Saurom.—Ustedes entren y háblenme si me necesitan.
Ambicatus asiente y ambos entramos a la cámara para encontrarnos con Sacrapos intentando tomar la piedra.
—¡Alto!—Le ordeno a Sacrapos y él me mira.—En nombre de la orden de centuriones, quedas bajo arresto.
—¿Estás seguro?—Me pregunta.
—Considera que fuimos piadosos contigo.—Le respondo.
—Creo que ya sabemos en qué va a terminar esto.—Me dice y toma su espada.
—¿Por qué no vienes a averiguarlo?—Le pregunto y me pongo en posición de defensa para encontrar su casco tan solo a dos centímetros del mío con su espada atravesando mi pecho.
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Renacer #5 - Revelaciones
ActionLa orden de centuriones ha vencido a otro de los señores oscuros, listos para lanzar una ofensiva final hacia las cuarto brechas de donde los últimos hermanos de Demogorgón saldrán, los clarividentes tendrán que colaborar con Aphelion para encontrar...